4. Siempre

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Aunque parecía una tarde despejada las gotas incesantes de la lluvia no se hicieron esperar, caían con un repiqueteo constante en el techo de la casa y el jardín.

Dentro del hogar Chifuyu que estaba echo un ovillo, abrazando sus propias piernas levantó la vista cuando Baji se acercó a él, tomo una de sus manos entre las suyas y depósito un suave beso en su coronilla.

-Tranquilo- dijo Baji cuando sintió los temblores que recorrían el cuerpo de Chifuyu.

Tomo la mano del rubio y la puso en el lugar donde estaba su propio corazón para que sintiera sus latidos.

-Aqui estoy- añadió- contigo.

Chifuyu asistió en su dirección y cerró la palma en un puño arrugando la camisa azul marino que llevaba Baji aquel día.

Baji paso una y otra ves su mano por la espalda y cabello de Chifuyu hasta que se calmó.

-No me abandones- dijo Chifuyu en voz baja.

Alzó la vista hacia Baji encontrándose con sus ojos llenos de lágrimas.

Acercó su rostro hasta quedar a centímetros de él y limpio las gotas que rodaban por sus mejillas, dirigió su mirada a los labios de Baji analizando cada detalle de ellos para finalmente aventurarse a besarlos.

-No llores- pidió Chifuyu.

-Toma un baño- dijo Baji- yo recogeré esto.

El pelinegro se puso de pie y tendió una mano al otro, cuando la tomo lo jalo para ponerlo de pie y tras un nuevo abrazo Chifuyu se perdió escaleras arriba.

Baji tomo todo lo que Chifuyu había tirado colocándolo de nuevo en su lugar, lo roto o que no tenía reparo lo llevo al cesto de basura.

Tomo entre sus manos aquel cuadro de la entrada, el vidrio que lo cubria estaba echo trizas pero la foto donde aparecían ambos apenas unos meses atrás estaba intacta, la saco y la coloco en la mesa.

Soltó un largo suspiro pensando en lo ocurrido, no era el primer ataque que sufría su pareja pero en los últimos meses habían disminuido, la terapia debía estar rindiendo frutos. 

Se dirigió a la cocina, tomo un poco de agua en una bandeja y una toalla. Subió las escaleras y de la habitación saco el líquido para evitar que las heridas se infecten, unas gasas y pinzas.

Cuando entro al baño Chifuyu estaba dentro de la tina, el cabello recogido en un chongo y pequeñas gotas de agua se adherían a sus hombros.

-Dame tus manos- pidió Baji.

Chifuyu chasqueó la lengua, creyó que no lo había notado.

Las extendió hacia el y Baji suspiro viendo que efectivamente estaban lastimadas.

-Sacare los pedazos de vidrio primero- aviso.

Tomo las pinzas y sacó uno a uno los vidrios incrustados en su piel que afortunadamente no habían llegado a dañarlo demasiado.

Tras terminar de retirarlos tomo la toalla y la sumergió en agua limpiando sus manos manchadas de sangre, coloco liquido en sus heridas con cuidado.

Chifuyu soltaba algunos quejidos pero las manos de Baji le impedían moverse.

Cubrió con gasas cada uno de los cortes y desecho la idea de las vendas al parecer no era necesario.

Chifuyu se encorvó en la tina dándole la espalda a Baji, estaba apenado hacia tiempo que no tenía un ataque de aquellos, quería esforzarse por Baji pero aveces no lo conseguía.

𝓜𝓮𝓶𝓸𝓻𝔂 𝓸𝓯 𝓓𝓮𝓪𝓽𝓱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora