—Me gustas —repite, interrumpiendo a la chica frente a él. —me gustas desde el primer momento en el que entraste por esa puerta —señala la entrada del salón de clases —tan linda, tan sonriente, tan brillante.
Sana baja la mirada notablemente avergonzada. Su corazón late a un ritmo impresionante y de repente siente sus manos sudorosas.
¿Qué se supone que debe responder ante eso?, Había tenido un par de declaraciones en el pasado, pero ninguna se había sentido así, tan emocional.
El más alto toma su rostro entre sus manos, levantando su mirada hasta toparse con esos ojos color café que tanto le gustan.
—Lo siento noona. —susurra antes de unir sus labios, Sana no responde, solo se deja llevar, no siente la necesidad de alejarlo por el simple hecho de que ella lo necesita tanto como el.
Sus labios se mueven, en sintonía, con calma, encajando tan perfectamente que parece irreal.
Sus frentes se juntan una vez se separan, mirándose con detenimiento, sin querer perder ningún detalle el uno del otro.
—Yo lo-
—Si... —susurra la chica aún mirando las facciones de Jungkooj.
—¿Qué...?
—Me gustas Kook... No sé desde cuándo, no se el como, pero lo haces, haces que tenga una revolución interna cada vez que te veo, al principio quería negarlo, pero no puedo yo-
Kook la interrumpe juntando nuevamente sus labios con los ajenos, tan jodidamente dulces y adictivos que lo hacen querer nunca despegarse de ellos.
El timbre que anuncia el fin de las clases suena, Jungkook brinca sobre su lugar y abre los ojos de golpe, Jimin lo mira con una sonrisa de lado.
—Dormido de nuevo. —la vista del menor se dirige a la chica castaña —vamos amigo, deja de soñar y dile que te gusta, haz realidad esos sueños.
Ambas miradas se cruzan y como si algo desde el fondo de su corazón le hiciera tomar valentía se levanta y grita mirando aún a la chica de sus sueños.
—¡Noona!, ¡Mírame, me gustas!
Las risas de sus compañeros se escuchan a su alrededor, pero a Kook no le importa porque solo puede mirar a la chica tomar un muy tierno color rojo sobre sus mejillas, mientras se cohibe sobre su lugar.
Sus pasos se vuelven rápidos y toma sin pudor los labios de la chica, necesitado, saboreando ese sabor a fresa, Sana no lo aleja, por el contrario corresponde, mostrado sus sentimientos al más alto, quien se siente aliviado de no ser rechazado.
Había soñado con ello desde que vio a la castaña por primera vez, su brillo único y especial lo atraparon por completo.
—También me gustas.
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Debo informar que debido a que la cuenta de la autora original donde se publico esta historia osea @agushit fue eliminada por lo tanto los créditos ahora corresponden a: spicyoong
