Ella, como cada mañana, se levantaba temprano para iniciar su nuevo día. Con una sonrisa reflejada en sus labios. Todo aquel que la veía, pensaba que por su sonrisa era la mujer más feliz del mundo. Pero se equivocaban en algo, su sonrisa era sólo para evitar los extensos cuestionarios. Ella, enfrentaba día a día sus múltiples demonios, demonios que invadían su alma, mente y cuerpo, controlando sus acciones. Entre esos huéspedes tan molestos se encontraban IRA y DEPRESIÓN. El primero, invocado hasta por la más sencilla estupidez; provocado una metamorfosis de una joven sencilla, educada y amorosa, a un ser lleno de odio y rabia, incontrolada, un ser que se refugiaba tras el dolor que inflingía, que traspasaba la barrera de lo correcto y hería, incluso, a los seres que tanto amaba. Pero hay más, el otro, ese demonio llamado depresión; ese que provocaba días de incontroladas lágrimas y noches de desvelo, que la hacía dudar de ella misma, llenando su mente de palabras vacías, susurrando al oído cada uno de sus errores. Y es que no sabría decirles cuál de esos 2 demonios la hacían sufrir más, creo que, incluso, sentía que se encontraba en el infierno, aún estando en la tierra... a esos demonios yo les llamo: bipolaridad
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Los demonios detrás de una sonrisa
RandomLas personas pueden estar felices por fuera aunque por dentro tengan un campo de batalla