Familia

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Hace 8 años

-De nuevo

La joven asintió con la cabeza ante la orden y saltó de la barra de equilibrio, que estaba a unos cuatro pies del suelo, antes de intentar dar un salto mortal por el aire. Sin embargo, comenzó a hacerlo demasiado tarde y aterrizó sobre el piso de goma, y ​​al mismo tiempo golpeó el suelo, la bombilla de una de las luces del techo se hizo añicos, haciendo que el vidrio cayera, un par de fragmentos rasparon los brazos de la joven y piernas, lo que la hizo soltar un grito de dolor, con lágrimas en los ojos.

-Que patetico-La joven miró hacia adelante y vio los penetrantes ojos azules de su cuidador mirándola. -Te acogí porque pensé que tenías potencial, pero parece que estaba equivocado. No es de extrañar que tu madre te dejara aquí

-¡E...ella no es mi madre!- La niña se defendió, con lágrimas aún en los ojos mientras se sentaba, mirando a la mujer de cabello castaño que estaba recogido en una trenza francesa y una expresión sin emociones descansaba en su rostro. Las niñas, varios de sus nuevos "hermanos" que anteriormente estaban entrenando en la sala, ahora tenían toda su atención en ella y en su cuidador.

-¿No? Entonces, ¿no estás con ella?-Uno de los niños se burló, entrecerrando los ojos ligeramente hacia la joven. -¿Y por qué la familia con la que originalmente ibas a ir no te quería?

-P...por el accidente ...-La voz de la joven vaciló levemente al recordar que se despertó en el hospital después de que sucedió. Se enteró de que el hombre que estaba conduciendo había muerto durante el accidente y la familia estaba desconsolada, lo que provocó que la joven fuera trasladada a otra casa. Sin embargo, en la que estaba era la única dispuesta a llevarla, ya que el tinte se había desvanecido de su cabello mientras estaba en el hospital, sin mencionar que perdió su sombrero durante el accidente, dejando al mundo ver su verdadera apariencia.

-¿El accidente? Bueno, supongo que es verdad, eres una maldición

Jinx

Así la llamaban los demás, ya que siempre que ella estaba en la habitación, siempre parecía suceder algo malo. Era la razón por la que los otros niños eran despiadados en sus bromas hacia ella.

-¡No soy una maldición!- Ella defendió.

-Entonces, ¿explica por qué las cosas malas solo suceden cuando estás cerca?-Otro niño menciono

-¡No siempre!

-es cierto

-Nuh-uh

-¡Dejen de discutir, mocosos!- Su cuidador les gritó, antes de respirar profundamente y volverse hacia la joven. -Límpiate, no quiero que sangres en mis pisos

La joven miró hacia abajo, y efectivamente los cortes en sus brazos y piernas por el vidrio roto sangraban bastante.

-Eh, entonces sangra de color rojo- Comentó el primer niño.

-¡No soy uno de esos!- La joven gritó, molesta.

-Tienes razón. Eres demasiado fea para ser una esos. Solo eres una estúpida y extraña

-¡Cállate!- La niña gritó, las lágrimas empezaron a caer de sus ojos por la ira, la tristeza y el dolor.

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