Día 1. La niebla que me trajo.

5 3 0
                                    

Ha pasado un día desde que las cosas se pusieron increíblemente extrañas. No se como sentirme con todo esto, pero soy una bardo, no puedo perder ningún detalle al respecto. Grandes historias y canciones podrían salir de esta aventura. Aunque, para ser sincera, en estos momentos estoy muy agotada y triste para pensar en canciones.

Hace quizás veinticuatro horas, estaba camino a mi ciudad natal. Después de expresarle a Arguillo que quería volver, me miró sorprendido. Creo que no lo vio venir. No puedo decir exactamente si le entristeció o le disgustó, pero después de hablarlo un poco, entendió que era importante para mí. Sin embargo, él decidió que no retrocedería.

-Te he enseñado bien, niña. Ya puedes valerte por ti misma. Ha sido divertido viajar juntos pero nuestros caminos se separan aquí. Mucha suerte. Nos vemos cuando la vida vuelva a cruzar nuestros caminos. –

Me sentí profundamente triste. Arguillo fue mi primer compañero de viaje y ha sido un gran mentor para mí. Desde que lo conocí, en aquel pueblito deprimente, su música me levantó la moral. En nuestra primera e improvisada misión aprendí más que en años de lecciones personalizadas en casa, con maestros de primera clase.

Me gustaría viajar con Arguillo por todo el mundo, pero mi corazón no se sentirá en paz hasta saber que fue de mi ciudad. Cuando escapé de ahí, no entendía del todo el alcance del problema, pero ahora lo entiendo. Espero que Yllarie haya cumplido su propósito. Espero que ella y los demás elfos del bosque estén bien. Espero que mis padres y el alcalde estén pagando todo el daño que hicieron. Pero, ¿y si no? ¿Y si Yllarie acabó siendo atrapada y encarcelada o algo peor? No podía quedarme con esa duda por siempre. Quiero ver con mis propios ojos mi ciudad, Yllarie y todas las personas que cuidaron de mí. Por eso, mi decisión era definitiva. Aunque fuera difícil para mí separarme de Arguillo, nada me impediría volver a mi ciudad. O eso creía yo.

Después de un solitario día de viaje, armé mi carpa en un lugar seguro y me dispuse a descansar. Había caído la noche y  no suele ser buen momento para viajar incluso con mi visión nocturna. Dejé que Bahat volara a sus anchas mientras yo preparaba mi cena. Sería algo sencillo, pues no tenía mucha hambre. Bahat era lo único que se interponía entre la soledad absoluta y yo. Aquel adorable murciélago asustadizo, que encontramos en un bosque bastante tenebroso, ahora viajaba a mi lado.

Después de comer, llamé a Bahat para que entrara conmigo a la carpa. Se veía un tanto inquieto, pero imaginé que tenía que ver con la ausencia de Arguillo. Después de todo, en lo que a Bahat respecta, siempre fuimos los tres. Yo jugué un poco con él para que no le pesara tanto la ausencia de nuestro compañero de viaje. Luego de unos minutos Bahat se colgó de mi cabello, como de costumbre, y se quedó dormido. No es natural en los murciélagos, pero él se acostumbró a dormir de noche y vivir de día. Finalmente, yo cerré mis ojos y decidí dormir. Generalmente meditaría pues esto me hace recuperar fuerzas en la mitad del tiempo, pero no quería pensar ni despertar hasta el amanecer.

El aleteo agitado de Bahat me despertó en la mañana. Estaba haciendo frio y sentí algo pesado en el ambiente. Bahat estaba muy inquieto y a mi me faltaba el aire. Extrañada salí de la carpa y me vi rodeada por una espesa niebla. Sentía casi como si respirase agua y no lograba ver muy lejos a mi alrededor. Apresurada tomé mis cosas, a Bahat y comencé a caminar apresurada buscando una salida de la niebla que me asfixiaba lentamente. No tuve tiempo de desmontar y guardar mi carpa. Me dispuse a caminar hacia donde sentía que la niebla se hacía menos espesa. Después de unos minutos, escuché varios pasos cerca. ¿Izquierda? ¿Derecha? ¿Atrás? ¿Dónde? En realidad, en todos lados. Vi figuras acercarse desde diferentes puntos. Inicialmente eran siluetas, pero fueron tomando forma a medida que se acercaban.

Eran personas. Tres, para ser exacta. Y todas ellas se veían tan confundidas cómo seguramente me veía yo. Estábamos ahí los cuatro, sin entender lo que estaba sucediendo, pero no hubo tiempo de explicaciones ni presentaciones, pues la extraña niebla se acercaba. Parecía querer acorralarnos hacia un bosque el cual, por cierto, no se suponía que estuviese ahí. Yo no acampé cerca de bosque alguno.

Avanzamos a través del bosque y dejamos la niebla un poco alejada. No intercambiamos muchas palabras mas allá de preguntas obvias acerca de nuestra situación para las cuales nadie tenía respuesta. Supongo que todos estaban tan perdidos en sus pensamientos cómo lo estaba yo.

Estudiándolos un poco, vi que uno de ellos era un humano alto, de largo cabello negro y ojos grises. Se veía asustado y desconfiado. Sujetaba sus cosas con fuerza contra su pecho mientras caminaba un tanto encorvado y nervioso. La otra chica, era una elfo. Era druida, a juzgar por sus ropas, aunque los aretes de metal que llevaba en sus orejas me confundían un poco, pues no se supone que los druidas usen metal. Ella caminaba con cautela. Su cabello era negro y sus ojos de un lindo color esmeralda. Tenía una mirada severa y se le notaba tensa. Él ultimo al que observé con detenimiento, era el más llamativo. ¿Un elfo oscuro, quizás? a la piel azulada, sus ojos amarillos hacían contraste.  Su cabello era plateado como el mío, pero corto. Llegaba un poco más abajo de sus hombros y se formaban unas ondas un tanto hipnóticas. Él se veía distante, y parecía que nada le importase. Su aspecto sombrío combinaba con el ambiente. De todos nosotros, él era el único que parecía encajar en aquel lugar.

Al cabo de hora y media de caminata silenciosa llegamos a un extraño pueblo que parecía abandonado. Era lúgubre y frío -Tampoco se supone que hubiese un pueblo a una hora de donde acampé. ¿Qué demonios está pasando? -. Pensé.  Miré a mi espalda tentada a regresarme por donde llegué, pero a lo lejos se veía la niebla avanzando poco a poco. Suspiré y caminé con cautela junto con los desconocidos sin imaginar lo que nos esperaba.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 14, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El Diario de Saphielle en Barovia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora