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Las luces fluorescentes levemente anaranjadas alumbraban el pequeño bar

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Las luces fluorescentes levemente anaranjadas alumbraban el pequeño bar.

No muy lujoso, no muy pobre, algo de recursos medios a lo que algunos trabajadores de la mafia solían recurrir para beber algo después de su ardua jornada.

Específicamente, en esa noche se encontraba un « aún más » jóven de cabello anaranjado llamativo, sentado, pensando, molesto.

Aún sin dar una sola probada al fragante licor en su copa, lo cual resultaba raro en él.

Gruño entre dientes, repasando la situación anterior una vez más; no podía dejar de recordar aquello una y otra vez sin acabar.

Llevo aquel líquido envuelto en una copa cristalina a su boca, dando un gran trago a este.

Escurrió rápidamente por su garganta, aunque la sensación de amargura causada por su enfado no pudo ser enjuagada por el vino.

Qué decepcionante.

Volvió a colocar la copa sobre la mesa junto a la que estaba posicionado, manteniendo la mirada baja, sobre la madera teñida de un tono oscuro manchado ya por las múltiples personas que la habían ocupado en veces pasadas.

ㅤㅤ-- Maldito desgraciado... -- Pronunció bajito, sintiendo una terrible migraña aún sin haberse emborrachado por completo.

Frunció una vez más sus facciones, denotando nuevamente enojo en éstos. Tomó otro trago a su bebida, acabando con su contenido de una.

Volvió a llenarla, hasta el tope.

Copa tras copa, hasta llegar casi a la mitad de la botella de vino.

Comenzaba a sentirse mareado, tambaleante. Finalmente estaba embriagado, aunque no lo suficiente como para olvidar aquél acontecimiento que le informaron a sólo unas horas atrás.

Cerró lentamente sus párpados, pensando en que iba a reposar unos cuantos minutos para tranquilizar su temperamento.

Se equivocó.

ㅤㅤ-- uya-san! ... -- Escucho pronunciar, lo percibió como un sonido distante a él. ¿Se habrá movido mientras estaba borracho o algo así? Fue la primer cuestión que llego a su nublada conciencia. -- ¡Chuuya-san! -- Repitió por enésima vez el de hebras azabaches, un poco cerca del contrario, dandole leves movimientos para que despertase, por fin lo consiguió.

ㅤㅤ-- ¿A... Akutagawa...? -- Formulo débilmente, abriendo sus ojos. Se posicionó correctamente, pues al parecer se había tumbado sobre la mesa hace quién sabe cuánto tiempo. -- ¿Qué pasa? Es raro verte aquí, no creí que tú tomaras. -- Se estiró, sentía tensado el cuerpo, quizá por la postura en la que estaba acostado. Ya un poco más despierto y mejor acostumbrado a la iluminación, prosiguió con su charla.

ㅤㅤ-- Oh, sí, yo no bebo, sólo vine aquí porque me lo ordenaron. Y sobre eso... -- Chuuya hizo un espacio para el de gabardina, invitando a que se sentara junto a él. Acepto titubeante. -- El jefe me dió orden directa de buscarle, pues usted pidió un descanso de media hora... -- Podía notarse una pequeña pizca de temor en su hablar, pues ya sabía que Nakahara puede llegar a tener un temperamento fuerte además de poseer gran poder y fuerza física, sería un completo lío tratar de encontrar las palabras adecuadas para no generar mal entendidos.

❝ 𝐂𝐎𝐌𝐏𝐀𝐆𝐍𝐈𝐄 。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora