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Taylor se despertó temprano esa mañana. Abrió lentamente los ojos y parpadeó un par de veces para quitarse la somnolencia. Aún no amanecía. Estiró un brazo hasta la mesita de noche, y tanteó la base de la lámpara hasta que encontró el interruptor. Cuando logró encenderla, tuvo que taparse los ojos con el brazo, la luz le pareció enceguecedora a sus ojos, ya acostrumbrados a la oscuridad. Luego se quedó mirando el techo de su habitación por unos minutos, hasta que decidió que era momento de ponerse en marcha. Hizo a un lado las mantas y bajó los pies al suelo, para a continuación calzarse las pantuflas. Caminó hasta el baño arrastrando los pies, y aprovechó de estirarse por el camino. Un día como cualquier otro.

La habitación de la chica era pequeña. Tenía una cama, una mesita de noche un armario y un pequeño escritorio, con una pila de libros amontonados sobre él. No parecía una habitación de adolescente. Nada en su aspecto lo indicaba. La ventana enmarcada por cortinas verdes tenía vista al patio trasero, de aquel departamento en donde vivía junto a Ozzy, su bello gato munchkin.

Se dirigio a la cocina a prepararse su desayuno. Pan tostado no era una mala idea, calento el pan y fue a por la mantequilla. Comenzó a comer. Seguido de esto vio la hora en su teléfono, así es, hora de irse. 

Se despidió de su mejor amigo, algo peludo, Ozzy. Sin más que hacer dentro, abrió la puerta y se fue.

Llego a la librería "Corner of the imagination". Trabajaba ahí, leyendo libros para los niños.

— ¡Buenos días a todos!- Exclamó con alegría.

—Buenos días, señorita Taylor— Saludaban los niños con emoción.

Taylor tiene un trabajo realmente encantador, las dulces sonrisas de los niños y ver cómo sus ojitos se iluminan cada vez que traía un cuento nuevo son el pan de cada día. A Taylor le gustan mucho los niños, tienen historias realmente divertidas y el toque desastroso que le dan a la vida de la gente es maravilloso.

El olor a libros nuevos invadió rápidamente la zona de niños.

- Hoy les traje un cuento nuevo, así que presten atención-. Dijo. -

Había una vez un niño, al que le gustaban muchos los cuentos de superhéroes. El niño quedaba fascinado por como el héroe siempre solucionaba todo con ayuda de sus amigos.

Aquel niño quería tener amigos de verdad que estuvieran para el, sin saber que el tenía que estar para ellos también...

Pasaba el tiempo, minuto tras minuto, los niños escuchaban atentamente, pero no eran los únicos. Escondido, atrás de una estantería con novelas históricas, había un joven adolescente, de cabello algo revoltoso, escuchando; sintiendo como su niño interior florecía.

En su rostro se formó una sonrisa.

El cuento se terminó y todos los niños empezaron a despedirse y salir, o simplemente buscar otro libro en la zona infantil. Taylor tomó su bolso, dispuesta a ordenar los escritos, cuando cierto chico llamó su atención.

—Hola. - Dijo la chica. -

No hubo respuesta alguna. Se acercó más buscando una contestación.

— Um ¿Hola?

— ¡Uh! ¿Me estabas hablando? - Preguntó. -

El castaño le dedicó una mirada confusa. Sin entender bien la situación en la que se encontraba. 

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¡Hola! Aquí el primer capítulo de "In the library". Recuerden, está es una colaboración entre aishiteru_Agustd y yo. De hecho la mitad de este cap la escribí yo y la otra mitad ella. Sin más, espero que les allá gustado
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Lindo día/tarde/noche bellos lectores.

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𝙸𝚗  𝚝𝚑𝚎  𝙻𝚒𝚋𝚛𝚊𝚛𝚢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora