Creencias

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Estado corriendo por más de dos horas sin saber realmente a dónde ir mucho menos con quién lágrimas corren intensamente por mis mejillas nublando mi vista, la respiración me falta con cada zancada que doy y el pecho me duele, solo una pregunta ronda por mi mente ¿Como llegué a este punto de mi vida? La razón es que ni yo misma lo sé solo sé que se siento el peso de 10 años creyendo sobre mis hombros, me siento tan pequeña y como si el mundo me fuera a comer de un bocado, sigo corriendo y los pies me fallan caigo al piso sobre mis rodillas y ahí me quedo un buen rato llorando aún más fuerte, en ocasiones grito cansada de todo lo que esta pasando no puedo, no puedo, no puedo me repito mentalmente que estoy hasta la madre de todos de todas las personas que se meten en mi vida quieran opinar y mandar a su estúpido antojó y esto me supera por sobre todas las cosas.

En mi mente pasan los últimos cinco meses en los que eh sentido que el mundo se ha puesto en mi contra, nada ha tenido sentido ¡Absolutamente nada! Y es tan jodido sentirse vacía por dentro. Cualquiera pensaría que es una crisis, pero esto es demasiado para tener una "pequeña crisis". Cada noche aparecen aquellos ojos marrones en mi mente haciéndome perder totalmente mi cordura, solo puedo dejarme ir y llorar hasta no saber de mí. Me siento devastada y decepcionada hasta cierto punto de mí, yo no soy así, nadie me había hecho sentir tan poca cosa y tan nada. Siempre eh sido valiente, fuerte, altanera, alegre!!! Y todo eso el día de hoy se reduce a nada.
¿Por qué demonios tuvo que aparecer él para poner mi mundo de cabeza?

Siento como si estuviera sobre arena movediza y está me estuviera arrastrando hasta lo más profundo. Intento levantarme pero mis piernas me vuelven a fallar y vuelvo a caer sobre mis rodillas.

-Eres patética Paulette- digo lo más bajo que puedo esperando que ninguna persona de la que corre a mi alrededor me escuche, volteó un poco y solo observó a personas charlando entre sí.
-Todo esto es una mierda- vuelvo a decir y me quedó mirando a la nada un buen rato.
-Así jamás vas a llegar al final de la pista- limpio mis lágrimas rápidamente y volteó a dónde proviene la voz. Una luz me deja ciega por un momento pero cuando lo veo lágrimas nuevas aparecen en mis ojos. Es él dice una voz en mi interior desbordando alegría.
-Me necesitabas ¿Verdad sope?- yo no puedo hablar, las palabras no salen de mi boca, él se acerca hasta quedar frente a mí, se inca, yo sigo llorando, toma mis manos entre las suyas y me regala la más hermosa de las sonrisas que eh extrañado desde hace cinco largos meses. Es por un instante como si todo lo malo desapareciera. Hace cinco meses te fuiste a un viaje sin retorno, perdí a mi mejor amigo, mi segundo hogar a mi hermano de inmensas aventuras, a un hermano que aunque no fuera de sangre tenía el poder de desaparecer toda crisis de mi vida como si fuera un superhéroe. Aunque sintiera que mi vida fuera un abismo oscuro, él siempre estaba ahí para darle color e impedir que los días fueran tristes y sombríos.
-¿Mi niña sigue creyendo en los reyes? Me pregunta, solo suelto una pequeña risa mientras lo observó con más lágrimas en los ojos. Me abraza y para mí es el lugar más seguro sobre la faz de la tierra. Logro controlar mis lágrimas y ahora soy yo la que lo abraza tan fuerte que pretendo que no se vuelva a ir y dejarme sola.
-Tranquila sopecilla, saldrás de esta como siempre has salido de todas, sabes que siempre voy contigo a donde sea ¿Verdad Paulette?- muevo mi cabeza en un asentimiento. Todo el mundo se detiene a mi alrededor estoy a salvo él está aquí y todo lo que pasó cinco meses atrás no existe por este momento.
-¿Prometes que jamás me abandonarás?- pregunto con la voz tan aguda
-Siempre y cuando no me olvides- me dice mientras me regala una sonrisa y de aparta un poco de mi para limpiar más lágrimas que han salido de mis ojos.
-Me haces tanta falta- le digo y el solo me abraza más fuerte. Volteó a verlo y viste exactamente como el día en el que partió del mundo terrenal playera gris, short gris y sus tenis grises. Tatuajes por doquier.
-Siempre estoy contigo- esas tres palabras fueron como bálsamo para mí.
-Te tienes que ir ¿verdad?- preguntó con la esperanza de que me diga que no se irá nuevamente.
-Sabes que me tengo que ir, no puedo quedarme- me abrazo más fuerte con él porque no sé realmente cuando lo vuelva a ver y cuando se vuelva a sentir tan real.
-Te quiero- digo con un nudo en la garganta.
- Yo también te quiero sope- me aprieta una última vez y desaparece.

Despierto aturdida y recargada en un árbol.
-Hasta que despiertas, creí que te quedarías en trance- dice Catriel.
-¿Qué paso?- preguntó toda confundida.
-Pues casi nada, te volviste a ir, pero esta vez tardaste más de lo regular Paulette, esto me preocupa- dice con una voz muy baja.
-No pasa nada Catriel, le haríamos un favor a la humanidad si me quedara en trance- le sonrió levemente.
- Estoy pensando seriamente que el abrir tu portal fue una reverenda estupidez- me voltea a ver molesto.
-No se y sinceramente no lo creo- me río.
-¿Nuevamente problemas en el paraíso?- pregunta y mis ojos se empañan nuevamente.
- Ahora sí se acabó todo, es definitivo- digo con la voz entrecortada.
-Si eso dijiste la última vez y mírate estás hecha un mar de lágrimas, Enzo no te conviene. Te lo eh dicho hasta el cansancio y parece que a ti te vale. Recuerda lo que Jeremiah te contaba de él- me quedo en silencio un momento antes de contestarle.
-Lo se y créeme que está vez eh llegado a mi punto máximo, no quiero saber más nada de él. Fui una tonta lo sé pero quién no lo ha sido, me costará mucho lo sé, pero tengo que conseguirlo, nada dura para siempre y no es la primera vez que paso por esto, estaré bien- digo no muy segura.
-Si claro! Hasta que no vea, no voy a creerte nada, mejor vamos que hoy es Luna llena y recuerda que todos salen hoy-. Me levanto del piso y todo me da vueltas, me sostengo del árbol en lo que limpió las últimas lágrimas antes de irme a mi casa.

Intermedios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora