Parte X

474 50 28
                                    


Rubí junto a Maca salen del hospital, recorren la ciudad, caminan por las calles, conversan de la vida, de todos estos años en los que en verdad se mantuvieron en contacto pero siempre con un tema inconcluso, con un tema pendiente, una tensión permanente, una pausa en un aspecto de su vida, verdades que nunca se dijeron, verdades que siempre se evitaron... estaba llegando el momento... las dos lo sabían...


Maca.


Nunca pensé que me encontraría con Rubí en el hospital, no lo podía creer, la vi y sentí que mi corazón latía tan rapido que se iba a detener, mi mundo se detuvo unos segundos, la sentí abrazarme, no pude mantener el equilibrio y caímos al suelo... la abracé fuerte, muy fuerte, necesitaba sentirla... no quiero soltarla más, no de nuevo... 


En cuanto la ví nuevamente a los ojos... sentí que todo mi ser se estremecía, sentí inmediatamente la sensación de que el pasado era el presente, de que solo ayer nos habíamos despedido en ese aeropuerto, de que no había pasado el tiempo... 


Mis emociones despertaron en un instante, lo sabía solo estaban dormidas... siempre lo supe, mis emociones estaban en una pausa prolongada... una pausa que solo Rubí podía volver a encender. 


Amaya también lo sabe, yo siempre he sido sincera con ella... siempre he amado a Rubí, Amaya pese a ello, quizo intentar ser mi compañera, llenar el vacío en mi alma, yo nunca le prometí nada, siempre fui sincera...


Era viernes, terminamos temprano en el hospital, solo era un día de bienvenida y de instrucciones generales. 


Le propuse ir a conocer la ciudad, quería, en verdad necesitaba que viera a través de mis  ojos .... que viera lo que me gusta y no de este lugar. 

Caminamos, conversamos, reímos, nos conectamos como si el tiempo no hubiese pasado, nuestras dedos se rozaban en el andar y en el vaivén de nuestros movimientos, no nos distanciábamos, manteníamos el contacto por segundos... yo lo disfrutaba todo, el mirar su sonrisa, su boca, sus gestos, sentir su aroma nuevamente.


Todo era una lluvia de sensaciones increíbles que solo sentí alguna vez y fue con ella. 


Solo en unas cuantas horas logró sacar todas las emociones del baúl de mis recuerdos ... las tomo y las lanzo al aire... caían y caían como un rocío de gotas sobre mí, era una sensación maravillosa.



La dejé en la pieza del hostal, le pedí que me la mostrara, era pequeña, tenía lo básico... pero yo la quería cerca mío... no puedo ni quiero dejar que pase más el tiempo... la necesito cerca mío de nuevo...


Ya era tarde y me acompañó hasta la puerta de su hostal,


- Gracias tutora!!, fue un día encantador, me gustó muchísimo su compañía y es una excelente guía turística... puede dedicarse a eso cuando tenga tiempos libres, me dice Rubí sonriendo.


..¿y nos podemos ver mañana Rubí?, me gustaría que conocieras algún parque de entretención, estamos acá mismo, a unos 20 minutos... ¿quieres ir a uno conmigo?... estoy segura que la pasarías increíble, son muy entretenidos... para nada de niños, la mayoría son para adultos... ¿me acompañas?.

Asincronia del destino....  RubirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora