C O E X I S T

Chapter 1 Medusa tuvo 3 hijos

Caminando por el borde de un acantilado en una playa desolada, nadie podía verla, no tenía por perder nada más. se tiró, dejó caer su cuerpo y su mente llena de los recuerdos que solo habían hecho tener una esperanza falsa, sus últimas lágrimas se hicieron una con el mar, ambas saladas y que ocultando un profundo dolor.

Ella esperaba esa señal, ese sentimiento, antes de que el deseo de morir de esta chica se cumpliera, su cuerpo es protegido dentro de una burbuja y sus pulmones nuevamente se llenan de aire, sin entender qué es lo que ocurría podía verlo todo a su alrededor, parecía un sueño tan irreal pero sabía que no era falso, el dolor que sentía aun estaba ahí, de repente algo se ilumina frente a sus ojos y se transforma en espuma de mar que no desaparece, aquella cosa empieza hablar.

—!No temas! me vi atraída hacia tu dolor, te conozco y también conozco tu dolor de perderlo todo y espere mucho tiempo para encontrar un alma como la tuya.

Extrañada y desorientada por lo que ocurre no puede decir nada.

—Tranquila, por favor ayudame, yo también perdí algo y lo último que me queda lo quiero proteger y se que tu eres la indicada para hacerlo, te será muy bien recompensada te lo prometo. te entregaré conocimiento, todos los secretos del mundo antiguo, pero como dije tienes que proteger lo que te pido, con tu vida.

acepto, sus labios agrietados soltaron una voz temblorosa. — acepto

Por su pierna una gran serpiente empieza a enrollarla hasta su cintura, aun asustada por el enorme animal, solo se dispuso a observar, este abrió su boca mostrando sus enormes colmillos, sin embargo el animal dejó de producirle temor en el interior se encontraba una esfera casi del porte de su cabeza, la tomó en sus manos con cuidado y la serpiente redujo su tamaño y siguió subiendo por cuerpo deteniéndose en su nuca.

—Te entrego algo muy preciado y de valor incalculable, por lo cual debo tomar algo como un seguro, te quitare algo no permanentemente tranquila — asintió de una u otra manera no podía perder mas— aparte es por tu bien a menos que te quieras convertir en una piedra, tu vista regresara cuando sea prudente.

La voz se desvaneció y para aquella mujer todo empezó a oscurecer hasta quedar dentro de una oscuridad infinita por donde sea que volteara o posara sus ojos, ahora cada uno de sus sentidos los sentia mas agudos incluso podia oir como rompian las olas en las rocas del acantilado y el contacto de su piel con aquella serpiente era aun mas vivido en ese momento.

La voz nuevamente se hace presente como un recuerdo

—no te preocupes será como si no hubieras perdido nada, recuerda debes proteger aquello con tu vida, cuando aquella roca decida abrirse, sabrás que hacer y no entres en pánico por las serpientes que estarán a tu alrededor son protectoras, son dones que mi familia le ha otorgado

su corazón latía a un ritmo alarmante pero el dolor que lo oprimía parecía haberse disipado..

—Te lo prometo—la voz de aquella chica resonó por la burbuja

—Amara tu voz tan dulce, todas esas preguntas en tu mente cuando regreses a la superficie serán contestadas, tendrás todo lo que quieras saber Denisse— la mención de su nombre hizo que su cuerpo se temblara— lo siento por lo de ahora.

Los colmillos de la serpiente se encajan en su nuca y siente cómo está ardiendo en llamas mientras se desvanece.

Denisse despierta en el césped lo puede sentir y también siente como las serpientes de las que Medusa había hablado se arrastran a su alrededor, se pone de pie y como si hubiera vivido una vida en aquel lugar se mueve con facilidad, llega a una parte de aquel enorme patio donde una especie de altar con una cuna de oro contenía aquella esfera que empezaba a romperse.

Su corazón se aceleró rápidamente, se acercó a de la cuna, sus ojos no veían nada sin embargo ella lo sentía, la cuna empezó a derramar agua y de ella también salieron dos serpientes, y al fondo de la cuna entre el agua y los restos de aquella piedra se encontraba una bolita rosada que empezaba a estirarse hasta tomar la forma de un bebé.

Denisse escuchó el llanto del bebé que se encontraba ahí, sus brazos ansiaban tomarlo en brazos y las serpientes empezaron a subir por  cuerpo y enrollarse en sus brazos, en cualquier otro momento esto habría hecho darle un infarto y ahora lo sentía normal pues sabía que no podían causarle daño a ninguno de ellos, no podía ver aquel niño que ahora descansaba en sus brazos pero sentía su respiración tan calmada y profunda, lo abrazo y deposito un beso en su pequeña frente, su cuerpo estaba frío por lo que rápidamente ingresó a la casa y se dirigió al cuarto del niño para vestirlo.

Nunca en su vida imaginó tener cosas así, la mayoría de cosas tenían decoraciones en oro si no estuvieran hechas de lo mismo, ni hablar de las ropas se sentían tan suaves al tacto, incluso los pañales eran de tela.

al igual que afuera la cuna que estaba dentro era hermosa, dentro de su mente como recuerdos se reproducen cada detalle de la casa.

guindando de la cuna se encontraban unos pequeños juguetes que tenían una pequeña llama azul dentro de ellos, la misma voz de antes le dice, son un regalo de Hades «déjalos ahí, espantan las pesadillas a las cuales lo condenan mi sangre...» dijo una voz apagada.