CAPITULO 5

5.6K 433 135
                                    

10 años de edad

Leslie

Giro, giro y giro.

Me detengo y sigo patinando por toda la pista como si fuese solo mía. Elevo un poco el pie derecho para impulsarme hacia arriba y hacer una pirueta en el aire para luego aterrizar a la perfección.

Sonrío orgullosa por lo mucho que mejoré teniendo en cuenta que hace unos meses atrás este salto me salía pero milagrosamente caía sin golpearme.

Pero toda esa sonrisa se desvanece cuando Mason aparece en la pista también.

Es uno de los mejores patinadores de este lugar y por mucho que lo odie es algo que no se puede negar ni desmentir.

Se mueve rápidamente por la pista al igual de como lo hacía yo , pero solamente que él tiene más agilidad, y se mueve con mucha más precisión.

Se desliza hacia atrás , sube su pierna izquierda hacia adelante, toma impulso, salta, y entonces hace un axel triple.

Elevo las cejas al ver cómo aterriza con el pie derecho sin nisiquiera inmutarse.

Egocéntrico.

A veces siento un poco, un poquito, de envidia hacia Mason, digamos qué , en serio patina bastante bien para solo tener doce años de edad.

Y yo que estaba contenta por haber logrado una simple pirueta.

Suspiro resignada.

Mamá dice que ve mucho potencial en mi, pero cuando veo que estoy progresando en algo, Mason llega y me demuestra que ya ha hecho otras mil cosas mejores que yo.

Y no es que me vaya por la vida comparandome  con él , por supuesto que no, tengo muchas otras cosas mejores que hacer. Pero a veces quisiera ganarle en algo para borrar esa sonrisa egocéntrica y odiosa que tiene.

Me pone de nervios.

Desde la primera vez que nos vimos ( cuando yo tenía seis) y me dijo zanahoria, ambos cada vez que nos vemos, nos sacamos la lengua, cuando pasamos al lado del otro, nos empujamos, cuando estamos en el instituto y nos vemos en la cafetería el pone los ojos en blanco o a veces hace muecas de asco.

Es un completo idiota.

Aunque yo tampoco me quedo atrás, la otra vez, en la cafetería de este estudio , digamos que eche  sin querer queriendo el batido que tenía en mi mano en su sudadera.

¡ No me juzguen!

Estaba muy cabreada con el maldito, ya que siempre hacia esas caras de asco cuando pasaba por su lado.

Cuando mi batido cayó en su sudadera lo primero que hizo fue contemplar el desastre y luego entrecerrar sus ojos hacia mi. Sonriendo de lado me susurró.

— Te voy a cobrar esta, zanahoria.

Entonces siguió con su camino como si nunca pasó nada.

¿ Lo odio ? Sí , ¿ Es un idiota ? Completamente sí.

Maldito Masón.

Miro hacia abajo y observo mis patines blancos, con cuerdas rosas, mi mamá me los compro hace poco y me encantan.

Una sonrisa me llena los labios al recordar cómo ella estaba más emocionada que yo cuando abrí la caja de  los patines.

— Sigo pensando que estás loca — Mi sonrisa desaparece al instante ya que conozco muy bien esa voz, así que no hace falta que levante la mirada para saber quién es el que habla— ¿pensaste en ir a algún psicólogo ? Digo, tal vez te ayude para que no estés por el mundo sonriendo como una psicópata.

 Ice Skates  ( EN BORRADOR ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora