II;; Prologo.

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“ Impureza....

Caos.

Destrucción.

Injusticia.

Por años la humanidad se vio envuelta entre las fauces de la tormenta, la libertad más que ser un derecho se ha vuelto un privilegio que se le ha negado a las personas de tan bajo rango, la violencia se ha ido formentando a través de los años, justificando las diversas atrocidades por un bien mayor, siendo este únicamente para las personas con más poder.

Avariciosas.

Año tras año la humanidad se ha ido quebrantando por el poder, la ambición, el asqueroso deseo de tener más de lo que puedas tener, sin importar a quienes destruyen a su paso.

Tan patético.

El ser humano era tan fácil de manipular, que solo se necesitaba crear alguna deidad para formentar sus mentes débiles, necesitaban creer en algo para poder coexistir en paz, alguna gota de esperanza para volverlos masas de grasa sin la capacidad de pensar por si mismos, con la necesidad de tener la aprobación de otros para poder sobrevivir por si mismos.

Él había nacido con un propósito.

Traer Paz, aniquilando la amenaza.

— ¿Piensas matarme?

Allí, postrado en el suelo, el paisaje era caótico, la muerte se respiraba en el aire y los gritos desgarradores de millones de personas se alzaban cual canto de ópera, el sonido de los cartuchos cargados y las balas tras caer al piso resonaban en su cabeza, todo él lo podía oir con claridad, como el canto tétrico que se repetia una y otra vez, como un bucle sin fin.

— E-eres... — su rabia era evidente, una ensordecedora ira calaba todo su ser, y él lo podía sentir, dentro de su piel, como si sus cuerpos se fueran fusionado, tan hilarante. — Un moustruo.

— Al final si tuvimos algo en común.

...

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