Primera epístola a mi corazón.

Lo poco que se puede hallar en el sistema límbico de un hombre sencillo.

Antes de pensar si lo que siento es real o que se pueda construir una duda acerca de cualquier cosa, debes tomar en cuenta ciertas cosas.

¿Que es lo que pienso cuando te veo?
Durante mi niñez mi madre me enseñó a respetar y a ver a la mujer con altura, a protegerla y valorarla de sobremanera y hoy es como te veo , como el sexo fuerte, como la que porta el poder de traer los milagros de los cielos a la tierra. Es ese mismo respeto el que me impide verte de una forma sexual, de querer utilizarte y dañarte en el proceso solo por la satisfacción de alimentar el morbo, cómo usualmente se ve hoy en día. No puedo porque lo decidí hace tiempo y es lo que soy.

¿Que es amar?
Amarse a uno mismo es donde empieza todo, el preocuparse de uno mismo es lo que nos permite conocernos y amar a otros de manera incondicional, porque reconocemos nuestros defectos y sabemos que tenemos necesidades. Pero el amar de forma pura, es incondicional, no se espera nada a cambio porque solo el sentirlo es el galardón que esperamos.

Solo el que pone a un lado por un momento sus necesidades por el bienestar de otros es el único que puede experimentar este amor puro, amor puro que siento por ti.

No voy a mencionar las luchas que llevas cada día , desde que te levantas hasta que culminas tu día exhausta para ir a dormir esperando que el día de mañana sea mejor que el de ayer, y que tú mente no te traicione cuando esperas cubrir cada cosa y darle a tus seres amados lo que ellos merecen que salga de tí, aún cuando hay veces que sientes que no puedes más. Sabes que alguien te ama, no solo cuando sabe cuáles son tus luchas, miedos, problemas y condiciones, sino cuando esta persona lucha por ingeniar maneras para cubrir cada una de ellas para ayudarte solucionarlas. Y es como el amor de una madre que busca que tengas todo lo antes posible para que cuando no esté no te falte nada.

No quiero darte amor porque lo necesites sino porque lo necesito.

Gracias a mi madre por preocuparse por educarme, porque es la razón por la que me urge hacerte sentir como una princesa cuando ella me enseño que una madre es la reina hasta el día en el que tenga que dejar su regazo. Gracias a esa educación es que estás en pedestal, gracias a esos principios eres sagrada para mi como mujer.

Un día estás y doscientos no estás. Mi amor no depende de nada, porque amar se trata del valor del alma, no de las características de una persona.

Y prefiero olvidar que solo pensar que tenga yo que alejarme de ti y tener que dejarte sola un segundo más, mientras se que puedo darte un segundo que pueda cambie tu día a ser una maravilla. Son esos detalles como hacerte sentir especial, sonreír y sentir mujer, lo que me vuelven un caballero y si esto parece una carta, pues que así lo sea, pero es sólo escribiendo que puedo llegar a ti todo el tiempo cuando estamos ausentes y puedas recordarme en cada letra.

Un te amo puede cambiarle la vida alguien. Los te amo deben ser normalizados, porque amamos a diario y se nos hace tan difícil decirlo que buscamos como demostrarlo de formas erróneas o que se pueden mal interpretar. El te amo que te pertenece es totalmente diferente a cualquiera en el mundo, es diferente porque el sentimiento que tengo hacia ti es único en el universo.

Y es al te amo donde queremos llegar. Solo tienes que estar aquí cuando lo siento para que puedas sentir conmigo.

Y esta es una epístola para todas las mujeres que deben ser amadas y aquellas que lo son. Pero es un mensaje para ti mientras vivo viajando en el tiempo al escribirte mis letras.