Carta Erótica

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Sábado, fecha equis del mes séptimo del año en que me dí cuenta que naciste para ser mía.

Para tí, la mujer que me enseñó a amar, va dirigida mi carta:

Quizás mi encabezado haya hecho que, de alguna manera u otra, pienses que está ves mis palabras sean más de lo mismo; pero no puedo estar más en desacuerdo con esa forma de pensar. Admito que mi intención es la misma: Hacerle saber a usted lo mucho que la estimo, sin embargo esta vez no usaré los mismos métodos que empleé anteriormente. Esta vez no será igual. De hecho quiero hacerle vivir una experiencia única e inigualable, y para eso pongo mis sentimientos en sus manos de una manera más íntima, y con estas humildes palabras intentaré de la forma más decente posible, recorrer cada milímetro de su piel, suave y delicadamente, poniendo todo mi empeño y paciencia en hacerle sentir sensaciones que nunca antes había sentido.
Cada minuto que pasa mientras lee este sutil texto, su mente rememorará ese momento de su vida en el que conoció el placer máximo. Poco a poco, paso a paso, su respiración se hará más suave, más lenta. Su mente se vaciará totalmente y sólo pensará en ese lugar donde se sienta más cómoda, totalmente sola y agradable, lejos del mundo y sus problemas, sólo tú y un calor acogedor en la comodidad de su cama. Una vez allí, su piel comenzará a pedirle que la acaricie y sus manos acudirán sin negarse, mientras rosa con la punta de sus dedos las zonas de su cuerpo más sensibles mientras baja desde sus labios por su mejilla, su cuello, sus pechos, y su abdomen, esperando para seguir más allá de su ombligo hacia la cúspide de su goso, donde un intenso fuego comienza a calentar la zona más erógena de su ser. Un fuego tan profundo como intenso, que recorre desde su exterior hacia su interior, más y más adentro, provocando un deseo enorme e incontenible. Pero ha de esperar. Ahora sus muslos demandan sus caricias y usted complaciente se sentirá dispuesta a cumplir con lo que su cuerpo le pide. El cosquilleo provocado por sus manos siguiendo la geometría de sus muslos la llevan a acercarse cada vez más a su preciado baúl de sensaciones, e inevitablemente sus manos se posan sobre él, precionándolo y frotándolo suave, pausada y repetidamente contra su palma abierta, identificando cada segundo como una eternidad de placer y disfrutando al máximo mientras dure. En este punto solo frotar no le basta. Quiere sentir más, mucho más. Quiere explorar dentro y buscar todo ese placer que es capaz de expulsar desde su interior y que aún no ha salido, pero ya llegará su momento. Una de sus manos comienza a deslizarse de regreso sobre su piel tersa y uniforme, buscando desesperada pero lentamente su seno, disfrutando del recorrido. Usted cierra sus ojos y pone todos sus sentidos en función de captar cada gota de sensaciones que recorre su desnudo cuerpo. Sus dedos pellizcan delicadamente sus pezones exprimiendolos en un jugo embriagador, mientras sus dedos se escabullen dentro de su sexo. Es aquí donde la magia del deseo hace de las suyas impidiéndole detenerse. Una y otra vez, cada vez más profundo, más fuerte, más rápido. Es increíble, no hay comparación, ni palabras que puedan siquiera describir lo que usted está experimentando en este momento. No quiere que termine jamás. No tenía idea que algo así pudiera hacer que la infinidad del universo parezca minúscula. Su respiración se agita y su boca deja escapar gemidos que despiertan aún más sus ganas de seguir. Sabe que tarde o temprano acabará pero no se preocupa por eso. Una sensación nueva entra en escena. Es leve pero está ahí. Y mientras sus manos hacen de las suyas, ella se acerca más. Cada vez más cerca y más fuerte. Ya viene, y arrasa con todo a su paso. Ya no aguanta más, está apunto de explotar en un orgasmo y mientras tiemblan sus piernas, la lujuria se apodera de su cuerpo por unos cortos segundos que para usted se convierten en el paraíso. Sin poder moverse y exhausta, cansada por el exceso de placer que acaba de experimentar usted misma, recorre sus manos por todo su cuerpo, acariciando tan perfecta obra de la biología. Mientras tanto, y aunque no por mucho, me despido de usted, con la idea de seguir inundando su mente y su corazón con mis más dulces pero sinceras palabras. Hasta entonces ten presente que soy:

Siempre tuyo, y de nadie más,

S.A. Lavin

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⏰ Última actualización: Nov 21, 2021 ⏰

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