- Buenos días a todos - carraspeó una voz - ya hemos solucionado las cuestiones técnicas y podemos dar inicio a la presentación del curso.
Un hombre bajito y avanzado en edad se ajustaba unas gafas de vista mientras ordenaba un manojo de papeles frenéticamente sobre el atril del escenario. Tras ajustar la altura del micrófono, continuó:
- Algunos ya me conocéis, me llamo José María de la Huerta y soy el coordinador de este máster. Como bien sabéis, se trata de un curso habilitante, es decir, os habilita a ejercer como arquitectos después de haberos formado durante el grado - recitó prácticamente de carrerilla - A algunos os recordará al antiguo modelo de proyecto de fin de carrera puesto que al final la conclusión es la misma, que es la maduración de un proyecto que tendréis que defender ante un tribunal. A continuación, os describiré la organización del curso.
El máster se repartía en cuatro bloques que duraban dos meses y medio cada uno, y correspondían a las distintas fases de elaboración del trabajo. Dado que eran muchos estudiantes, les iban a dividir en tres grupos o Aulas, dos en horario de mañana y una en horario de tarde, de tal manera que cada Aula iba a contar con unos profesores propios y con un enunciado distinto. Los coordinadores de Aula eran Abad por la tarde y Guerrero y el propio de la Huerta por la mañana.
Tras la explicación general sobre la organización del curso, cada uno de los coordinadores presentó su enunciado para el curso: Abad planteaba ubicarse en Málaga, Guerrero en Barcelona y de la Huerta en Teruel. Los distintos enunciados trataban sobre la arquitectura energéticamente sostenible en el caso de Málaga, el impacto del turismo en la ciudad en el caso de Barcelona y la recuperación de la España vaciada en el caso de Teruel.
Cada uno de los grupos de profesores fueron exponiendo detenidamente cómo enfocaban el enunciado, en qué extensión se iba a permitir intervenir y las distintas dinámicas de trabajo. Por ejemplo, en Barcelona planteaban un proyecto ubicado dentro del propio municipio, mientras que en Teruel daban más libertad para explorar la provincia entera y ubicarse según los resultados de la fase de documentación.
La parte positiva es que eran enunciados lo suficientemente genéricos para permitir que cada estudiante investigase un tema que le gustase, pero suficientemente concretos para permitirle situar el ejercicio en una zona acotada. Y aunque eran tremendamente llamativos, cualquier estudiante de la ETSAM sabía que siempre tenían truco. Al final, el programa en Proyectos era lo de menos, y prácticamente siempre se acababa eligiendo por afinidad con el profesor.
De la Huerta dio conclusión a las presentaciones y terminó de informar sobre la burocracia relativa a la asignación de grupos. El resto de asignaturas iba vinculada al enunciado que se escogiese, por lo que sólo debían elegir la preferencia de Aula en la aplicación web y al final del día, recibirían un email con la distribución de grupos.
Comenzaron a levantarse para marcharse cuando de la Huerta les interrumpió:
- Disculpad un momento, se me ha olvidado comentaros una novedad de este año - Bea y Luís se miraron sorprendidos. Llevaban demasiados años y siempre estaban al tanto de todo lo que ocurría en la Escuela, pero aquello les pilló desprevenidos - Hemos llegado a unos acuerdos con el Ministerio de Transportes y Movilidad para que desde la comisión de Agenda Urbana y Arquitectura se faciliten unas becas relacionadas con los enunciados de este año, de tal manera que quien quiera, pueda solicitarlas. En caso de que os las concediesen, se podrían realizar unas prácticas laborales de investigación, y el trabajo que se realice en el máster además de concederos la habilitación profesional, puede servir también como propuesta a problemas reales que actualmente se están dando en España, e incluso como medidas factibles que puedan ejecutarse desde el organismo público, con posibilidad de una primera incorporación. Así que si alguno estáis interesados en aplicar, en cuanto sepáis en qué grupo os ha tocado, podéis preparar la propuesta; traedla a clase el lunes que viene para presentarlas para así empezar con material, corregir y pulir de cara a vuestra solicitud.
Se detuvo un momento mientras el público comenzaba a murmullar ante el estupor que causaba oferta. Habían guardado muy bien el secreto, y ciertamente, era un bombazo.
- Os invito a que os lo planteéis al menos. Es un programa piloto que queremos introducir desde la Escuela y creemos que es una muy buena oportunidad para vosotros. Estamos convencidos del nivel que tenemos en casa y queremos demostraros que confiamos en vosotros. Sabemos que el máster es muy duro, y si podéis sacar provecho, el esfuerzo valdrá aún más la pena. Con esto, finalizamos. Nos vemos el lunes.
Los profesores desfilaron hacia las salidas mientras que la gente se ponía en pie y empezaba a abandonar la sala. Luís se encontraba perplejo. Por un lado, esa noticia le alegraba bastante, ya que resolvía la tarea de tener que buscarse unas prácticas, pero por otro lado, siendo consciente de la realidad, él ni de lejos era un estudiante destacado y existía demasiada competitividad como para que le diesen la beca. Mientras se levantaban y ponían rumbo a la cafetería para comer, siguió dándole vueltas. Lo miraría esa tarde detenidamente y si se le ocurría alguna idea, igual hasta se aventuraba a participar. Al fin y al cabo, ese tipo de experiencia es la que en el futuro te abre muchas puertas.
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Vidrio, Acero y Piedra
RomanceUn ajetreado estudiante de arquitectura descubrirá accidentalmente cómo hasta en el mundo más caótico puede hallarse un atisbo de paz.