P R E F A C I O

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Inhalo y exhalo tanto como las cuerdas alrededor de mi pecho me lo permiten. Intento tranquilizar mis nervios, sin embargo, un nuevo berrinche me hace rechistar en la silla a la que estoy atada.

—¿Podrías, por favor, calmarte? —pide el chico sentado a mi espalda, igualmente atado a su silla— ¡Me lastimas cada que te mueves! 

—¿¡Y cómo quieres que me calme!? —estallo en un grito gangoso y desesperado— ¿¡Por qué estás tan tranquilo!?

—Tengo experiencia con esto. —responde, casi lo puedo ver encogerse de hombros y sonreír, si no fuera por las vendas en mis ojos, lo comprobaría.

—¿Cómo pude mezclarme con un delincuente?

—Yo te dije aléjate, pero claro, la niña quería subirse a la moto del desconocido que estaba huyendo.

Quisiera llorar, seguir gritando en busca de ayuda de nada sirve.

¿Por qué tiene que pasarme esto a mí?

...

Empezamos fuerte. 😂😂

Un chico y otros desastresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora