CAPÍTULO 2: COSTUMBRES Y DESCUBRIMIENTOS

159 7 1
                                    

Según me explicó el capitán, me encontraba en la bodega del barco, absolutamente todo era de madera, las paredes, el suelo... El pasillo por el que caminábamos era estrecho, había espacio a penas para dos personas, después llegamos a las dependencias de la tripulación, que consistían en varias literas alineadas. Todo estaba bastante ordenado para ser un barco, a la izquierda de la sala había varias mesas con marineros sentados en ellas.

-¿Qué están haciendo? – Le pregunté asombrada.

-Están jugando a juegos de azar... a las cartas, a los dados... - Me respondió indiferente – Son sólo pasatiempos...

Me guio por unas escaleras de madera que subían a la cubierta. Una vez fuera miré a mi alrededor asustada, estábamos rodeados de agua, por todos lados... El recuerdo de mi pesadilla volvió a mí, cuando el barco rompió una ola y se tambaleó estuve a punto de caer al suelo pero el capitán me sujetó entre sus brazos. Él me retuvo más tiempo del necesario, pero yo tampoco me soltaba de lo asustada y mareada que me encontraba, finalmente oí unas risas y me separé a tiempo de ver como un par de hombres nos miraban.

-¿De qué os reís muchachos? ¿A caso no habéis visto nunca a una dama asustada? – Exclamó con una carcajada, no sé por qué pero su comentario me enojó. Después se volvió hacia mí y me miró a los ojos para después hablarme en voz baja de modo que fuese la única que lo oyese – Discúlpalos... no suelen ser tan desconsiderados... Es solo que hoy todavía no hemos ganado ningún botín y están algo aburridos... - Jarrod me dirigió una sonrisa de suficiencia y me dio la espalda para dirigirse hacia el timón del barco.

Sin saber qué hacer, les dediqué una corta mirada a los que se habían reído de mí y después seguí al capitán, no quería quedarme sola en mitad de la cubierta. ¿Y si venía una ola y me arrastraba? Era un miedo irracional... pero no estaba acostumbrada a viajar en barco y mucho menos a estar en mar abierto. De nuevo me sentí mareada y corrí al borde del barco, por suerte no vomité, pero podía notar como me estaba volviendo pálida. Al llegar hasta el capitán, me sujeté de la barandilla y observé el paisaje, lo cierto, es que era hermoso... El viento removió mi cabello y sin pensarlo solté un suspiro, era agradable, más de lo que quería reconocer; el único sonido que se percibía era el de las olas rompiendo contra el barco.

Jarrod me miraba con una media sonrisa en los labios mientras sus manos sujetaban con fuerza el timón. Me fijé en él, tenía una pose de seguridad y tranquilidad, su cuerpo estaba relajado, su rostro inexpresivo y sus labios ahora se encontraban formando una fina línea. Era apuesto, por un momento me lo imaginé vestido con un traje de caballero, con la cara lavada y el pelo peinado y suelto. Sus ojos de color del hielo fijos en los míos y sus labios a escasos centímetros de mi cuello mientras ambos bailamos al son de una melodía íntima en un gran salón de ceremonias...

Salí de mi ensoñación cuando oí un grito desde lo alto, alcé la vista y solo vi velas y más velas.

-Es de la cofa de vigía – Me aclaró el capitán, que había advertido mi confusión. Después vino otro hombre que se dirigió a él.

-Capitán, hemos avistado un barco enemigo a ochocientos metros... ¿qué hacemos? – Él sonrió y le contestó con una voz potente.

-¡Preparad los cañones! ¡A toda vela! – Dijo mientras otro hombre repetía sus palabras para que llegasen a todas partes de la cubierta. Jarrod hizo virar el barco y de nuevo me tambaleé.

-¿Qué está pasando? – Pregunté preocupada. Él me miró con el ceño fruncido como si se hubiese olvidado de mi presencia por un momento.

-Llévatela debajo de nuevo... - Le indicó al hombre con un gesto de cabeza. Él me agarró del brazo y tiró de mí, yo no me moví y me hizo daño.

ENTRE  MAREAS(pausado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora