La caída.

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El público por ambos bandos enloqueció al enterarse de que Hades sería el siguiente en luchar, los Dioses e veian emocionados a la par de asustados, nadie quería meterse en el trabajo del Rey del Helheim.

Frente a frente ambos Reyes se miraban con una sonrisa confiada en sus labios.

Qin era bajito, delgado y ágil, logro sorprender en más de una ocasión al mayor de los Olímpicos con su velocidad.

Hades de a poco se emocionaba más con su combate pero sobre todo,se emocionaba por su rival, logrando hacer algo que nadie había hecho: llamar su atención.

En algún momento Qin había perdido sus prendas superiores mostrando la camisa interior que descubria sus hombros y cuello.

Hades miraba como hinoptizado la piel del chino y sin poder evitarlo su lengua relamio sus labios mientras empezaba a mirarlo con deseo.

En movimiento que absolutamente nadie pudo prevenir, el Dios sometió al chico debajo de su cuerpo, inmovilizandolo.

--¿Que crees que haces?- pregunto el emperador molesto al no poder moverse.

-Disculpa querido, pero si te mueves no podré tenerte.

-¿Tenerme?

El emperador no pudo más que soltar un jadeo cuando un calor empezó a recorrer por todo su cuerpo, no había visto como una de las manos del Dios empezó a emitir una llama en color púrpura que al momento de tocarlo no lo quemó, no sintió dolor ni nada, en cambio sintió como si ese fuego empezara a tomar vida y empezó a tocar sus pezones por ensima de la ropa.

Leves tartamudeos empezaban a salir cuando el fuego llegó a su entrepierna y el calor empezó a volverse insoportable.

-Te rendiras ante mi, aclamaras mi nombre y aceptaras tú condena.

-N-Nooo...-logro decir entre gemidos cuando el fuego empezó a llegar a su trasero, mejor dicho, hacia su entrada.

-Oh querido - una leve presión en sus labios lo hizo jadear y una lengua húmeda lo acaricio -No fue una pregunta...

Lo último de lo que fue conciente después de su mente se volviera en blanco, fue las miradas en shock del público, tanto humanos como Dioses, dieron testigos de como el Dios de los muertos quemó la ropa del emperador y empezó a marcar su piel a besos y mordidas, el como el emperador empezó a rasgar las ropas del Dios y dejo marcas de pasión en su espalda.

El como Qin empezó a gemir y aclamar el nombre del Dios como si la vida le fuera en ello, como Hades penetraba a Qin sin vergüenza en la arena, llenándole las entrañas con su semen y sangre.

Heimdall no sabía dónde meterse o mirar a otro lado, en todos sus años, jamás había visto algo como esto.

-¡Di a quien le perteneces! -exigio el Rey del Helheim, apesar de ya haberse corrido aún follaba al humano como un animal en celo.

Qin era un hombre orgulloso, jamás debería responder a eso, pero, ya para ese momento, su mente estaba en las nubes y su cuerpo ardía, oh como deseaba correrse, como deseaba que ese momento jamás terminará,se sentía tan lleno como nunca antes lo había estado.

-Di mi nombre -volvio a ordenar el Dios bajando la intencidad de las estocadas.

Qin empezó a reclamar mientras envolvía la cintura del más alto con sus delgadas, firmes y tonificada piernas.

-Noooo...no pares, por favor, lléname, follame -pidio mientras movió sus caderas con desesperación, deseoso de volce a sentir ese pene dentro suyo.

-Entonces, contéstame o me detendré.

-¡A ti!¡Te pertenezco solo a ti!¡Por favor ya follame!¡Córrete dentro de mi!

Condena [Drabble][Hades x Qin Shin Huang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora