La esfera del chakra pulsaba y palpitaba con una intensidad profana mientras absorbía el viento para alimentar su potencia y tamaño. El gran anillo de hoja alrededor de la esfera comenzó a acelerar en su rotación; tan rápido que solo se podía ver la imagen residual. Con un fuerte grito, arrojó la esfera con forma de shuriken a la masa de árboles.
En el momento en que Naruto lo soltó, instantáneamente se arrepintió.
La ira y la frustración acumuladas inmediatamente desaparecieron de su cuerpo, dejándolo vacío y exhausto.
El Rasenshuriken voló a través del claro y tardó una fracción de segundo en alcanzar su objetivo. Un chirrido agudo acompañó al chillido que emitió la técnica mientras cortaba el bosque, derribando árbol tras árbol a su paso como un cuchillo caliente a través de la mantequilla.
Después de todo, el Rasenshuriken no solo cortó, diezmó a nivel celular. Mientras el ataque continuaba su camino de destrucción a través del bosque, sin escatimar nada en su camino, la esfera se expandió repentinamente, abarcando un amplio radio mientras explotaba hacia afuera. Las palas de viento microscópicas penetraron el suelo, pulverizando la tierra antes de dejar un gran cráter a su paso. La onda de choque resultante envió fragmentos de corteza, piedra y tierra al aire antes de que la técnica desapareciera.
El rubio tenía las manos en las rodillas, jadeando mientras aspiraba con avidez enormes bocanadas de aire. Gotas de sudor empezaron a escurrirse por su frente, pero mantuvo los ojos en el suelo. Tenía miedo e igualmente vergüenza de mirar la destrucción causada como resultado de su repentino estallido.
¿Cómo pudo haber perdido el control así de nuevo?
Después de todo lo que había pasado, no quería que se repitiera lo que había sucedido en su batalla anterior. Naruto se estremeció al pensarlo. Su padre no estaría allí para corregir su error la próxima vez.
La enorme columna de humo finalmente se había asentado. Arriesgando una mirada, no pudo evitar sentirse disgustado consigo mismo al ver su obra. Grandes parches del bosque habían sido destruidos, dejando atrás un caótico desorden de los restos mientras los árboles talados se esparcían por la gran área de destrucción. Notablemente, el cráter, de unos pocos cientos de metros de profundidad y de ancho, dejó una fea mancha en la tierra. Tragó con inquietud. Le recordó lo que Pain le había hecho a Konoha excepto en una escala más pequeña.
Su casa.
A pesar de que toda la ira había sido drenada de su cuerpo, Naruto se reprendió a sí mismo; no podía detenerse en lo imposible en este momento. Tenía que mantenerse concentrado. La gente estaba obligada a investigar la destrucción del bosque. Estaba razonablemente seguro de que los aldeanos pudieron haber visto y oído la explosión desde la cercana aldea de Camoa.
Tuvo que mantener un perfil bajo por el momento.
0.0
Sobrevivir en el bosque era una segunda naturaleza para él. Después de todo, era un insulto para un shinobi de Konoha no hacerlo. Ayudó que viviera de una manera nómada similar cuando viajaba con su difunto Maestro. Solo en raras ocasiones los Sannin derrochaban para quedarse en una cómoda posada. A pesar de su riqueza, Jiraiya era un hombre tacaño.
Habían pasado casi dos días desde su arrebato; dos días deprimentemente largos, mientras trataba de aclarar lo que sabía sobre su situación actual.
ESTÁS LEYENDO
La historia del Shinobi absolutamente valiente
MaceraNaruto supo que algo estaba pasando en el momento en que aterrizó en el extraño bosque; ser succionado por el cielo debería haber sido su primera pista. ¿Cómo se supone que un shinobi se adapte a un entorno nuevo tan extraño? Fácil, paso a paso.
