[HISTORIA EN CURSO]
Kendall Sthatan es una chica que a sus veintiún años ha pasado por mucho en su vida, y ha tenido que luchar por mucho tiempo para vencer a fantasmas del pasado que a veces regresan para atormentarla.
Aegan Miller es un chico dul...
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AVISO DE CONTENIDO SENSIBLE: Abuso sexual (No descrito)
Me siento muy mareada... extraña.
Las luces de colores han comenzado a dar vueltas a mi alrededor, y el sonido de la música se escucha lejano. Siento un par de gotas gruesas bajar por mi frente. A pasos torpes comienzo a buscar entre la gente a Matt.
¿Dónde carajos se ha metido?
Necesito salir de aquí.
Nunca he sido de emborracharme tan fácilmente, y hoy sólo he probado los dos vasos de vodka que me ha traído Matt durante el rato que llevamos aquí.
No debí venir.
Debí quedarme en casa cómo lo tenía planeado pero Matt insistió tanto en que viniera que no pude negarme. He rechazado ya dos salidas, y se supone que es mi novio, no quería hacerlo sentir mal.
A unos cuantos metros, sus ojos café entran en mi campo de visión, y él se acerca rápidamente.
— Ey, ey, ¿qué te pasa, linda? — Su voz se oye un tanto distorsionada. Él me toma de la cintura para poder sostenerme.
Relamo mis labios— N-no me siento bien, Matt. Llévame a casa. —Mi voz sale un tanto débil.
Él no dice nada, observo como mira a nuestro alrededor, como si se asegurara de que nadie está mirando y comienza a caminar entre las personas, guiándome hacia las escaleras que están a unos metros de nosotros.
—Matt, llévame a casa. —Pido cuándo comenzamos a subir.
- En un momento, necesito buscar las llaves del auto.
Me siento débil, cómo si no tuviese control de mi cuerpo. Intento moverme, pero no puedo. Matt aprieta su agarre, y me guía al final del pasillo que lleva a una de las habitaciones. Al llegar frente a la puerta, me estampa contra la misma, y comienza a besar mi cuello. El olor a cigarrillo y vodka que desprende su cuerpo llega a mi nariz, y comienzo a sentir náuseas. Mi corazón comienza a latir sin cesar.
El miedo comienza a invadirme cuándo él aprieta mis caderas acercándome más a su cuerpo.
—Matt, para. —Digo con voz rota.
—Shh, tranquila. Sé que quieres.
Su voz ronca en mi oído me causa escalofríos. Quiero llorar.
—Por favor, para.— Un sollozo escapa de mis labios cuándo su mano comienza a moverse dentro de mi blusa. —Matt, por favor.
—Deja de seguir haciéndote la difícil, cariño. Llevo meses esperando por ésto, pero tú simplemente no has permitido que pase. No hagas que me moleste.
Él abre la puerta tras de mí, sin parar de tocarme y dejar besos en mi cuello hace que entre a la habitación. Intento empujarlo, alejarlo de mí, pero es imposible, mis brazos fallan, y yo sólo puedo llorar.
—Matt, me haces daño, para. —Suplico, pero él no me hace caso.
Mis piernas chocan con algo acolchado tras de mí.
La cama.
No, no, no.
Matt me empuja, y caigo de espaldas a la cama. Intento levantarme, pero él es más rápido, y se abalanza sobre mí. Con un hilo de voz ruego que pare, pero él no lo hace , aún cuándo comienzo a sollozar, a intentar alejarlo. Mi cuerpo tiembla cuándo mete sus manos bajo mi falda, y baja mi ropa interior. Mi miedo aumenta, y los latidos de mi corazón comienzan a incrementar, quiero gritar pero no puedo, cada vez me siento más débil, quiero vomitar, quiero salir de aquí.
—¡Suéltame, basta! —Grito desesperada mientras intento zafarme de unos brazos fuertes que me rodean.
—Ey, Kenny —Una voz dulce que conozco a la perfección llega a mis oídos. —Kendall, despierta
— Shh, tranquila. Soy yo — Aegan susurra en mi oído. Lentamente abro mis ojos, mi vista nublada gracias a las lágrimas que bajan por mis mejillas. Él me aferra más a su pecho, acariciando levemente mi espalda. —Sólo fue una pesadilla, peque, ya pasó.
Un sollozo escapa de mis labios, y hundo mi rostro en su pecho. No puedo parar de temblar. No entiendo porqué han vuelto, me costó muchísimo soltar aquello, como para que esas malditas pesadillas regresen después de tanto a atormentarme.
—Aquí estoy, ¿vale? —Aegan besa mi frente, y mi corazón intoxicado de amor comienza a latir desenfrenadamente, y mi pecho se calienta. — Estás a salvo.
A salvo.
Así me siento en sus brazos...a salvo, protegida. Sé que no puedo seguir prolongando mis sentimientos hacia Aegan, sé que él sólo lo hace porque me quiere, y soy su mejor amiga. Lo que él no sabe es que yo desde hace mucho tiempo he dejado de verlo cómo mi mejor amigo. Lo que él no se imagina, es que desde hace mucho, mis sentimientos hacia él crecieron, y se convirtieron en algo más. Que lo amo, y que ese amor cada día es más fuerte. Porque sin darse cuenta, él ha sido mi medicina dentro de tanto dolor.
Rodeo su cuerpo con mis brazos, abrazándome aún más a él. No quiero alejarme, y no me alejaré de él hasta que esa sensación de miedo y suciedad que me causan esas pesadillas se vaya. Porque él más que nadie sabe que no son sólo pesadillas...son recuerdos.
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¡QUE EMOCIÓN!
Acá les dejo el prólogo, espero que les guste. ♥️
En mis redes iré dándoles novedades respecto a la historia, estaré publicando pequeños fragmentos, y también por ahí les avisaré cuándo suba capítulo.
Me encuentran en Twitter y Instagram como @angiuck_
Sin más que decir, gracias por darle una oportunidad a mi historia, les amo como no miden.♥️
