Aún | JiraTsuna

Konohagakure - Jiraiya POV

"Baka!"

Me gritaste, me vomitaste encima. No sé por qué te sigo soportando, no sé por qué te sigo amando.

Casi cinco décadas conociéndote me impiden detener ese sentimiento.

Desde ese día en que Sarutobi-sensei nos presentó quedé flechado, tú no al parecer hehe. Te veías tan linda y fuerte, demasiado fuerte.

El tiempo fue pasando, te convertiste en una hermosa jovencita que rechazaba mis avances, nunca los tomabas en serio, preferías estar suspirando por Orochimaru o por ese tal "Sakumo-san". Yo seguía en lo mío con una sonrisa, sin rendirme pidiéndote citas a diestra y siniestra. Creo que mi lado pervertido tampoco ayudaba mucho haha.

Conocí tus fortalezas y debilidades. Eres la nieta del Primer Hokage, grandes cosas se esperaban de ti, me confesaste tus inseguridades, creías que no eras lo suficientemente grandiosa. Hime tontita, no tenías de qué preocuparte, lo hiciste bien, eres la mejor kunoichi que he conocido.

Siempre inspirabas mis tardes de entrenamiento en Myōboku. Tu lindo cabello rubio, tus hermosos ojos miel.

Nawaki murió. No sabes cuanto me dolió también, mi hombro siempre estuvo ahí, las noches de lágrimas mezcladas con sake se hicieron más llevaderas para los dos.

El tiempo pasó y como yo, también conociste el amor. No era yo. Está bien, de un corazón roto no se ha muerto nadie, pero nadie dijo que dolería tanto. Mis pretensiones y fastidios pararon, Dan era un gran tipo.

La Guerra llegó a nosotros. Sannin, un título bastante rimbombante para mí, para ti no, para ti es perfecto, te lo mereces. Me quedé un tiempo en Ame, quería cuidar los niños de esa aldea, pero también quería despejarme, quería no pensar tanto en ti.

Tres largos pasaron. Dan había muerto. Al llegar a Konoha no me dejaste hablar, empezaste a golpearme, a llorar, a reclamarme el porqué no había estado contigo en tu duro momento, el porqué te había abandonado. Estabas distinta, estabas rota. La silueta tuya y de la sobrina de tu difunto amado abandonaron la aldea.

Yo también abandonaba la aldea por tiempos. Viajes y burdeles, gozo vacío que solo me recordaban más tu ausencia.

Naruto. Así se llamaría el niño de Minato y Kushina... Debí haberme quedado a cuidarlo, volví a huir, en mis visitas intermitentes lo veía de lejos.

Doce años. Volví a ver ese chico, es todo un descontrol pero bastante noble y talentoso. Fuimos a buscarte. El corazón me volvía a latir como el de un adolescente.

Te vi. Después de años, te encontré Hime. Estabas tan hermosa como el día en que saliste destrozada por la gran puerta. Los contratiempos no faltaron pero volvimos a Konoha. Hokage eh, tu abuelo estaría orgulloso.

Orochimaru. Akatsuki. Los retos no paraban de llegar para ti, estaba a tu lado como en los viejos tiempos. Tu sonrisa volvía a ser radiante en ocasiones. No podía... no quería dejarte.

Nunca te pedí que me ames, solamente quiero ser tu apoyo. Incluso en tus borracheras como esta. Quiero que vuelvas a ser esa pequeña genin rubia que sonreía grandemente.

Por eso es que te sigo soportando, por eso te sigo amando.

"Ji-rrai-y-yyaa"

"Mmm, dime Hime"

"T-te am-"

Te duermes en mis brazos, estoy sorprendido. Seguro es efecto de la borrachera, sí, es lo más seguro. Pero no puedo evitar sentir una pequeña calidez en mi corazón.

"Yo también te amo"

Susurro al aire.