Cerré la puerta con candado y al momento de soltar el seguro, un montón de imágenes pasaron por mi mente, los cuales mostraban las consecuencias de mis actos.
Tenía miedo de las reacciones de mi familia al enterarse de la verdad, pues ya que mi familia es un poco ambiciosa y cruel cuando se trata de aspectos económicos.
Me quedó pensando en mi sillón, en qué desición tomar. Como desearía que Bev se encontrara aquí conmigo, ella sabía arreglar los problemas cuando se le presentaban de imprevisto. No puedo asegurar cuanto tiempo me quedé pensando con los ojos cerrados ni siquiera me dí cuenta cuando quedé profundamente dormido.
Cuando pude despertar, me encontraba en una oficina, pero no era la mía, era una oficina de color blanco con unos ventanales que dejaban ver un hermoso bosque a lo lejos, el cual por algún motivo me recordaba a Liv.
-Mason, ¿Qué haces aquí?- me dijo una voz que provenía del sillón que se encontraba en posición hacia el ventanal.
Esa voz se me hacía conocida, pero no sé de donde, era una voz cálida y dulce, pero a la vez fuerte y demandante. Solo habia una persona que tenía esas características y esa era mi bisabuela Taylor. Pero por alguna razón, no me sonaba a que fuera mi bisabuela, esa voz inspiraba confianza, cariño y amor. El cual, tengo que confesar mi bisabuela Taylor no tenía.
-Mason, ¿Qué necesitas?- volvió a preguntarme esa voz.
Traté de acercarme a la silla de donde provenía esa voz, pero parece que no le gustaba que se acercaran a él o ella. Así que decidí ceder y dejar de moverme.
Tenía esa sensación de calor en la espalda y en el abdomen, desde que esa voz empezó a dirigirme la palabra. Ese calor, no era una sensación de dolor, sino una sensación de amor. Ese calor inspiraba un amor, la cual estoy seguro no iba a volver a encontrar o oír.
-¿Por qué haces eso? ¿Qué es lo que quieres de mí?
-Cariño, relajate, estás más asustado, de la vez que nos subimos en la montaña rusa en París, tranquilo. Te encuentras muy estresado. Deberías de tomarte unas muy buenas merecidas vacaciones.- susurró esa voz.
Esa voz transmitía una sensación de frío seco, pero no peligroso, si no que era un frío tranquilo. Ese frío transmitía esa paz y calma que todos queremos alguna vez. Por una vez en mi vida, podía olvidarme del mundo, del dinero, de mi familia, de mis hermanos, de TODO. Creo que podría pasarme toda la vida con ese frío en mi cuello y en mi rostro.
-Mason, quiero que cierres los ojos, y a la cuenta de tres los abres, por favor- dijo
-¿Por qué quieres que haga eso?- seguí cuestionandola.
-¡Sólo, hazlo!- gritó. Afirmé,cerrando los ojos.
-¡1.........2........3........!.- gritó
Al momento de abrir los ojos me quedé pasmado al ver a la persona que producía ese calor y ese amor a niveles estratosféricos, la cual no ese calor, que dan sus brazos al momento de tocar tu piel, y esa paz al escuchar los susurros de su voz en tus oídos cuando te encuentras durmiendo, no podían ser de otra persona.
-Bev- susurré.
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Revenge
Teen FictionTras cometer un error fatal, Mason Pierce es condenado y desterrado de la prestigiosa familia Pierce. Ahora esta acusado de un crimen fatal, lo cual se ve obligado a huir de su hogar, para poder encontrar un nuevo rumbo a su vida y una respuesta a...