El tren dio una brusca sacudida que proyecto abruptamente a Raisel hacía el frente; su hermano mayor, Hakkon, la detuvo antes de que fuera a estrellarse contra la pared de estaño, lo cual provocaría una herida que no dejaría admirar por completo su belleza en su presentación social. Los trillizos eran personajes de belleza que se debía admirar como a las antiguas y desgastadas obras griegas de hace tres milenios atrás: lenta, suave, detenida y con el buen ojo de un experto, porque en ellos corría una belleza clásica que ya no era muy admirada en la sociedad de Ildanya.
Era una prioridad de todo ildanyo/ildana seguir las modas del momento, dictadas sobre todo por la reina Althea y sus hijos, la princesa heredera Säde y el príncipe Damen; la moda dictaba que las mujeres debían ser rubias, altas, de ojos claros y tez pálida, con una belleza adormilada y aniñada que hiciera recordar siempre la inocencia y pureza de la infancia. Los hombres, por otra parte, debían ser de obscuro cabello, tez pálida, ojos claros y más altos que sus compañeras, además de tener una belleza atrayente, fuerte, sardónica e irónica que hablara de su experiencia en el desagradable bajo mundo. Los trillizos, sin embargo, eran personas que llamaban la atención justo por ser personajes fuera de los estándares de belleza que llevaba poco más de dos décadas en ser tendencia.
Como su madre, los trillizos tenían el cabello de un castaño rojizo que se encendía bajo los rayos de la luz del sol y que se movían en bucles que saltaban fuera de los rígidos peinados de la moda; como su padre, tenían los ojos de un obscuro verde que brillaba al sonreír o ser maliciosos con aquellos que no tenían su admiración y respeto, lo cual fascinaba incluso a sus peores enemigos. Eran altos, con complexiones atractivas según su género y expresiones atentas, divertidas y serias. Raisel, siendo la única mujer, había heredado el rostro en forma de corazón de su madre, con labios de una seductora cereza sonriente, mejillas suaves y rosadas, pómulos altos, ojos con forma felina y espesas cejas que estaban recortadas en arcos naturales y sin ningún color artificial en ellos.
Por otra parte, los hombres, Hakkon y Leto, habían obtenido la belleza masculina de su padre con su rostro de diamante con fuerte mandíbula y espesa barba en sus rostros ya adultos, además de un par de labios que escondían hoyuelos idénticos en sus mejillas derechas.
Cada uno tenía personalidades distintas y era fácil determinar a simple vista que Leto era el hermano divertido, despreocupado y relajado al ser el segundo en nacer, que Hakkon era el hermano serio, responsable y determinado al ser el primogénito y el siguiente en la línea de sucesión del clan Throill y Raisel era la atenta, elegante y confiada por ser la única mujer del trío. Nunca, ni siquiera de la mezcla más exótica, podrías encontrar a alguien que pudiera superar la atención, la atracción y el encanto que tenían estos tres hermanos del clan Throill.
Una vez estuvieron seguros, Hakkon alejo su brazo de Raisel en tanto que Leto se inclinó hacía la ventana, observando cómo los botones rápidamente se alineaban para sacar las maletas de los vagones con la mayor rapidez y el mayor orden con el que era conocido la compañía Sky-Night, propiedad de la familia Duna; aunque para los trillizos era un medio de transporte nuevo, innovador y rápido, para la gran mayoría de los habitantes del reino de Ildanya el viajar en tren era una señal de bajo presupuesto, mal gusto o clase baja. Las grandes casas solían viajar mediante la red Dorada, un sistema de transporte de gran capacidad, poca inversión y muchos beneficios para sus desarrolladores, el clan Orial.
Las casas de media clase solían utilizar transportes como aviones, barcos o la competencia de mala calidad de la red Dorada, la cual había sido desarrollada por la casa hermana de los Orial, el clan Ragail y llamada Shing-Dal; sus contras era la poca flexibilidad de horario, los muchos casos de desaparición y el vano intento por superar a la red Dorada.
Los trillizos, aunque siendo de una casa de media clase, se habían criado por 21 años junto al clan Dael, quienes eran de baja clase luego de haber perdido poco a poco los favores y el favoritismo de las reinas de Ildanya hasta el punto de que su única responsabilidad en el mercado eran los molinos dentro de su territorio, el Valle de Nausicaä.
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Ildanya: La ciudad de Alicante (I Saga Reinado de Althea).
ChickLitLejos, muy lejos de la presencia y la mirada de la reina Althea, los hijos trillizos del Gran Señor Grawa del clan Throill y Aysel del clan Dael viven en completa armonía y paz junto a la familia de su madre. Hakkon, el mayor, un inteligente hombre...