|Avisen de errores ortográficos, por favor, así los corrijo y tienen una mejor experiencia leyendo los capítulos| <3
Contenido +18
Lea
Ya habíamos cenado y ahora cada uno estaba en su habitación; mamá y papá dormían juntos en su cuarto, Ruby y Jacob en otro y Emily dormía a dos habitaciones de la mía. Tenía tan solo tres años pero ya dormía sola y no se despertaba por las noches.
Mi habitación estaba pintada de color blanco, la cama era para dos personas, las paredes tenían mariposas de cartón coloreadas pegadas por las paredes, un espejo de dos metros adornaba una de las esquinas de mi habitación, mi escritorio en donde tenía un poco de maquillaje seguía allí, mi armario estaba intacto y el perfume que usaba cuando era niña aún seguí impregnado.
Un pequeño detalle me hizo levantarme de forma abrupta de la cama. Corriendo me dirigí a mi armario y abrí la caja fuerte que allí se encontraba escondida. Puse la mi huella y la contraseña de seis dígitos que me pedía: 079008.
Abrí la caja fuerte y un suspiro de alivio salió de mis labios al encontrarme con lo que dejé escondido antes de irme. No me juzguen, simplemente era una adolescente que se daba auto-placer. Sí, como lo imaginan, aquí dentro guardo un vibrador de color negro con pequeños detalles dorados.
Lo saqué de aquí dentro y volví a cerrar la caja fuerte. Me dirigí hacia mi cama y mordí mi labio inferior mientras pensaba. Quería recordar viejos tiempos, pero a la vez no. Normalmente cuando me masturbaba no había nadie en casa, pero ahora la casa está llena, aunque estén todos dormidos.
Si no hacía ruido no escucharían...
Me despojé de toda mi ropa, acomodé las almohadas al respaldo de mi cama y me apoyé en estas, quedando sentada en medio de la cama. Abrí mis piernas y sentí una brisa de aire soplar en mi entrepierna. Suspiré y prendí el vibrador en uno.
Éste tenía cuatro niveles: el primero era suave, el segundo aumentaba las vibraciones, el tercero ya era más rápido y el cuarto era extremadamente rápido. No me preocupaba por el ruido ya que éste no emitía ningún sonido pero las vibraciones eran deliciosas. Lo compré por Internet y nadie de mi familia se enteró, algo que agradezco demasiado.
Volviendo a la realidad abrí más mis piernas y prendí el vibrador en nivel uno. Lo pasé lentamente por mis senos y mis pezones se erizaron rápidamente. Suspiré y mordí mi labio inferior cuando la pasé por mi pezón izquierdo.
Amo mis pezones, son muy sensibles.
Estuve unos minutos jugando con ambos pezones hasta que ya estuvieron lo suficientemente erectos, tanto que ya dolían pero dolían de una forma deliciosa y placentera. Aumenté las vibraciones a dos y lentamente pasé el vibrador por mi panza, lo bajé lentamente hasta que quedó cerca de mi entrepierna. Atrapé nuevamente mi labio inferior entre mis dientes para evitar que un gemido salga de mí.
Por fin lo coloqué encima de mi clítoris y ésta vez el gemido que tanto había retenido lo dejé escapar. Las vibraciones enviaron corrientes eléctricas por todo mi cuerpo. Sentía mis mejillas calientes y mis jugos salían de mi vagina sin parar, tendría que cambiar las sabanas.
Aumenté las vibraciones a tres y jadeé al apretar el vibrador más a mi clítoris. Mis chicos se me vinieron a la mente y comencé a fantasear con ellos. Recordando los besos calientes que me habían dado antes de venirme hacia la casa de mis papás.
Como adentraban sus lenguas a mi cavidad bucal, como sus cálidas y deliciosas lenguas exploraban mi boca, como mordisqueaban mis labios con sus dientes a su antojo, como amasaban mi trasero con sus enormes manos de tal forma que mi estómago quedaba pegado a la erección que se les formaba.
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Lea [SUSPENDIDA]
RomanceLea es una doctora de veinticuatro años. Es una chica que no cree en el amor ya que siempre tuvo malas experiencias en todas sus relaciones, pero hubo una que la marcó profundamente. Los D'Angelo al verla supieron que ella sería su mujer. Están disp...