Te escribo mientras las estaciones pasan y el otoño llega,
las hojas caen frías sobre el suelo húmedo
y nosotros tendemos a escondernos en cuellos ajenos,
perdernos en pupilas desconocidas
para pasar a rompernos en cada sonrisa.
El viento sopla en otra dirección,
en dirección contraria, y jugamos a dibujar en nuestra piel,
a tener frío y destaparnos,
a bailar como en las películas,
acompañados de pisotones y de nuestras risas como música.
Jugamos a inventarnos recuerdos,
a consumirnos en invierno
y morderte el labio en primavera.
Te escribo mientras las estaciones pasan y el verano llega,
no nos quisimos de vuelta, decidiste volverme del revés.