O2. ¿You better shape up, nerd?

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Después de que Kacchan lo echara de su habitación, Izuku caminó de regreso a la suya con la mente en caos absoluto. Cerró la puerta, se dejó caer sobre la cama y, aún ruborizado, respiró hondo mientras su corazón latía a mil por hora.

No podía quitárselo de la cabeza: Bakugou, en esa posición tan... provocadora. ¿Y ese... juguete? ¿Así era como lo usaba?

Intentando calmarse, hizo lo primero que le vino a la mente: abrir la laptop y buscar en línea.

¿Qué hacer si viste a tu amigo en plena paja y te excitaste al verlo abierto de piernas de esa forma tan sexy con un dildo dentro de su agujero y no paraba de gemir mientras su cuerpo temblaba y el liquido presemen salía de su pene?

Le dio un toque a la tecla de búsqueda y, para su sorpresa, ¡había un montón de resultados! Abrió uno de los foros, lleno de confesiones de otras personas que habían pasado por cosas similares. 

"Okay, Deku, respira...", se dijo, aún con escalofríos. Pero las imágenes volvían a su mente: Kacchan, su expresión, los gemidos... Sintió su cara arder. ¡Estaba a punto de perder la cabeza!


Al día siguiente, Izuku intentó evitar a Bakugou todo lo que pudo. Pero no fue fácil. Kacchan parecía decidido a hacerlo sufrir. En el pasillo, lo atrapó entre un casillero y la pared, con esa sonrisa que le hacía estremecer.

—¿Por qué tan nervioso, nerd? —le susurró Bakugou, alzando una ceja—. ¿Acaso viste algo que no debías?

Izuku se puso tan rojo que parecía a punto de explotar. Intentó dar una excusa, algo, ¡cualquier cosa! Pero las palabras se le atoraron en la garganta.

—¿Qué pasa? ¿No puedes ni hablar? —Bakugou soltó una risa baja y burlona—. Tenes que ponerte las pilas, nerd. Porque necesito un hombre, y no veo que seas capaz de manejarlo —se inclinó más cerca, rozándole apenas el cuello con la boca—. ¿No es así, nerd?

Izuku se tambaleó, sintiendo el corazón casi salirle por la boca. ¡¿Por qué Bakugou tenía que decirle esas cosas?! Intentó responder, pero Kacchan se dio la vuelta y se alejó, dejando a Izuku colapsado contra el casillero, con el cerebro hecho papilla.

El resto del día fue un calvario: cada vez que pasaba junto a él, Bakugou soltaba frases al azar con un tono burlón, como si no hubiera hecho absolutamente nada la noche anterior. Cuando Izuku se le quedó mirando de reojo durante una clase, Bakugou le sonrió y le susurró:

—¿Qué? ¿Acaso quieres que te dé otro espectáculo?

Izuku sintió que iba a desmayarse.

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Al final del día, Izuku intentó respirar hondo para relajarse, pero cada vez que veía a Bakugou, sus palabras se repetían en su mente como una canción:

"Tenes que ponerte las pilas, nerd..."

Y, por supuesto, él no podía hacer más que fantasear, con las mejillas rojas y el cerebro a punto de hacer corto circuito.

Y, por supuesto, él no podía hacer más que fantasear, con las mejillas rojas y el cerebro a punto de hacer corto circuito

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𝐘𝐎𝐔'𝐑𝐄 𝐓𝐇𝐄 𝐎𝐍𝐄 𝐓𝐇𝐀𝐓 𝐈 𝐖𝐀𝐍𝐓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora