Guión para una, tal vez, futura historia

Guion de toda la historia

[Para mi amiguis Leti que ta leyendo esto ;>]
{Argentina vive en un pueblo en las lejanías del reino, junto a su madre Italia, una mujer de gran hermosura pero con un carácter fuerte, y su hermano, Uruguay un chico travieso pero sentimental. Su padre, Confederación, un militar de alto rango que había servido a la corona falleció en una batalla. La corona nunca le pagó a su familia lo que le debían por el esfuerzo de Confe, cosa que ellos no saben}

Ella es una joven hermosa, de largo pelo celeste brillante, unos hipnotizantes ojos ámbar, unas pecas rubias y un cuerpo esbelto y con un poco de musculatura, por el trabajo físico que hacia en su pueblo. Pero también tiene unas habilidades increíbles, unas tácticas impecables en pelea; una agilidad de envidia; buenas manos para la cocina, siendo los postres que hace unos lujos.

Siempre amó mucho a su familia, por eso, una vez fallecen, los recuerda rezándoles todos los días en el altar casero que hizo, que consistía en una mesita de madera al lado de la ventana de su cuarto, sobre un mantel rosa pastel y un sostenedor de velas. Están los porta retratos que muestran las fotos de sus parientes difuntos, entre ellos su abuela paterna, abuelo materno, tío y padre, acompañados de un florero con las flores más hermosas que encuentra o compra, un vaso con agua, y un plato en el que pone los postres o cosas que cocina con amor, también por supuesto una limpieza diaria para no hacer enojar a su abuela.

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Nuestra historia comienza como un día cualquier otro, Argentina se levanta con energía como todos los días y después del desayuno va a rezarle a sus difuntos familiares, pidiéndoles un buen día, una voz a su lado le susurra--No camines por el agua, dejarás huellas en las personas equivocadas-- la voz de su padre se escuchaba tal y como si estuviera vivo. Dejó eso de lado ya por la costumbre de que haga eso todos los días, agradeció la bendición y consejo y partió al pueblo junto a su hermano para hacer las compras. En el pueblo todo estaba revuelto, las mujeres más bellas que nunca, vestidas con sus mejores prendas, desde tres metros se puede oler sus perfumes. Los hombres llevan de la mano a sus hijas solteras, haciéndolas desfilar por la plaza principal, hasta los vendedores estaban bien vestidos, con sus carritos u mercancía espectacular. Ambos no comprenden el porque de tanto alboroto--Mirá Arge, ese ¿no es Don Esteban? Jamás lo había visto bien vestido y mirálo ahora, tiene mejor remera que la mía--Levanta un poco su brazo para que se muestre el hueco en su remera--Mirá, tengo una entrada de aire fresco para el verano--Dijo orgulloso, pero su hermana le golpeó el hombro--Uruguay, no levantés los brazos, anda a saber porque todos están tan formales. Capás y vino alguien con plata queriendo invertir en el pueblo y nosotros acá haciendo mala imagen--Siguieron caminando por la plaza, siendo vistos de manera incrédula por varios--Separémonos y terminemos rápido con esto--le susurro a su hermano, así cada uno caminaron por su lado, sabiendo que tenían que comprar, Uruguay fue por algunas frutas y verduras, mientras que su hermana por algunas cosas de higiene y carne, ambos se encontrarían en el arco de la plaza, para así volver juntos.. Cuando Argentina ya estaba caminando en dirección al arco, vio como un par de sus amigas desfilaban repetidamente frente a una fuente. Se quedó parada mirándolas un rato y notando como había un grupo de en su mayoría hombres sentados en la fuente. Cuando sus amigas se dieron cuenta de su presencia no tan lejana, dejaron su accionar y se acercaron a paso rápido--Argentina ¿por qué estás así vestida?--Dijo Bolivia, la hermana más joven que iba vestida con un vestido morado con toques dorados confeccionado por ella misma--Sí, no puedo creer que vinieras con una de las camisas de tu padre, al menos te hubieras puesto una menos sucia--Habló Perú sacudiendo el hombro de la contraria--Ni siquiera sé que carajos está pasando. Pensábamos que todo iba a estar igual que siempre  ¿A qué se debe todo este circo?--Preguntó, ya harta de no comprender la situación--Ay, tu sí que eres bruta--Bolivia golpeó la cabeza de la más alta con un abanico que tenia en sus manos--Ves los hombres allá sentados? Son personas de castillo, guardias, pero dicen por ahí que vienen a buscar una mujer para el príncipe--Habló Perú señalando discretamente a los guardias en la fuente descansando. Nada de lo que le dijo le dio buena espina--¿No les parece raro?--Las hermanas la miraron extrañadas--Que vengan a buscar a una mujer sin conocerla, y más de un pueblo en medio de la nada--¿Y eso qué? Son unos idiotas con dinero, pueden hacer lo que quieran así que hay que aprovechar--Acomodó su corset la peruana--Exacto, aparte son solo especulaciones, pero si tengo la oportunidad de irme con ellos y casarme con el príncipe del reino, yo voy encantada--Hablo convencida Bolivia abanicándose con su abanico a conjunto con su ropa--Dinero, joyas, fama, vestidos caros, ¿Qué más quiero?--Parecía estar soñando despierta, hasta que la peruana le quitó el abanico y le golpeo la cabeza--Me cansé de tu estúpido abanico--Argentina que parecía también haberse metido en su mundo, levantó la cabeza y dijo--No lo sé--Comentó de la nada--Papá siempre decía que la gente de la realeza es insoportable y no tienen buenas intenciones--Aferró con fuerza su bolsa de tela--Ay Tinita, ¿a quién le importa lo que digan sus padres? Deja de pensar en lo que decía tu papito y...--Bolivia golpeó levemente con el codo a la peruana, mirando repetidamente a la más alta, haciéndole entender que era imposible competir contra la argentina si se postulaba--¿Sabes qué? No dije nada cielito, ve a hacerle caso a tu papá, y ya que a ti no te gustan estas cosas, será mejor que pases muy lejos de ellos, nosotras vamos a seguir probando suerte--Dijo Perú mientras Bolivia intentaba empujar a Argentina, que apoyaba con fuerza sus pies en los ladrillos del piso, poniendo los ojos en blanco con una sonrisa divertida por la actitud de las contrarias. Una vez dejó de apoyarse firmemente del piso, decidida a seguir su camino, casi hace que Bolivia se caiga, siendo sujetada por ella, siguiendo su camino--Camina bien lejos de ellos, así no te ven--Escuchaba como Perú le gritaba desde la distancia. Pasando por el centro de la plaza, fue por detrás de la fuente para que les sea imposible verla. Mientras caminaba, pensaba en el consejo de su padre esa mañana, "No camines por el agua, dejarás huellas en las personas equivocadas"--Que consejo extraño, ¿a qué se referirá? ¿Se habrá olvidado como formular oraciones coherentes? Los espíritus a veces decían cosas tan extrañas--Pensaba para si misma--No camines por el agua--Repetía una y otra vez en voz baja--No camines por el ag...--Distraída pisó lo que parecía ser un charco de agua, pero en realidad era algo mucho más profundo, haciendo que se resbalara y callera sentada dentro del hueco, revoleando las bolsas de las compras a un costado, seguras del agua--¡Es una bruta! ¡Le decimos que no llamé la atención y va y se cae!--Escuchó como gritaba Bolivia completamente enojada y celosa de que por su estruendosa caída hubiera llamado la atención de todos. Cuando giró su cabeza hacía la fuente, no solo vio como gente se reía, sino como uno de los guardias del castillo caminaba apresuradamente hacia ella. Sin pensarlo dos veces se levantó rápido, aún con su ropa sucia y mojada, quedando enfrente del el hombre que parecía querer socorrerla--¿Se encuentra bien señorita?--Las risas cesaron--Tenga, un abrigo para que se cubra--Le tendió la mano con su abrigo--No es necesario, ya me iba a casa--Dijo nerviosa y avergonzada, alejándose un poco del desastre, buscando sus cosas. Empezó a levantar las cosas que se cayeron, siendo seguida por el soldado que también la ayudó. Con el rabillo del ojo pudo ver como su hermano aparecía en el plano, corriendo hasta ella--¿Vive lejos de aquí? Puedo acompañarla hasta su casa y transportar las cosas, ¿Cómo se llama señorita?--Empezó a preguntar el soldado, miró su pecho y vio algunas medallas--No es necesario, puedo irme sola--El hombre insistió en acompañarla, pero su hermano apareció en su ayuda--No es necesario, viene y se va conmigo--Se paró en frente de ambos, sacando pecho queriendo lucir amenazante, pero ser el más pequeño de los tres no le servía de nada. El guardia rio--¿Es acaso este su guardia señorita?--Dijo con gracia--No insista por favor, tenemos que volver a casa. Vamos Uruguay--Argentina levantó su bolsa y caminaron (casi corrieron) hacia su casa. El guardia volvió junto a los demás, dejó su abrigo, y se acerco a Don Hernández, el artista del pueblo--Tienes un retrato de esa mujer?--Claro señor, guardo una copia de cada dibujo que hago--Sacó de un bolso bastante grande una hoja con el retrato de Argentina--Aquí está señor--El soldado lo miró y se los mostró a los demás, todos asintieron--¿Podrías redibujarlo? Nos lo vamos a llevar--Le tendió el dibujo al dibujante para que empezara a calcarlo--¿Encontraste lo que buscabas Barcelona?--El nombrado no dijo nada--¿Les es conocida?--¿Qué sabes de ella? ¿Sabes donde vive? ¿Quiénes son sus padres?--Por fin habló--Claro que la conozco, a ella, a su hermano, madre y padre, he ido varias veces a su casa para que me dé galletas, pero no entiendo porque Confe jamás me quiso, no es como si diera información sobre su hija a extraños--Rio--Vive casi a las afueras del pueblo, tienen un gran campo. Italia la madre, es curandera, pero trabaja vendiendo comida o adornos por la tarde, dicen que en su juventud era una bruja, quien sabe quizás lo siga siendo--Tomo de su jarra con vino--Mientras que el padre era un militar muy reconocido, seguro les es conocido el nombre Confederación--El anciano rio levemente por la cara sorprendida de varios--Aquí se ocultaba el muy cabrón--Habló Granada aún asombrada. Unos de los mejores luchadores del país, su compañero en varias misiones, había ocultado a su familia y vida privada ahí sin querer decírselo a nadie--No nos hables del padre, ya lo conocemos dinos quien es la niña--Hablaron un poco más de la joven, hasta que el dibujante terminó los dibujos y como si nada hubiera pasado, esa misma tarde los guardias volvieron a palacio con la imagen de la joven en sus manos.