Read or Suffer

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Había salido corriendo sin pensar en nada más, el departamento estaba a unas calles, era pequeño pero era el lugar más feliz que tenía, sin contar la cafetería. Era el último piso y teníamos ese, por qué era más barato ya que elevador no servía y tenía una puerta a la azotea que si no la usabas con cuidado te quedabas encerrado por horas, tuvimos que sacar a varias personas ya, tenía solo dos cuartos y un baño completo y tenía cocina y sala, no tenía comedor, pero no nos molestaba, no teníamos mucho espacio pero estaba perfecto para tres personas y un perro.

— Como puede ser posible — dijo la chica intentado abrir la puerta que tenía truco, cuando por fin lo hizo vio a Pocki en el sillón relajada, era ya una perrita mayor y casi no hacía nada ya, solo comía y dormía, que envidia.

Se sentó junto a ella y la acariciaba mientras el joven James se paraba asustado.

— Solo eres tú, no estarías con Taylor hasta tu cita con tu abogado —

— Si, pero surgió algo personal y no diré más, es cosa mía —

— Bien, me voy a acostar —

James trabajaba de guardia de lunes a viernes en las mañanas, no sabía si se estudiaba para eso, pero el, según todo lo que decían, era muy bueno y su horario era flexible, así que cuando podía ayudaba a su novia y dormía, ya que al parecer el trabajo que ejercía era bastante complicado. Pero con su gran cometario en la puerta, recordó la visita con el abogado y todos los problemas regresaron.

No solo era Andrew, era todo, hace aproximadamente unos meses hizo una traducción, le pagaron y quedó ahí, después el señor se quejo que arruino la historia, así que demandó, su abogado se conformaría el trato que haría, consistía en que tendría que regresar el dinero, más una compensación, más lo del abogado, eran casi todos mis ahorros, quedaría en números rojos, como le llaman, debiendo y teniendo que sobrevivir con cualquier cosa que pudiera hacer. Y para colmo Andrew Gastrell , el en la universidad era su mejor amigo o bueno ella era la suya, cuando llego al departamento el estaba en el cuarto a un lado, los padres de Celestine le ayudaron a bajar todo y se fueron, no quería que estuviera en el campus por qué según ellos las fiestas ahí eran frecuentes y yo debía enfocarse en sus estudios, como fuera ella lo conocí, el amor de su vida como solia llamarlo.

Dicen que existen tres amores en tu vida, el amor que se ve bien, ese donde predomina la atracción, es donde solo te importa como se ve, todo es color de rosa, donde crees que todo es perfecto y dónde no se siente como la realidad, el segundo es el amor difícil, donde predomina el idealismo, es esa relación en la que apesar de todo lo malo, sigues con esa persona, donde somos adictos a sea relación, hasta que alguno o ambos deciden terminar con ese círculo viciosos de drama y aprendemos como nos gusta ser amados, el tercero es el que pocos conocen, es el verdadero, donde ya son maduros, es donde después de todo lo que pasó, el dolor del amor doloroso, sanas y aprendes a estar solo, pero cuando aparece la persona indicada que te hace volver a creer en el amor y a sentir esas mariposas en el estómago, es ahí cuando la relación surge de una forma natural y fácil, te sientes bien, eres libre, independiente y aceptas a la persona por como es, lo amas por y apesar de todo.

El fue el primer amor y lo sabía, el es guapo, de el solo le gustaba su cara, su personalidad de casanova no tanto, el era el amor de si vida, es ese amor que nunca fue correspondido, todo a su alrededor era de un rosa pastel que si el se hubiera dado cuenta como lo veía con ese filtro de amor, el la hubiera amado o eso pensaba. Como fuera, cuando se mudo el nunca le hablo, pero ella, decidió dar el primer paso, el resto era historia, ya que los últimos 3 o 4 años de su carrera, fueron inseparables, aún así jamás intentaron nada y eso aunque triste siempre la tranquilizó. Siempre pensó que era el amor que se ve bien, aunque tuvo más novios y solo pudo darse cuenta que tuvo dos amores y que el tercero jamás llegaría a su vida. Dejo sus pensamientos cuando sonó su celular.