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Una boda se llevaría acabo en la que Rose se casaba con el hombre que JiMin amaba. Lo que Rose no sabía, aunque lo sospechaba, era que YoonGi amaba a JiMin con un amor inconmensurable, esto desencadenaba aquella larga historia de conflictos entre los dos hermanos omega de la familia Park.
Era de entender entonces que SeokJin siempre tomara partido por JiMin y tratara por todos los medios de evitarle sufrimientos, él prácticamente había criado al omega menor de la familia, lo amaba como si fuera su propio hijo y él lo hubiese parido. En ese momento Jin le secaba con su delantal las lágrimas que rodaban por la cara de JiMin y le decía:
—Ya mi niño, ya vamos a terminar.—

Pero se tardaron más de lo acostumbrado pues la masa no podía espesar debido a las lágrimas de JiMin.
Y así, abrazados, permanecieron llorando hasta que a JiMin no le quedaron más lágrimas en los ojos. Entonces lloró en seco y dicen que eso duele más, pero al menos no seguía mojando la masa del pastel, pudiendo continuar con el paso siguiente, que es del relleno.

Afortunadamente, un mes antes de la boda, SeokJin y JiMin habian preparado varios frascos con conservas de chabacano, higo y camote con piña. Gracias a eso evitaron el trabajo de preparar la mermelada ese mismo día. Ellos estaban acostumbradas a preparar cantidades enormes de mermelada en un gran cazo que se ponía en el patio, para aprovechar la fruta de la temporada. Lo colocaban encima de una fogata y para menear la mermelada tenían que cubrirse los brazos con sábanas viejas. Esto evitaba que un borbotón de la misma brincara y les quemara la piel.

En cuanto JiMin abrió el frasco, el olor de los chabacanos lo hizo remitirse a la tarde en que prepararon la mermelada. El omega venía del huerto cargando la fruta sobre su camisa holgada de pana pues habla olvidado la canasta. Traía recogida la camisa cuando entró y grande fue su sorpresa al toparse con YoonGi en la cocina, por la carrera que habia tomado venia respirando por la boca y el aroma del alfa no habria entrado a sus fosas nasales pero tenerlo ahí tan cerca hacia que el omega hasta pudiera saborear en su lengua las uvas maduras, YoonGi se dirigía al patio trasero a preparar la carretela. Tenían que ir al pueblo a entregar unas invitaciones y como el caballerango no se había presentado ese día en la hacienda, él mismo tenía que encargarse de esa labor.

En cuanto SeokJin lo vio entrar a la cocina salió casi corriendo
—Hay miren la hora, tengo que ir a ver si ya hay ammm huevos, si, ay vengo— pretextando ir por huevos y epazote para los frijoles.

JiMin, de la sorpresa y los nervios, dejó caer algunos chabacanos sobre el piso. YoonGi rápidamente corrió a ayudarlo a recogerlos. Y al inclinarse pudo ver una parte del abdomen marcado del omega que quedaba al descubierto por estar sosteniendo los chabacanos con su camisa, la piel de JiMin no era tan blanca como la de él, tenía un tono mas tostado, quizá por sus bailes al sol pensó el alfa aunque ¿JiMin llegaba a bailar sin camisa? No sabe por que pero un ligero gruñido se escuchó y el omega pudo jurar que venía directamente de la garganta del alfa.
Tratando de evitar que siguiera mirando dejó caer su camisa. Al hacerlo, el resto de los chabacanos rodaron sobre la cabeza de YoonGi.

—Perdóneme YoonGi. ¿Lo lastimé?— el nombre del alfa saliendo de la boca de JiMin se esuchaba como la melodía mas hermosa de todo el universo

—No tanto como yo lo he lastimado, déjeme decirle que mi propósito...—

—No le he pedido ninguna explicación.— negando rápidamente continúo recogiendo los chabacanos hasta lograr ponerlos en una canasta

—Es necesario que me permita dirigirle unas palabras...—

—Una vez lo hice— lo interrumpió con rudeza el castaño —y resultaron una mentira, no quiero escucharlo más...—

Y diciendo esto, JiMin salió rápidamente de la cocina, por la otra puerta, hacia la sala, donde Eunji y Rose bordaban la sábana nupcial. Era una sábana de seda blanca a la que le estaban haciendo un delicado bordado en el centro. Este orificio estaba destinado a mostrar únicamente las partes nobles de la novia en los momentos íntimos del matrimonio. Realmente habían tenido suerte en haber podido conseguir seda francesa en esas épocas de inestabilidad política. La inestabilidad en la Península por culpa de los japoneses no permitía que uno viajara de una manera segura; así es que, de no haber sido por un chino, que se dedicaba al contrabando, no les hubiera sido posible conseguir tela, pues Park ShinHye no habría permitido que ninguno de sus hijos se arriesgara yendo a la capital a comprar lo necesario para el vestido y las ropas de Chaeyoung.
Este chinito era bastante listo: vendía en la capital aceptando billetes del ejército del norte, ahí carecían de valor y no eran negociables. Claro que los aceptaba a precios irrisorios y con ese dinero viajaba al norte, donde los billetes adquirían su precio real y con ellos compraba mercancía. En el norte, por supuesto, aceptaba billetes emitidos en la capital a precios ínfimos y así se la pasó todo este tiempo, hasta que terminó millonario.
Pero lo importante era que gracias a él Rose pudo gozar de las telas más finas y exquisitas para su boda.

Como Agua para Chocolate <YoonMin> Omegaverse [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora