Love at its Twist

1.5K 92 36
                                    

Love at its Twist


Carta a una amiga

-Hola vieja amiga, cuanto tiempo. – Le saludó sonriente cruzando una pierna sobre la otra y recostando la espalda al sofá de cuero negro. - ¿Qué te trae de vuelta por aquí? – 

Miró aquel rincón, una pequeña habitación con una pequeña ventana que traía la única luz al lugar, estaba al parecer anocheciendo haciendo que la habitación se tintara de un atardecer anaranjado, alzó la vista y ahí estaban los largos y largos estantes de libros apilados, algunos en desorden, otros con portadas ya desgastadas y otros con la vehemencia de lo que pudo ser, lleno de ilusiones, de esperanzas, de sonrisas mágicas y vacíos inexplicables.

-Creo que ya sabes por qué estoy aquí, no tienes porque regodearte en mi miseria. – Respondió sin mirarla, en cambio se fijó en un escritorio al pie de la ventana que llevaba un libro abierto por la mitad y el letrero de “CAUCION” en rojo en una de sus páginas en blanco, entendiendo así un nuevo sueño truncado. – Ha pasado… cómo tú muchas veces me advertiste que pasaría. –

Se dio la vuelta para ahora sí mirarla y se encontró ya no con una sonrisa sino con una mueca de confusión, rodó los ojos y se dispuso a sentarse justo enfrente de ella, cruzó la pierna también y se quedaron en silencio un rato largo. – No creas que me hace feliz escuchar eso. – 

-Estarás feliz de tenerme de vuelta. – Respondió con ironía.

-Te equivocas. – Le hizo saber. - ¿Qué ha pasado? La última vez que hablamos no estabas demasiado bien, pero luego lo resolviste y estabas mejor que nunca, ¿Qué ha podido pasar en tan corto tiempo? – Preguntó con el ceño fruncido.

Respiró profundo antes de hablar. – Me he enamorado. –

-Eso ya lo sabía. Por eso no has venido a verme tan a menudo. – Le respondieron. - ¿Cuánto hace de eso? Como un año más o menos? – 

Ella asintió mordiéndose el labio y desviando la mirada. – Me ha costado lo mío, sabes? Aceptar que me he enamorado y no luchar contra ello. – 

-Lo sé muy bien, pareciera que le tuvieras miedo a eso. – Soltó con una risita.

-Más bien le tenía miedo a enamorarme y no ser digna. – Jugó con uno de sus anillos en la mano izquierda. – ¿Sabes lo poco probable que es que me quieran? – Sus ojos entonces se empañaron.

-Pero lo has logrado no? Alguien te quiere. – Le hizo ver lo obvio. 

-Y aún así no ha sido suficiente… Yo no he sido suficiente. – Endureció sus facciones, aguantando el nudo de su garganta. – Sabía que pasaría. Sabía que se terminaría cansando de mí. – 

-Esto ya lo hemos hablado, no hace mucho de hecho. – Le recordó su vieja amiga. – Y llegamos a la conclusión de que todo lleva su tiempo. – 

Esta vez fue ella quien soltó una risita llena de burla. – Ya, parece ser que conmigo todo es cuestión de tiempo. – Respiró profundo y miró a través de aquella ventana, vacío fue lo único que encontró con su mirada. – Siempre me ha costado llegar a ciertos lugares o estadios de mi vida y la gente simplemente… Se cansa… ¿Quien no lo haría? – 

-El amor no se cansa. – 

-Ha menos de que este se agote. – 

-Pensaba que el amor era inagotable. – Le refutaron rápidamente. – O eso dicen los poetas románticos. –

Love at its TwistDonde viven las historias. Descúbrelo ahora