Oscuro

57 7 7
                                    

OSCURO

      Parado en la esquina de la gasolinera esperé a la señal de Martín  como me lo había dicho. Era más de media noche y no había nadie cerca, acto seguido decidí fumarme un cigarrillo mientras esperaba. Había estado preparando esta noche desde hace más de siete meses, así que nada podía salir mal. Los tiempos hasta el momento estaban cumpliéndose correctamente.

      Estaba muy emocionado por los beneficios que esto traería, ya que toda la herencia sería para mí, sin contar la parte que le tendría que pagar a mis compañeros por ayudarme con el trabajo, igual seguía siendo demasiado dinero. Aunque en esos instantes mientras empezaba a llover y me acababa el cigarrillo empecé a recordar todos los buenos momentos de nuestra niñez: cuando íbamos al parque a montar en bicicleta, las noches de insomnio contándonos historias de terror, las veces que asustado por pesadillas él se pasaba a mi cama, la navidad en que nos regalaron a Terry -nuestro perro amado-, las peleas que en nuestros años de adolescencia eran recurrentes por las fiestas y las mujeres y las numerosas vacaciones que siempre eran alegres y emocionantes. Por un momento me dio nostalgia y melancolía con un poco de tristeza al recordar que mi hermano siempre era el que me animaba en los momentos dificultosos y siempre me apoyaba en todo, pero bueno, las cosas tenían que ser de este modo.

         Ya empezaba a hacer frío, así que intenté llamarlos. Cuando saqué mi celular para marcarle a Martín recordé que no podía y que tenía que permanecer en la esquina de ese callejón  obscuro hasta que acabara todo esto. Me alcancé a fumar dos cigarrillos más. Algunos pensamiento de remordimiento y un poco de arrepentimiento llegaron a mi cabeza, pero para evacuarlos lo más rápido posible me dije a mi mismo que eso era normal la primera vez y aún más teniendo en cuenta que apreciaba a la persona afectada. También pensé en cómo despilfarraría esas riquezas y todos los negocios que haría con ellas, de esta manera el remordimiento se fue para siempre y solo quedó en mi mente la alegría de un buen trabajo hecho, la expectativa de crecimiento económico y la ansiedad porque el tiempo corriera más rápido para que llegaran con el trabajo finalizado y así poder informarle a mis padres y quedarme con las dos partes de la herencia.

      Pasados veinticinco minutos pensé que la misión había fracasado; empecé a pensar cómo le diría a mi madre lo que había sucedido, cómo no pude hacer nada y cómo a mí no me había pasado lo que a mi hermano sí, y para eso tenía que fingir un llanto terrible y natural. Volví a tocar la pistola, todavía estaba caliente y me hacía recordar cómo lo mire a los ojos y lo maté sin ningún tipo de temor. Por fin llegaron, el auto en el que iban era el de él, me subí y en el momento en que  arrancaron me dijeron: "no quedó rastro ni evidencia alguna, el trabajo ya está hecho". 

Somos las historias que jamás olvidaras. Amnesia STI

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 13, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora