Narra Vegetta
-Willy-, me acerqué lentamente a sus labios para poder besarles, los tenía entre abiertos y su ojos aún estaban cerrados, seguramente estaba agotado por lo de anoche. -Willy-, le volví a nombrar al separarme de sus labios. Guillermo abrió lentamente un ojo primero, para luego volverlo a cerrar y darme la espalda, -Tengo sueño-, se quejó removiéndose bajo las mantas. Una sonrisa se pintó en mi boca al notar que aún seguía sin ropa, se veía su trasero, -Si me sigues dando esa cara créeme que no te sentarás en un par de días-, le susurré a la vez que me acercaba a su hombro para morderlo y deslizar mis manos por su espalda... y un poco más abajo. Él se movió al sentir el tacto de mi mano volteando nuevamente su rostro a mi, mientras pegaba la manta a su cuerpo impidiéndome verle, yo sonreí pícaro y le di un besito en su nariz, Guillermo relajo su cuerpo y me abrazó. Se colgó de mi cuello y me comenzó a besar todo el rostro, yo le sujeté la cintura y giré para que quedara sobre mi. -Me gusta esta posición-. Dijo divertido en medio del beso. -Algún día, chiqui-. Le respondí para luego morderle el labio inferior.
Nos levantamos y nos pusimos un poco de ropa para bajar a desayunar. La mañana en casa fue bastante entretenida, besos, caricias, frases con doble sentido y un interesante debate sobre que Dios es mejor en Smite, ojalá fueran así siempre. Usualmente cuando estaba con él era en lugares públicos donde la gente deja criticas y odio, hacia lo que ellos opinan que está mal, por primera vez desde que salimos de la prepa siento que realmente somos una pareja "normal", que discute, se reconcilia, se muestra cariño de diversas formas y sobretodo que se ama.
Se que mi carácter es complicado de tratar y entender, aveces me da por querer controlar todo y hasta decirle al aire a donde soplar, pero aún así con todo y mis defectos Willy me ama y lo mejor de todo es que me lo demuestra. Aunque pueda portarme como un verdadero cabronazo, también puedo portarme como un príncipe azul. -Te amo Sam-, me dijo cuando estábamos a punto de tomar un baño, la bañera ya se estaba llenando y se oía como corría el agua. Tres simples palabras me pueden hacerme la persona más feliz en este jodido planeta. Puse mi mano en su mejilla y la acerqué a mi, -Yo también Guille-, susurré mientras estaba pegado a sus labios. -Perdón-, le dije cuando me separé de su boca, noté que no entendía el motivo de mi disculpa y continúe, -Por lo de ayer-, me aclaré, -No debí portarme así contigo. Debí de haber confiado en ti. La verdad no se que haría si te separaras de mi. Por eso me dolió que me hayas dejado en visto. Así que déjame compensártelo-,dije tratando de encontrar sus labios para unirlos con los míos, cuando sentí sus manos en mi pecho impidiendo que me acercara. Levanté la vista para verle directamente a los ojos, no comprendía que ocurría. -Sabes...-, pronunció con voz suave, haciendo una pausa, -También me dolió que me hayas tratado así.-, dijo con una mirada algo triste, sentí como si me apretaran el corazón, me dolió más verlo triste que esa estupidez del visto. -Oh, Guille. Yo...-, comencé pero luego me calló alzando su mano. -Espera, aún no acabo.-, continuó y le deje hablar, -Sí, me dolió. Pero quiero que sepas qué realmente y de corazón te perdono. Yo tampoco se que haría sin ti.- finalizó dándome un beso apasionado. -¿Además de ser feliz?-, dije jugando en medio del beso, "Es tonto" le oí susurrar e inevitablemente sonreí.
Aquel beso se estaba volviendo más y más intenso, sus manos estaban en mi nuca jalándome hacia él, sus dedos se enredaban en mi cabello, mientras que mis manos se posaban sobre su cintura, haciendo casi inexistente el espacio entre nosotros. Aquella falta de espacio hacia que nuestras entrepiernas tuvieran un roce delicioso, provocando que la ropa se volviese totalmente inoportuna e incomoda. Como si me hubiese leído los pensamiento, Guille bajó sus manos por mi espalda hasta llegar a la orilla de mi playera, para sacármela. -Espera...-, le susurré, -La bañera ya se llenó y seria una lastima desperdiciar el agua caliente-, finalicé y me acerqué al lóbulo de su oreja lamiéndolo lascivamente. -Algo más esta caliente...-, dijo jadeando y mordiendo mi hombro a la vez.
Entramos al baño, la tina ya estaba lista y estaba llena de vapor la habitación, aunque no había velas o pétalos de rosa aun así había un ambiente romántico. Estábamos en el cuarto de baño de mis padres, el cual era bastante grande, enfatizando BASTANTE, tenía una tina del tamaño de una cama matrimonial, una ducha amplia, dos lavabos y, obviamente, un escusado. No es que fuéramos millonarios, pero mi papá había invertido una gran cantidad de dinero para construir la casa, la mayor parte salió de la herencia de mis abuelos y el resto de su salario, tardaron casi 5 años construyéndola, pero al final valió la pena.
Ya con la puerta cerrada, le volví a acorralar contra la pared, busqué sus labios desesperado y los devoré a besos. Jadeos, gemidos y suspiros se escuchaban a cada rato. Empecé a deslizar mis dedos por la orilla de su pantalón y a bajarlo lentamente, de vez en cuando mordía sus labios y besaba su cuello, seguro dejaría marca en su suave y pálida piel. -Sa...Sam-, jadeó, tratando de moverme un poco, -Me aplastas-, volvió a interrumpir el silencio, creo que me estaba pasando un poco con eso de "hacer inexistente el espacio entre nosotros". -Lo siento-, me disculpé, riéndome un poco, separé u poco mi fornido del suyo, -Ven, mejor vamos a la tina-, dije a la vez que le tomaba la mano y caminábamos a la orilla de la bañera, -Siéntate-, le ordené cuando nos detuvimos frente a esta, titubeó un poco y se sentó en el frío azulejo.
Ya sentado me agaché quedando a la altura de su cintura, -¡Samuel!-, gimió Guille cuando sintió mi lengua sobre la tela de bóxer, -¡Sh!-, le callé, -Aún no quiero oírte-, dije con un tono de autoridad, me miró confuso, pero al final asintió. Volví a realizar la misma acción, ahora pude oír como ahogaba un grito, eso me excitaba mucho, lo repetí un par de veces, sentía cada contracción que realizaba su delgado cuerpo a cada movimiento que yo hacía. Se mordía fuerte mente el labio para no dejar escapar ningún sonido, lo cual no siempre funcionaba, pero lo intentaba para poder complacerme. Finalmente retiré la última prenda que poseía, noté como se sonrojaba, aunque esta situación era nueva, ya le había visto muchas veces sin ropa y aún así se seguía sonrojando. Intenté separar cuidadosamente sus piernas, pero las tenía rígidas, -Relájate-, le susurré, subí a su rostro y le besé dulcemente los labios, -No te haré nada que no quieras. Pero te puedo asegurar que esto te gustará-, dije lascivo a la vez que pasaba mi lengua por su cuello, -Esta bien-, accedió finalmente, sentí como relaja sus piernas, sonreí triunfal y volví a agacharme.
Puse mis manos en sus rodillas y las separé. Sentí como su piel se eriza a con el tacto de mi lengua, tracé un camino con mi boca, que iba desde su rodilla hasta su entrepierna. Cuando puse mis labios sobre su miembro él soltó un sonoro gemido, pasé mi húmeda lengua por toda su extensión, oí como jadeaba y ahogaba gemidos. -Sa-Samuel-, gimió fuertemente cuando yo tomé su miembro y lo introduje completamente en mi boca, lentamente subí y bajé, Guille tomó mis cabellos y él mismo comenzó a marcar el ritmo. Continúe así por unos minutos y finalmente sentí como su cuerpo se liberaba de todo el placer acumulado, oí como suspiraba aliviado y a la vez se relajaba completamente. Subí mi rostro al suyo y disfrute de su expresión, se veía relajado, tenía sus ojos cerrados y tenía su boca entreabierta intentando recuperar el aire, -Te dije que lo disfrutarías-, le sonreí, a la vez que le quitaba un mechón de la cara, abrió sus ojos y aun después del placer recién experimentado su mirada seguía teniendo ese toque de lujuria, volví a sonreír al ver que seguía tan excitado. -Ven-, me jaló hacia él, provocando que los dos cayéramos a la bañera, bajo el agua tibia me besó, creando una extraña escena. Salí del agua intentando inhalar la mayor cantidad de aire posible, ya que me había tomado desapercibido y no había respirado lo suficiente, segundos después Guillermo también emergió del agua, tomando una gran bocanada de aire. -Tú, tío-, me quejé ya estando los dos respirando normalmente, él me veía con deje de diversión y lujuria, -Tranquilo, soy socorrista-, me dijo mientras se acercaba para besarme, pero antes de que sus labios rozaran siquiera los míos lo detuve, -Me tiraste con todo todo y ropa-, me acomodé de manera para quedar en medio de sus piernas, -Vas a pillar-, le dije dándole un salvaje beso, haciendo que su espalda chocase con la orilla de la bañera. Mis manos revolvía su mojado cabello y las suyas me pasan por mi espalda, -Mío-, le dije para después morder salvajemente su labio inferior, oí como dejaba escapar un leve quejido.
La superficie mojada de la bañera y el jabón que teníamos dificultaba mucho hacer lo que teníamos en mente, así que le dije que lo haríamos después y que por ahora solo tomaríamos un baño relajante como habíamos planeado desde el principio. Estaba sentado en la bañera con Guille entre mis piernas con su espalda recargada en mi pecho, mis manos masajeaba cuidadosamente su cabeza, el champú comenzaba a hacer espuma y su respiración comenzaba a relajarse cada vez más, -Te vas a quedar dormido-, susurré dejando escapar una leve risa, -Sh...-, se quejó acurrucándose más sobre mi cuerpo. Sentir su espalda desnuda sobre mi pecho me daba una sensación de calidez que no se comparaba con la del agua tibia que no rodeaba, -Venga, enjuágate y salgamos-, le ordené mientras con una mano lo movía un poco y con la otra le seguía acariciando el cabello. Soltó un bufido y se resbaló de manera que todo su cuerpo quedara debajo del agua, sentí como se enjuagaba, sus manos estaban peligrosamente cerca de mi zona sensible. De un segundo otro ya había salido del agua, -Listo-, sonrió con júbilo al haber finalizado lo que le había dicho, sus ojos estaban iluminados y su sonrisa le hacía lucir tan lindo. Tomé su rostro entre mis manos y lo subí a la altura del mío, -Eres hermoso, Guille-, le confesé mientras mis pulgares acariciaban sus mejillas y lo acercaba lentamente para besarle con todo el cariño que le tenía. -Te amo-, le dije cuando ya nos habíamos separado. Noté como abría sus ojos de par en par y me veían fijamente, se quedó unos segundos mirándome, no decía nada y estaba quieto. ¿Hice algo mal? Jamás se lo había dicho tan directo, él me repetía diario lo mucho que me amaba pero yo nunca me había sentido lo suficientemente listo para decírselo así tan libremente. Cuando él lo decía yo solo respondía "también" o algo así, nunca lo había hecho por iniciativa propia, pero al verlo así de alegre por mí, no pude contenerlo más, sentía que iba a explotar si no lo hacía, lo amaba y lo tenía que gritar al mundo. -Guille...-, comencé cuando sentí como se abalanzaba sobre mí y me comía la boca a besos, lo sostuve más cerca de mi cuerpo. -No estoy soñando ¿Verdad?-, me preguntó con los ojos cristalizados, como si estuviera a punto de soltarse a llorar. -No-, dije sonriendo mientras con mi dedo quitaba a lágrima que se había escapado de sus ojos, no me preocupaba ya que sabía que no eran lágrimas de tristeza sino de alegría. -Tu eres un sueño del cual nunca quiero despertar.- finalicé y lo volví a besar de la misma manera que había hecho hace unos poco minutos, con cariño, pero sobretodo con amor.
Salimos del baño y nos fuimos a vestir. Después de aquel hermoso momento sentí como si las cosa entre nosotros habían mejorado. Ya era pasado de medio día y teníamos que ir a su casa, aunque le había avisado a su madre que se quedaría a dormir en casa de "un amigo" el fin de semana, había algo muy importante que queríamos hacer. Ya llevábamos cerca de un año juntos aun nadie lo sabía, excepto mi mejor amiga Carolina, y Guille había decidido decirle a su mejor amigo, Alex. Salimos camino a su colonia, ya que Alex era prácticamente su vecino, vivía a unas casas de la suya. Aunque él y Guille eran amigos de toda la vida yo solo lo había visto dos veces, una en nuestra graduación, cabe mencionar que no iba en la misma escuela que nosotros, y la otra en la fiesta de 19 de Guille, que había sido hace casi un mes, en las dos ocasiones ya estaba saliendo con él, pero nunca nos mostrábamos afecto en lugares públicos, así que nadie podía sospecharlo, y en ninguna de esas ocasiones nuestras conversaciones fueron más allá de un "hola". Durante el camino mi mente divagaba acerca de lo que su amigo fuese a decir de nuestra relación, aunque Guillermo asegurara que él lo aceptaría sentía ese miedo del rechazo. -Tranquilo, cariño-, me dijo mientras ponía su mano sobre la mía en la palanca de velocidades, -Alex es comprensivo y entenderá-, me trato de calmar a la vez que me dedicaba una sonrisa sincera y acariciaba mis nudillos, le regresé el gesto y seguí conduciendo un poco más tranquilo.
Cuando llegamos a la casa de Alex aparqué una cuadra adelante, bajamos del coche y caminamos en dirección a esta, podía sentir como mis manos comenzaban a sudar y mi respiración se volvía irregular. Me detuve en seco -Guille, no sé si pueda-, le dije, realmente soy una persona con mucha confianza pero en esos momentos me había abandonado. -Eh, tranquilo-, me respondió mientras ponía sus manos en mis hombros y me miraba directamente a los ojos, -Todo saldrá bien-, volvió a mostrarme aquella sonrisa tan sincera y nuevamente me calmé un poco, aquello causaba algo muy extraño en mi, era de los gestos más bonitos que había visto. Seguimos caminando y finalmente llegamos a la casa. -Bien-, dijo mientras se frotaba las manos para después tocar el timbre, -Hora de la verdad-, le oí susurrar antes de que la puerta se abriera. -¡Guillermo!-, le saludó con gran entusiasmo el bajito, se acercó a él y lo abrazó, dándole palmadas en la espalda, como se saludan dos amigos. Tengo que reconocer que cada vez que Guillermo hablaba de Alex me celaba, pero ahora al verlos actuar de una manera tan casual de amigos me siento tonto al ponerme celoso de él. Se separaron y me voltearon a ver al mismo tiempo, -Amm... Alex él es...-, estaba a punto de presentarme cuando le interrumpió. -Samuel. Sí, lo recuerdo de tu fiesta-, dijo mientras se acercaba a mi, -Gusto verte de nuevo-, me dijo con una sonrisa en su rostro y a la vez que extendía su mano para saludarme. -Igual-, le dije respondiendole el saludo. -Venga, pasen-, hizo un ademán para que entráramos a su casa. Entramos y enseguida había un living con dos sillones tapizados de azul, nos sentamos y Alex nos ofreció cervezas, a las cuales accedimos. -Entonces.-, dijo Alex, para después darle un trago a su cerveza y continuar, -¿Qué les trae por aquí?-, nos preguntó y sorbió nuevamente de la lata, -Dijiste que querías decirme algo importante-, finalizó dirigiéndose a Guillermo y le dio otro trago a la bebida. -Pues...-, comenzó Guille, pero se puso nervioso, -Queríamos decirte que...-, hizo una corta pausa y me miró a los ojos como esperado aprobación, yo solo asentí y entrelacé nuestras manos sobre su rodilla, Alex nos miró un poco confundido pero sin apartar la lata de sus labios, Guillermo soltó un largo suspiro, -Samuel y yo somos pareja-, concluyó apretando sus ojos y el agarre de nuestras manos. Se quedó un par de segundos con los ojos cerrado y el ceño fruncido, como esperando algún comentario fuera de lugar de su amigo, pero luego de un tiempo sin respuesta abrió los ojos y vio a Alex, con los codos apoyados en sus rodillas y con la lata en su boca, se apartó la bebida de sus labios, -Vale-, dijo y asintió un par de veces, como tratando de asimilarlo, -Al final tu "chica misteriosa" terminó siendo un chico no tan misterioso-, le dio otro trago al líquido amarillo y se quedó un par de segundo en silencio mientras una de sus manos acariciaba su barbilla y otra sostenía la cerveza. Guille lo miraba atentamente y yo acariciaba el dorso de su mano, pasó un minuto y no decía nada y seguía en aquella pose pensativa dando de vez en cuando un sorbo a la bebida. -¿Y?-, pregunté desesperado por aquel silencio sepulcral que se había formado, en ese momento Alex levantó la vista y me miró, -¿Y?-, repitió y yo solo asentí, -Pues, ¿qué quieren que les diga? Me acabo de enterar que mi mejor amigo sale con un chico. Déjenme procesarlo un poco-, dijo para darle un largo trago al líquido que estaba en la lata. Otro minuto de silencio. -Vale-, rompió el silencio cuando el contenido de su vaso se había terminado, -Opino que esta bien. ¿Quieren otra cerveza?-, preguntó con una sonrisa y se paró de un salto del sofá, hizo el amago de caminar a la cocina cuando la voz de Guillermo lo interrumpió. -¿Es todo? "Esta bien. ¿Quieren otra cerveza?"-, preguntó irónico imitando la voz del bajito, -¿Qué querías Guille?- le respondió Alex haciendo un movimiento con los brazos, -Pues...-, empezó mientras se paraba del sillón y alzaba su tono de voz, -No sé-, dijo esto último casi en un susurro y se encogió de hombros. -¿Entonces?-, le preguntó Alex, mi pareja se volvió a encoger de hombros y él se acercó a donde estábamos, -Guille. mi perspectiva de ti no va a cambiar aunque salieras con un alíen. Eres mi amigo y te apreció aunque aveces seas un tonto-, mencionó en un tono consolador y lo abrazó de nuevo, de aquella manera tan casual y amistosa. -Gracias-, oí como le susurraba al oído mientras estaban abrazados, -Para eso estamos los amigos-, contestó Alex y se separaron.
Después de aquel momento de alivio que sentí al oír el apoyo que tenía mi novio el resto de tarde pasó muy casual y tranquila, otros amigos de Alex y Guillermo se presentaron a la casa del bajito. Nadie dijo nada, aunque Guille y yo estuviéramos de las manos o abrazados, nadie preguntó o dijo nada. "Ojalá que toda la gente fuera igual", cruzó por mi cabeza cuando Guille se acercó y me dio un beso e la mejilla, sólo una de las chicas vio aquello, ella sonrió y siguió su camino a la cocina. Al final pasamos una tarde bastante tranquila y divertida. A la hora de irnos Alex nos acompañó la hasta la puerta y nuevamente abrazó a Guille, le susurró algo pero no conseguí escuchar que, él solo asintió y luego se acercó a despedirse de mi, lo hizo de la misma manera como lo había hecho con mi pareja, solo que esta vez me susurró a mi "Cuídalo", me dijo y yo también asentí. Cuando nos terminamos de despedir nos fuimos caminando a casa de mi novio. Llegando a la puerta me acerqué a despedirme de él con un abrazo cuando giró su cabeza y me dio un beso de lleno en la boca, al principio me sorprendió aquel acto pero lo correspondí a los segundos. -Gracia-, le agradecí cuando nos separamos, me miró algo confundido, no entendía el motivo de mi agradecimiento, -Por ser lo mejor de mi vida y lo más hermoso que han visto mis ojos-, me aclaré y lo volví a besar. Nos separamos y nos quedamos unos minutos abrazados en silencio, no pudo haber pasado algo mejor, y dudo que hubiera algo mejor que esto, un amor correspondido.
Las peleas y los mal entendidos forman parte de nuestras vidas, pero al final una tontería como un "visto" pueden terminar siendo lo mejor que te ha pasado.
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HOLAA :DD ¿Cómo están? ^^ Yo estoy súper feliz porque ya estoy de vacaciones y mi meta es poder publicar varias cosas en estas dos semanas. Sé que me tarde un poco en subir la segunda parte ( ˘︹˘ ) srry, pero no había tenido ni inspiración, ni tiempo :/ y no me gusta escribir cuando no me nace del corazón y lo tengo que hacer por "obligación", además de que me saldría algo muy cutre y el punto de esto es entretenerlos.
En fin ojalá les haya gustado la segunda parte, sé que no tiene mucho lemon, pero en este Two shot quería darle un poco de más de historia y puede que algún día haga algo en plan Lemon~hard (¬‿¬) digo... si quieren. Sé que al final se me salió mi lado cursi XD y espero que hayan captado ahora el significado del visto en esta parte (modo cursi on)
Bueno eso es todo ^^ les mando muchos abrazos y besos. ¡¡LOS QUIERO MUCHOO!! z4
-PaM ♥♥♥-
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Visto ✓✓ (Fanfic Wigetta [+18])
FanfictionDos amigos enamorados, uno un tanto tímido y el otro con un carácter un tanto peculiar. Un día por un pequeño mal entendido las cosas se pueden poner intensas. ¿Un acto de amor? O ¿De venganza? Dejar en "Visto" a alguien pude llegar a ser un error c...