El vecino

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El vecino era guapísimo. El vecino era jodidamente guapo.

Llegó a casa un paquete con el nombre de Ukai Kenshin, como buena vecina tenía que entregárselo. Sentada en el sillón escuché como desde el otro lado del pasillo se abría y cerraba la puerta. Se me dibujo una sonrisa en la cara y fui a mi cuarto a cambiarme. Busqué los pantalones más cortos que encontré y una camisa de tirantes. Al salir mi amiga me miró burlona.

—¿Te lo vas a tirar?

—Al menos a intentarlo. ¿Como me veo? —pregunté mientras posaba en el espejo del recibidor. Los shorts rojos terminaban justo en la curva de mi culo y la camisa blanca me dejaba parte del vientre al aire.

—Si no te folla es gay.

Le dediqué una sonrisa y salí de casa. Toqué el timbre del vecino y esperé. Tenía la vista clavada en los pies, llevaba unas chanclas rosas.

Abrió la puerta y se apoyó en el marco. Parecía estar de mal humor, como siempre. Le sonreí y le acerqué el paquete. Él lo miró y luego me miró a mí.

—Nos ha llegado a casa, pero pone que es suyo.

Hizo mala cara.

Suyo ¿Cuantos años creés que tengo?— me quitó el paquete para mirarlo— Cierto, muchas gracias.

Me encogí, no sabía si responder. Él me seguía mirando, pero ya no a los ojos. Sonreí tímidamente, me estaba mirando el pecho. Su mirada bajó por mis piernas y volvió a subir a mis ojos. Se relamió los labios y entró al apartamento, dejando la puerta abierta.

—Entra, has sido buena. Te daré una cerveza.

Lo seguí y cerré la puerta. En la cocina me ofreció una lata de cerveza fría, incluso la abrió para mí. Él también se abrió una. Bebió en silencio por un rato, yo me dediqué a repasar el lugar con la mirada. Salió de la cocina al salón y se encendió un cigarro. Yo lo acompañé mientras seguía mirando. Todo estaba limpio y ordenado, para nada lo que me había imaginado. Sería perfecto de no ser por el olor a cigarros. Aunque mentiría si dijera que lo odiaba.

Sin darme cuenta Ukai se puso delante mía. Quise ir hacia atrás pero me tope con la mesa comedor. Trague saliva y le di un trago a la cerveza, él me escupió humo en la cara. Intente girarme pero me agarró del mentón, sonriendo.

—Oye, niñita, cuéntame ¿A qué juegas?

Le aparté la mano con fuerza y bufó con gracia.

—¿Piensas que no me entero? Cómo me miras, me sonríes— se acercó a susurrar en mi oreja—, me hablas.

Solté un pequeño ruido al sentir su aliento contra mi piel. Él se apartó burlón, después de dar un sorbo a la cerveza se llevó el cigarro a la boca. Hice un puchero y me subí en la mesa, con las piernas cruzadas.

—Como si usted no me mirara a mí. Además, no soy una niña, estoy en segundo de carrera.

Me miró con las cejas alzadas y posó una mano encima de mi pierna. Subió hasta el borde de mis shorts y bajó hasta la rodilla, volvió a subir hasta la mitad del muslo y apretó con fuerza para luego separarlas.

—No las cierres, si quieres que te mire, deja que lo haga bien— puso la cerveza en mi entrepierna y no pude evitar gemir por el frío—. Toda una adulta, niñita.

Subió la lata lentamente por mi torso, hasta llegar a mi pecho. Tenía los pezones en punta y los rozó, volví a gemir y siguió subiendo hasta el cuello. Intenté cerrar las piernas por la excitación pero se había puesto entre ellas, así que lo acerqué a mí. Necesitaba fricción. Moví las caderas intentando acercarme a las suyas, pero se apartó.

El Paquete [🔞]•[Ukai Kenshin/Reader]•[Haikyuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora