[1] - 🌹Ahora si me quieren? 🌹

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- Ahora si me quieren? - preguntó el Argentino viendo con una mirada burlona al Mexicano que había entrado junto con la Organización, su cara no se veía muy contenta.

- Argie, te encuentras bien? No te duele nada? - preguntó la de ojos blancos, acercándose al de un sol y arrastrando al tricolor por el hombro, el cual se quejaba por ese agarre fuerte y la ropa estirada. - Si, ponele, corte, casi pierdo la clavícula. - Dijo en un tono burlón el de tez celeste, haciendo reír a solo unos pocos. - Mh, me alegro, y como ya te diste cuenta, traje a alguien para que se disculpara. - menciono la de aurola, empujando al Mexicano a un lado de la camilla cerca del otro Latino, el cual lo miraba no muy contento. - ...si está obligado a disculparse no lo perdono...de qué estoy hablando? Nunca lo voy a perdonar. Hizo muchas cosas malas sobre mí. Puso militares, lastimó mis tierras, a mí gente, a mis provincias, a Bs.As y a mí! Nunca lo voy a perdonar. Quiero que se lo lleven, me van a dar arcadas viendo su asquerosa cara de negro. - decía enojado el de un sol, haciendo su cara a un lado. - Argentina! Dios mio! No lo insultes de esa manera! - grito enfadada la organización. - ...y vos qué? Cuando te dije que este mono había puesto militares en mí territorio fue clara pista que iba a hacer algo mal, y cuando te avise, qué hiciste? Nada! Dijiste que tenías problemas más importantes y ahora, quién es tu problema importante?! Yo! - respondió de la misma manera el Argentino, levantándose de golpe de la camilla para sentarse y encarar a la organización, pero a tal brusco movimiento sintió un dolor en su clavícula, lo que lo obligó a volver acostarse, pero estaba vez con una mano en su clavícula mientras dejaba salir quejidos.

- Argentina! Despacio! No ves que te puedes lastimar? - menciono preocupado un Canadiense, tocando suave la clavícula del de un sol. - ...Canadá... - menciono en un susurro. - sí? Qué pasa? -
- ...Sacalos...a todos...quiero descansar... - menciono nuevamente en un hilo de voz, empezando a acomodarse con mucho cuidado en la camilla para poder dormir tranquilamente. - ...está bien... - respondió alejándose y paradandose a un lado de él para avisar lo que le pidió el Latino. - Muy bien! Esto se acabó, Argentina quiere dormir un poco así que sería mejor que se retiraran...todos. - Aviso empezando a empujar a unos cuantos que se habían quedado quietos en su lugar, mirando al Argentino.

- Yo no me voy a ninguna parte. Quiero quedarme un rato más. - menciono un Eslavo, separándose de la pared y empezando a caminar lentamente hacia Argentina, pero un brazo frenandolo lo distrajo. Hizo su cabeza a un lado y un poco hacia abajo, viendo que Canadá era el que lo había frenado. - Si me entero que le estás haciendo algo que no está permitido, te juro por mí madre que te mataré. - dijo frío y con una mirada aterradora el Canadiense, mientras agarraba fuertemente la camisa del Eslavo. - mh, y qué no está permitido? - preguntó el Ruso, alejando la mano rojiza del de una hoja. - La primera y más importante, no tocarlo, él es solo mío y de nadie más. Segunda igual de importante que la primera, ni se te cruce por la cabeza besarlo, oíste? - decía el Americano, manteniendo esa mirada que guardaba furia y ganas de matar. - Como sea, no haré nada, solo quiero estar con él, ahora vete. - menciono el Ruso, empujando al Canadiense el cual molesto se fue de la habitación.

El tricolor sé acercó al Argentino, sentándose a un lado de él, empezando a acariciar su cabello. - ...sé que no estás dormido, vamos, abre los ojos, me gusta su color. - dijo suave el Eslavo, viendo cómo el Argentino abría sus ojos y se sentaba lentamente y con cuidado de no empeorar la clavícula. - No me gusta mentirle - dijo en un hilo de voz el de un sol recostando su cabeza en el hombro del tricolor. - No pasara nada, es muy bueno contigo, ni se podría enojar. - menciono apoyando uno de sus brazos al rededor del cuerpo del Latino. - Claro... -
- Sucede algo? -
- ...No sabes cómo se pone cuando se enoja... -
- Ya te dije que no se enojara, tranquilo, si? Ahora estamos solos, podemos aprovechar. - dijo en un tono coqueto el Ruso, acercando más el cuerpo del Argentino. - Hay cámaras. -
- Puedo tapar las - luego de decir eso se levantó y mientras caminaba hacia una cámara se sacaba la chaqueta para luego poner la misma encima de la cámara, de paso también cerrara puerta con cerrojo.

El Indicado (CanArg) [11]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora