1._Amantes.

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7 de noviembre

Ah...¡Ahh! ¡Más fuerte! ¡douma!- gemía un azabache ojiazul mientras era azotado por su pareja de nombre douma.

Lujuria, pasión, dolor, masoquismo, eso era lo que se notaba en la relación de esos dos, mientras giyuu sentía cada vez más su climax llegar, su entrada sangraba, solo un poco, el semen se escurría junto con la sangre que salía gracias a la agresividad de su pareja.

Douma estaba enbistiendo a giyuu, no delicadamente, parecía que eran bestias en celo, aquel rubio tenía rasguños en lo largo de su espalda, prueba de sus encuentros con giyuu, las marcas sanaban rápido, y giyuu encajaba sus uñas en su espalda al recibir grandes cantidades de placer.

Tan cerca de terminar la ronda estaban, no lejos de terminar el trabajo, justo cuando el líquido preseminal de giyuu comenzó a salir douma detuvo las embestidas.

Giyuu- ¿D-douma? Q-que haces?- pregunto el azabache, vio como su amor prohibido lo agarraba de las manos y dejaba aquellas marcas en sus muñecas.

Douma- quiero que me prometas que jamás me dejaras pequeña perra- hablo como cada vez que hacían el amor.

El azabache solo se rió, como siempre, era una costumbre que tenían, decirse cosas irientes los hacia felices.

Jamás te dejare gran idiota- hablo giyuu con una sonrisa mientras reanudaban aquella ronda, douma no estaba ni cerca de acabar, le faltaba bastante para correrse.

Pero siendo giyuu, siempre olvidaba eso para que ellos disfrutarán, nadie más debería saber de esas cosas.

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8 de noviembre

Deberías decirme la verdad tomioka- hablo una pelinegra de ojos morados- esas marcas de tu cuello y en tus muñecas no son por caerse, y tampoco por peleas con demonios.

Cómo jodes. - hablo desinteresado tomioka.-te diré la verdad, me asaltaron y violaron unos idiotas, ¿Feliz?

T-tomioka...perdón por joder...- hablo con una mirada de sorpresa en su rostro con lágrimas desbordando de sus ojos- ¿Te amarraron verdad? Por eso las marcas en tus muñecas...y te hicieron chupones en el cuello...lamento mucho haberte jodido tanto la cabeza...- abrazo al peliazul.

Tranquila shinobu, no pasa nada- finjio preocupación, juraba que en ese momento su sonrisa era la de un psicópata.

Tener a shinobu como pareja no era divertido, es cierto que siempre le decía que la luna era hermosa, pero eso lo dejaba de lado se enfocaba más en si mismo.

En su amor prohibido, en su otra parte, en sus necesidades...

En un amante

La pareja de masoquistasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora