𝙻𝚊 𝚟𝚒𝚎 𝚎𝚗 𝚛𝚘𝚜𝚎🌹

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1950 París, Francia

Hoseok venía de una familia adinerada en la cual lo trataban... Bueno como eran tratados los omegas en esa época, si bien lo trataban bien tampoco era como para que se diera la libertad de muchas cosas.

Y no se quejaba, estaba bien así, pero... Siempre había un pero, y ese pero en la vida de Hoseok era la infinidad de veces que sus padres habían intentado comprometerlo y casarlo con un alfa de buena familia y así sacar buen provecho de ese matrimonio.

Y él no quería, Hoseok quería un alfa que lo sepa valorar y no lo use como una máquina de hacer cachorros y usarlo como saco de boxeo cuando tenga alguna bronca en el trabajo.

No quería eso para su vida, ni para su vida ni para la de sus cachorros.

Él quería un alfa que lo lleve a citas románticas, que lo presuma a todos lados, que lo lleve al cine, a comer, a salir por las noches a caminar, que le dé rosas, esas cosas quería, pero ningún pretendiente que le presentaban era todo eso.

Y cada vez se esforzaba más en no agradarle a esos alfas.

Ahora se estaba preparando para una cena con un amigo de sus padres. Misteriosamente esta cena era de negocios y no para formalizar un compromiso para él.

Terminó de ponerse el pañuelo rojo en su cuello demostrando que no tenía ninguna marca en su cuello aún. Bajó las escaleras y a medida que lo hacía escuchaba la voz de dos hombres hablar y reír.

-Ah, mire señor Min, este es mi único hijo, Hoseok.- Habló el alfa mayor de la sala.

-Es muy bonito.- Respondió el alfa con quién el padre de Hoseok hablaba. Se levantó y dejó un beso la mano del omega. -¿Cuántos años tienes?.

-Tiene-.- El señor Jung fue interrumpido por el otro alfa de apellido de Min.

-Se lo pregunté a él, señor Jung.- Habló firmemente. -Responda, Joven.

-T-Tengo dieciocho señor.- Habló temblorozamente el omega.

-Ya veo... Yo tengo 30, no me digas señor, tu me haces sentir muy viejo.- Dijo soltando una pequeña risa.

-No me veo capaz de decirle de otra manera, señor.- Hoseok no levantó su vista en ningún momento.

-Ah, bueno. Cómo gustes.- Dijo volviendo a su antiguo lugar en el sofá de cuero.

Hoseok tomo asiento en otro sofá individual y a los segundos apareció una beta para ofrecerle café. -Gracias.- Dijo bajito sin interrumpir la conversación que tenían los alfas.

La madre de Hoseok se encontraba de la misma manera que el, sin hablar y sin moverse, si lo hacía era posible que su alfa le recrimine por eso cuando el otro alfa se vaya.

Hoseok no se sentía incómodo en aquella sala, sorpresivamente el aroma del señor Min le tranquilizaba, olía a café, tabaco y un leve toque a mandarina.

¿Por qué tenía ese aroma? Él tenía ese aroma también....

Y mientras Hoseok pensaba en eso casualmente Yoon-Gi pensaba igual que Hoseok.

La vie en rose | Yoonseok OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora