Merengue
Se habían juntado, como la mayoría de las tardes, a simplemente hacerse compañía u otras cosas.
Alex estaba recostado sobre el regazo de Cheeto, mirando desde abajo su frondosa barba. Enredaba sus dedos en esta, dando pequeñas caricias a la mejilla del más alto.
Lo ama.
-Cheeto -este lo miró, en sus ojos se podía ver amor del más puro para el más bajo- te amo.
Se levanto de su posición acostada en el sillón, para cambiarse y sentarse a horcajadas sobre Cheeto, abrazándolo, ahora entrelazando sus dedos con los, rulosos, cabellos de este.
-Yo también te amo Alex -lo acerca más a él, abrazándolo por la cintura.
Se miraron a los ojos, compartiendo cariño, sentimientos y mostrándole al otro que las palabras que acabaron de decir, no eran vacías o falsas, sino que eran verdades llenas de sentimientos.
"Quiero estas con él para siempre"
Fue lo último que pensó el más bajo antes de que juntaran sus labios en un beso, lleno de sentimientos, lleno de amor.
----------Una semana después----------
Los amantes no se habían podido ver desde hace unos días, por distintas razones, pero mayormente eran excusas del más bajo. Que estaba ocupado, tenía que ver unas cosas. Bueno y así se pueden sacar muchas más excusas, creíbles o no creíbles.
Pero la verdad es que el chico había estado planeando algo, desde aquel pensamiento, esas palabras que cruzaron su mente y le dieron otra imagen de lo que tenía que hacer.
Ya tenía todo listo, esa noche Cheeto iría a su casa y lo haría, si lo iba a hacer.
Mientras tanto Cheeto estaba nervioso, desde hace algunos días que no se junta con Alex y esa llamada, corta y clara, no lo dejó muy bien. Lo puso más nervioso de lo que estaba.
Esa distancia del chico y lo misterioso, lo emocionaba pero a veces también los malos pensamientos cruzaban su cabeza, esperando lo peor.
Caminaba por el departamento de un lado al otro y Mangel con Rubius ya estaban cansados de tantas vueltas que daba el barbudo.
-Cheetoh tranquilo, que no ha de seh nada malo -ya era la milésima vez que Mangel decía lo mismo, pero como todas las veces anteriores, no resultó.
-Venga, que tu y Alex llevan mucho tiempo saliendo y no creo que de la noche a la mañana te salga con que quiere terminar y en verdad está enamorado de Willy -ok, las palabras de Rubius sirvieron menos.
Sus pasos aumentaron de velocidad e intentaba no hacer contacto visual con sus amigos, mientras murmuraba cosas que no se alcanzaban a entender.
-¡Pero es que estah semana ha estado tan distante! -dijo casi gritando.
El confía en Alex, lo ama y confía en el, entonces ¿Por qué los nervios? ¿Por qué la angustia? ¿Por qué el temor de que algo malo va a pasar? Quizás solamente está ansioso, tanto tiempo sin verlo, le hace falta estar con él y esa ansiedad hace que sus pensamientos se dispersen a las peores posibilidades. Pero en el fondo está seguro de que no puede ser algo malo.
-No es nada malo -terminó suspirando, para tirarse al sillón cerca de Mangel.
-Y acabah de notar que no es malo -lo golpeó en el brazo- nunca sería algo malo, por que ustedeh se aman -le dedicó una sonrisa a su amigo, en forma de apoyo.
-Así que ahora ve a ponerte guapo, porque esta llegando la hora del baile, Cenicienta -dijo Rubius con su gran sonrisa, mientras abrazaba a Mangel y se acurrucaba a su lado.
-Verdad -miró el reloj, ya faltaba poco para la hora que Alex le había dicho.
Fue a arreglarse, lo que sería una ducha rápida y otra ropa, en resumen, antes de salir miró el reloj. Estaba bien con el tiempo.
Al llegar a la casa de Alex tocó el timbre, esperó unos segundos y la puerta se abrió, dejando ver a Alex, el mismo Alex de siempre. Pero con algo blanco en su mejilla, era...
-Hola amor -el más bajo le dio un beso en la mejilla, acompañado de un abrazo- pasa.
Cheeto mientras entraba sacó algo de esa sustancia blanca en la mejilla de Alex y la probó.
-¿Merengue? -preguntó ya dentro de la casa.
Alex solo agachó la cabeza y señalo su cocina. Estaba nervioso.
La cocina era un desastre, había platos con distintas sustancias, potes con tantas otras y muchos platos sucios en el lava bajillas.
-¿Pero que...? -toda pregunta que hubiera pensado terminó al ver en uno de los muebles del lugar, un pastel, no tan grande, cubierto en merengue y con unas letras naranjas que decían una frase no muy larga.
"¿Quieres casarte conmigo?"
Cheeeto estaba atónito, no sabía muy bien que hacer. Pero solo volteó encontrándose con su amado, dándole un fuerte abrazo escondiendo su rostro en su cuello.
-Acepto -se escucho esa sola palabra en la cocina. Se quedaron en silencio.
Alex sentía como todo dentro de el explotara y le dejara un dolor que se disfrutaba, estaba feliz. Más de lo que jamás hubiera pensado y aunque fuera raro esa felicidad dolía, pero no hacía daño es un dolor suave que te hace estar conciente de que esto es real.
Por otra parte Cheeto soltaba unas cuantas lagrimas de felicidad. Era uno de los momentos mas hermosos de su vida y todo era perfecto, en especial por que el otro protagonista de este sueño es él, la persona que más ama, con la que quiere estar para siempre.
Se separaron del abrazo y se besaron. Un beso tierno y desesperado.
-Alex -susurró uniendo sus frentes- sabes a merengue -rieron un poco ante el comentario quedando otra vez en un confortante silencio- Te amo -Cheeto pasó su lengua por la mejilla de Alex aun con merengue.
----------Fin----------
Buenas, gracias por leer. Hace mucho que quería escribir algo Cheelexby, son mi OTP youtuber y los necesitaba. Le dedico este Drabble o One-Shot a Satur, por que... aceptó mi propuesta de matrimonio (¿)
Perdón por faltas de ortografía, gramatica, oc, problemas estomacales, dolor a piloro, etc... (mi madre me está retando, a esta hora yo debería dormir)
Abrazos para todos y hasta la próxima *3*
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Merengue [Cheelexby One-Shot]
Fanfiction“Quiero estas con él para siempre”, con besos sabor a merengue.