||Heart Attack||

Heart Attack (unica parte)

Notas! Este es un escrito hecho solo por diversión! Lo hice después de escuchar la canción de One Direction, Heart Attack! Si gustan pueden escucharla mientras leen la historia, es algo sencillo, pero con mucho corazón! Disfruten! —Escritor/a incorpóreo
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El atardecer pintaba el cielo de tonos naranjas, rosas y amarillos, habían nubes esponjosas y una delicada brisa, un ambiente perfecto para película romántica, ¿y que hacía él? Lo veía, solo veía al mercenario darse la vuelta e irse. Se había quedado sin palabras, de hecho se quedó quieto, procesando lo que acababa de pasar, solo siendo capaz de ver al contrario irse, sin poder ir tras él o decirle algo, aunque tampoco es como si fuese a impedir que se fuera, y mucho menos iba a insistir, él... el respetaba la decisión de Wade.

Se quedó un rato parado en esa azotea, morados e índigos ya habían abarcado la mitad del cielo, arriba había estrellas y abajo se veía una pequeña parte del sol, era como si la oscura noche estuviera borrando los últimos rastros de ese rosa romántico, devolviendo a Peter a sus cinco sentidos.

Talló su sien y bufó ¿que había hecho mal?

—Necesito tomar un descanso y pensar en ello—. Se dió la vuelta lanzando una telaraña y yendo a casa.

Al llegar a su departamento, se quitó el traje, se dió una ducha de agua caliente, se puso una vieja camisa y un par de bóxers y se sentó dispuesto a concentrarse en estudiar para un examen de la universidad, pero no pudo, no podía concentrarse, tenía metida en la cabeza la voz de Wade, repitiendo una y otra vez; "Seamos solo amigos".No podía creer que esas palabras salieran de su boca.

Wade, Wade Wilson, el hombre que le había coqueteado desde el primer momento en el que se vieron, el hombre que siempre decía que eran enamorados, el hombre que le decía te amo en medio de bromas, él... Él le había dicho que solo fueran amigos.

Suspiró y se echó para atrás en su cama, tallando su rostro con las palmas de su mano, pasando sus esbeltos dedos por su cabello y desacomodándolo con frustración. ¡¿Que clase de señales confusas eran esas?! Volvió a gruñir, viendo a un punto fijo en su techo, haciendo una mueca.

—O tal vez... Tal vez esos te amo si eran solo bromas...—murmuró para sí mismo con desánimo, dando una gran bocanada de aire y soltándola con cansancio.

Pasaron varias semanas desde la declaración y el incómodo rechazo. Estaba mal, pero intentaba estar mejor, intentaba sentirse bien y superarlo, pero verlo con él, no lo hacía sentirse bien.

Peter era amigo de los X-Men desde hace tiempo, solía acompañarlos en misiones cuando su ayuda era requerida, y últimamente lo habían solicitado para ayudar a darles clases a los niños de la mansión, lo cual era genial, pero también significaba ver a Wade.

¿Oh? ¿Que? ¿Quién es él? Ese "él" del que hablamos; es Nathan Summers, casi dos metros de alto, mucho músculo, un brazo de metal, cabello blanco y un aura absurdamente intimidante. El arácnido sabía de Nathan, viajero del tiempo y protector de este, un héroe con métodos algo cuestionables y un lobo solitario. Solo que no lo había conocido en persona, y verlo en la cocina susurrándole cosas en el oído al mercenario mientras sostenía su cintura, no fue la mejor primera impresión he hizo que le agarrara disgusto al sujeto.

Por lo cual cuando iba a la mansión, intentaba evitar la presencia del mutante, al igual que intentaba evitar a Wade, y uno pensaría que sería fácil en una mansión tan grande, pero era más complicado de lo que creen.

Esa tarde había terminado de darle clases a los niños, por lo que tomó sus cosas y se había dirigido a una ventana para lanzar una telaraña y columpiarse en los árboles, pero en el patio los vio a ellos, caminando tomados de la mano, charlando y riendo, Summers había agarrado de la cadera a Wade de una forma que hizo que el héroe frunciera el ceño y le hirviera la sangre, pero ver a Wade pararse de puntillas y besarlo... Verlo así con él hizo que su corazón doliera como si le estuviera dando un paro cardíaco.

Sin notarlo perdió el balance, su sentido arácnido le avisó muy tarde y no logró adherirse bien a la pared, por lo que terminó cayendo al suelo, dando un quejido, escuchando pasos acercarse a él pero no prestándole atención hasta que escuchó una voz, su voz.

—¿Webs? ¿Estás bien? Creí que las arañas caían de pie—su risa retumbó en sus oídos y le apretujó el corazón.

-Esos son los gatos, Wade.—respondió, apoyándose en sus brazos y levantándose con cuidado, soltando otro quejido por el dolor, sintiendo la firme mano del ojiazul tomar su brazo y ayudarlo a levantarse, haciendo que alzada su mirada y lo viera, quedándose sin aliento. Su máscara estaba alzada, podía ver sus cicatrices y sus labios, estaba usando unos lindos pantalones de mezclilla, una camisa negra y una chaqueta que le quedaba demasiado grande, por lo que suponía que era de Nathan.

Se veía tan apuesto.

Sintió sus mejillas enrojecerse, un nudo en su estómago formarse y el aire desaparecer de sus pulmones. Nunca creyó que dolería tanto superarlo.