Introducción: "mirada dorada"

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Los jardines del castillo eran mi lugar favorito, lejos de la corte, mi padre, los guardias y las doncellas.

Aspiro el olor de las rosas, son mis favoritas.

Puedo admirar como el sol se empieza a marchar y como la luna empieza asomarse.
Ya casi está oscureciendo y yo me concentro en admirar lo hermoso que es el atardecer; Lo rojizo en el cielo.. la paz y el silencio que trasmitía este lugar, todo era mágico.

-Princesa -Uno de los guardias se acerca corriendo, puedo notar lo exaltado que está. Lo veo con mi entrecejo fruncido, me ve de manera preocupada -Debemos volver al castillo -Su vista se fija hacia todos los lados -Deprisa.

Aquello me pone en alerta.

Me sujeta de la muñeca sin ser tosco a brusco para empezar a correr nuevamente. Sujeto una de las esquinas de mi vestido para alzarlo un poco y no caer.

¿Que esta pasando?.

Al llegar a la puerta del castillo chillo asustada al ver a un guardia tirado en el suelo desangrado. Los otros cuatro que están en la puerta le hacen una señal al guardia que está conmigo, este asiente y abren la puerta para dejarnos entrar.

-¿Que está pasando? -Pregunto asustada mientras nos dirigimos al salón del trono -¿Donde está mi padre?.

El guardia no responde y seguimos caminando con prisa. Estoy muy confundía y asustada.

-Exijo que me responda.

Me suelto de su agarre y detengo mi andar.
En ese mismo instante una figura masculina sale de la oscuridad de una de las habitaciones.

El guardia de inmediato saca su espada y me coloca detrás de si. Me congelo del miedo al lograr verlo con claridad... es un hombre rubio, fuerte y alto, está vestido con unas prendas rasgadas que están llenas de sangre al igual que su rostro...

Lanzó un grito de miedo cuando sus ojos, los cuales son de un amarillo brillante se tornan rojos, varias venas se marcan debajo de ellos y sonríe de manera diabólica dejando ver unos enormes colmillos.

A causa de mi grito su mirada se aparta del guardia y me ve a mi. Mi corazón late con fuerza, tanto que duele, estoy aterrorizada.

El guardia de manera inesperada y rápida entierra su espada en el la costilla izquierda del hombre quien siquiera se inmuta ni da muestras de dolor.

-Por Dios -Susurro sin poder creerlo.

El hombre se saca la espada como si nada y la lanza para luego levantar al guardia con una sola de sus manos. En ese preciso instante más de siete guardias y mi padre parecen rodeándolo.

Lejos de temer el hombre me ve y sonríe de una manera que hizo que mi corazón de detuviera y mi piel se erizase del temor, para después desaparecer con una velocidad sobre natural.

-Padre -Corro hacia sus brazos que al momento me corresponden con fuerza.

-Serena, princesa mía -Acaricia mi cabello brindándome calma -¿Estás bien?.

Le doy un asentimiento.

-¿Quien era él, padre?

-No lo sé, pero no estamos seguros aquí. En cualquier momento puede volver y no sabemos a qué nos enfrentamos -Ve a sus guardias- Reúnan a todos en el salón principal.

DEMONIO +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora