Entonces su mirada se volvió inexpresiva, no reflejaba nada y ella se volvió fría, o eso quería que todos creyeran, ella ocultaba algo y sólo yo pude notarlo, el dolor en sus ojos que sólo reflejaba un adiós, dicho adiós que en el postergo encontraría, y que con cada minuto que pasaba hacia que el dolor aumentara y la consumiera lentamente, y sí, quizá nadie notaba el reflejo en su mirada, no fue fácil predecirlo, pues aun estaba un poco borroso, sólo podía verse una persona alejarse en el camino, ese era yo, era yo a lo lejos dándole un triste adiós, ella no pudo contenerse más, las lágrimas brotaron de sus ojos y en cuestión de segundos ella rompió en llanto, no podía dejar de observarla, me rompí por un momento, me volví débil y el simple hecho de verla así me desgarraba el corazón, ella se derrumbó y su máscara se rompió, logré sentirla tan indefensa, se dejó caer al suelo, su llanto era insesante y desgarrador, al parecer sólo me afectaba a mi ya que nadie le prestaba atención, era como si no existiera, como si fuera totalmente invisible, yo no resistiría más, pronto caería yo también, sin esperanza alguna de emerger de aquella lúgubre depresión que entró en mi ser cuando por fin comprendí que ella me amaba.

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Tu puedes.
PoetryEn este libro esta plasmado como me siento a cada minuto del día tratando de seguir.