47. ¡Gol!

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-Johan sabes que no me interesa el futbol- dije por décima vez ya fastidiada.

-Por favor Calle- suplico- Cumplimos dos meses y siempre te llevo a los lugares que quieres- suspire.

-Bien... iré- declaré rendida.

Él celebró con una gran sonrisa, a veces solía ser alguien estúpido, pero lo quería o al menos eso me hacían creer mis papás.

-Pasaré por ti a las 5, ¡Nos vemos!- iba a darme un beso en los labios, sin embargo, giré mi cabeza siendo uno en la mejilla.

Suspiro para luego irse.

La historia con Johan era algo... Particular. Mis padres al ser personas de clase alta tenían que mantener una buena imagen al igual que con sus hijos y allí entro yo la oveja negra de la familia, a los 16 años les confesé que me gustaban las mujeres cosa que odiaron e incluso me hicieron ir a un internado con el objetivo de curar "mi enfermedad". Pase dos años allí hasta cumplir la mayoría de edad, regrese a casa, pero al parecer mi madre ya tenía mi futuro planeado, allí es donde entra Johan el novio perfecto de clase perfecta y lo más importante era un hombre.

Fue shockeante saber que luego de dos años sin saber nada del mundo exterior ya tuviese un novio y esposo futuramente, lo último me hacía querer vomitar. Johan no era un mal hombre, sin embargo, él no me atraía en lo más mínimo de hecho nuestra primera pelea fue un poco antes de cumplir dos meses.

Flashback

Íbamos en el auto camino a mi casa después de nuestra "cita" si es que se le puede llamar así, ya que estuvimos diez minutos y nos fuimos.

-No parabas de mirarla- susurro Johan.

-¿Qué?- pregunte confundida.

Él se estacionó hacía un lado de la carretera para mirarme furioso

-¡La chica de al lado!- grito- No parabas de mirarla- reí.

-¿Y eso qu...?- me interrumpió.

-Tus padres me contaron acerca de tu problema- agaché la cabeza- Nunca me miraste de esa forma, pero con ella eras diferente- podía sentir el odio en su voz.

-No eres tú, soy yo- él me miro incrédulo- Tú no me gustas y lo supiste desde un principio- susurré.

Fin del flashback

Desde ese día el intento todo por conquistarme, pero nada hizo que yo enamorara de él.

[...]

-El futbol es tan romántico, tu padre siempre me llevaba a los partidos- decía mi mamá tan feliz porque Johan siguiera los pasos de papá.

-Creo que sería más romántico ir con alguien que si amas- frunció el ceño.

Justo en ese momento sonó el timbre, mi madre se dirigió a abrir como siempre ella se emocionaba más que yo al ver a Johan.

-¿Nos vamos amor?- pregunto pasando su brazo alrededor de mi cintura.

No respondí solo salí rápidamente de ese lugar. El camino hacía el estadio fue silencioso de vez en cuando él hacía algunas preguntas a lo que contestaba dando por terminada la conversación.

Al llegar hacía un montón de gente y era de esperarse, ya que era la final de dos equipos demasiado importantes, pero yo ni siquiera recordaba los nombres. Me adentré en el estadio buscando los asientos mientras que Johan iba por la comida.

Habían pasado diez minutos desde que ya había empezado el partido y Johan ni aparecía, sinceramente este partido comenzaba a darme sueño.

-Es tu primera vez yendo a un partido- dijo segura una voz de mi lado.

Gire mi vista hasta encontrarme con una chica con su vista al frente, llevaba una gorra que evitaba viera su rostro, vestía con unos jeans rasgados y una sudadera con el logo de adidas.

-¿Disculpa?- pregunté mirándola.

-Dije que era tu primera vez aquí- respondió aún sin mirarme.

-Lo es...- susurré confundida.

-¿Entonces porque no te vas?- abrí los ojos sorprendida, ella enseguida se volteó a mirarme- N-no quería que sonara así... Pero lo que me refiero es porque no te vas si se te hace aburrido estar aquí- me perdí en sus ojos.

-E-espero a mi novio- frunció ligeramente el ceño para después girarse a observar el resto del partido.

No me dijo nada y yo preferí quedarme en silencio, de vez en cuando miraba de reojo a la otra chica quien parecía entretenerse viendo a los jugadores correr detrás de una pelota...

Había acabado el primer tiempo por lo que las personas se paraban para ir a comprar algo de comida o ir al baño.

-No creo que aparezca- declaró la chica.

-Lo sé- respondí tomando mis cosas.

-¿Te iras?- pregunto mirándome fijamente.

-No tengo nada más que hacer aquí- ella se levantó.

Note que era más pequeña que yo algo que me causo ternura.

-Si nos volvemos a encontrar deberás invitarme a una cena- sonrió.

Asentí riéndome, me fui de allí sin mirar atrás cosa que me arrepentí luego, ya que esa chica era hermosa y las posibilidades de volver a verla.

[...]

Dos semanas y medias desde que termine con Johan, dos semanas desde que mis padres me echaron de casa, pero lo más importante fue hace un par de horas desde que me reencontré con María José la chica del estadio.

Todo había sido magnífico porque si bien mis esperanzas de volver a verla eran nulas había pasado y ahora estábamos en un restaurante donde me di cuenta que su risa era lo más hermoso que mis oídos escucharon.

-Es algo tarde y mañana debo trabajar- dije sonriendo.

-Claro, déjame pag...- la interrumpí.

-Yo te invité, yo debo pagar esta vez y tú la próxima- ella sonrió tímidamente.

El camino a casa nos la pasamos cantando canciones que salían en la radio una que me encanto fue Invisible Chains de una tal Lauren Jauregui.

Al llegar al lugar donde me estaba quedando, María José se dirigió a abrirme la puerta tendiéndome su mano para ayudarme a bajar.

-Estuvo muy linda esta noche- susurré.

-Espero que se vuelva a repetir- mencionó con una sonrisa.

-Me darías t...- me interrumpió con un beso.

Al principio ninguna movía los labios hasta que ella lo hizo lentamente siendo un beso tierno que comenzó a subir de tono cuando yo lo correspondí, sentí su lengua pasar por mi labio inferior pidiendo acceso a lo cual se lo di inmediatamente.

Sentí como su lengua jugaba con la mía creando un entorno más caliente, sus manos empezaron a bajar llegando hasta mi trasero, pero nos separamos cuando sentimos que el aire faltaba.

-¿Quieres entrar?- pregunté tratando de recuperar el aliento.

-Si entro ya sabes que pasara- sonreí tomándola de la mano hacia adentro.

[...]

Después de esa noche fuimos a más citas e incluso a partidos de futbol, ella me obligaba a gritar emocionadamente cuando había un gol o si no terminaba castigada en la noche.

Sentía que empezaba a enamorarme de ella perdidamente.

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¡Holaaa! Siento estar desaparecida, pero como son los últimos días de clases te llenan de tareas pronto estaré actualizando más seguido.

Espero que les haya gustado esta historia. No se olviden de votar y comentar.

Lxs amo, cuídense ¡No se olviden de hidratarse!

-D.

One Shots |CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora