Corvus

capítulo 13 Varitas

Una semana después, Corvus recibió una carta de Lucius y la Junta de Gobernadores aprobando su uso de una varita que no era Ollivander. Corvus saltó en el aire felizmente antes de vestirse para el día. La única estipulación dada era que tenía que ser una varita de un artesano italiano llamado Raphael De Luca.

La familia de tres organizó un traslador a Italia al día siguiente. Corvus estuvo tentado de explorar el campo, pero no tuvieron tiempo.

El distrito mágico italiano era mucho más grande que el Callejón Diagon. Las tiendas rodeaban una fuente central de magos y duendes en una gran plaza. En un callejón lateral, que es donde se trasladó, había un área separada que estaba formada por una línea de tiendas de campaña con vendedores externos. Corvus tuvo que ser arrastrado físicamente desde una carpa gastada que contenía libros y pergaminos antiguos.

Entraron en la tienda de varitas y fueron recibidos inmediatamente por un mago de aspecto antiguo. Su cabello era plateado y se destacaba sobre su piel besada por el sol. Los amables ojos castaños brillaron a modo de saludo.

" Buongiorno. ¿Ven posso aiutarti ?" Les dio la bienvenida

"¿ Parli inglese ?" Preguntó Corvus, esperando que el hombre hablara inglés.

"Si. Hablo inglés. ¿En qué puedo ayudarlo?"

"Venimos de Inglaterra. La tienda de varitas allí es... limitada. Necesito una varita."

"Hmm. Sí, Ollivander tiende a ceñirse a una opción limitada de núcleos". Estudió a Corvus un poco antes de decir. "Puedo hacerte uno. Hay varias razones por las que tienes problemas para encontrar una varita, pero no es imposible. Una razón es que tienes un aura más alineada con la Oscuridad que con la Luz. Mientras que Ollivander puede vender a magos Oscuros, las varitas no están tan en sintonía con el propietario como deberían ".

"Está bien. ¿Qué necesitas de mí?" Preguntó Corvus, curioso por ver el proceso.

"Tengo una poción para que bebas. Una vez borracho, las imágenes del núcleo de tu varita aparecerán frente a ti. Elegiré la madera en función del núcleo que te elija a ti".

Corvus se volvió para mirar a Bellatrix, que parecía cautelosa. "Ojalá trajera a Sev con nosotros", dijo inquieta.

El joven mago se llevó la mano al pecho fingiendo dolor, "¡Me ofende que no crea que mis habilidades estén a la altura!" lo que le valió un rápido golpe en la cabeza. Se volvió hacia el dueño "Estoy de acuerdo en tomar la poción si puedo saber lo que contiene. Haré un juramento de mago de nunca compartir la receta o prepararla por mi cuenta".

"Eso es agradable. Puedes verme hacerlo. Solo tomará media hora."

Corvus asintió y siguió al hombre hasta su taller. Observó las manos metódicas del artesano mientras cortaba las hierbas y removía la poción. Prestó mucha atención a lo que se puso, asegurándose de que nada de lo agregado reaccionara mal con otros ingredientes.

Cuando la poción estuvo completa, era un brebaje plateado brillante. "Increíble", murmuró el joven mago.

El artesano le sonrió. "Ya no hay muchos que puedan apreciar el Arte de la magia. Disfruto de las pociones y la elaboración, pero no muchos pueden ver la belleza en ello".

"Eres un verdadero artista", respondió Corvus, con asombro en su voz.

"Le agradezco joven señor. Me acabo de dar cuenta de que no entendí su nombre".

"Mis disculpas", respondió, extendiendo su brazo a modo de saludo. "Corvus Cygnus Lestrange".

El fabricante de varitas sonrió. "Raphael De Luca. Ahora, arreglemos tu varita."