El inicio

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Era un día normal cuando Sienna se le ocurrió la brillante idea de salir a correr en la noche, aunque su barriada fuera privada hay peligro en todos lados, ella corrió hasta el inicio de la garita de seguridad después debía regresar ya a su casa cuando le faltaba unas calles se dio cuenta que un hombre mayor la estaba siguiendo ella empezó a correr y vio un grupo de adolescente parados charlando muy amenamente y corrió hacia ellos. Cuando llego a donde ellos se quedaron extrañados de que ella estuviera con ellos, pero Sienna les hablo muy normal como si fueran sus amigos, lo cual ella con los ojos les señalo al Señor que la estaba siguiendo y ellos al mirar se dieron cuenta de lo que sucedía y decidieron seguirle la corriente a ella. El Señor decidió irse y ella se quedo con el grupo de amigos que la había ayudado, luego ellos le empezaron a hacer preguntas muy obvias como: ¿qué había pasado?, ¿por qué salió a correr de noche sola? Y ese tipo de preguntas.
Después ya era tarde y debía regresar a la casa antes de que la regañaran por la hora, así que se despidió del grupo de amigos lo cual se llevaron bien con ella y se intercambiaron los números para estar en comunicación. Un chico del grupo que se llama Dylan se ofreció acompañarla a la casa para que no fuera sola y ella acepto, mientras iban caminando empezaron a hablar y se dieron cuenta de que Dylan era su vecino de al lado.
El hace tiempo quería hacer ejercicio, pero no solo, ellos quedaron en salir a correr todos los días en la mañana ya que se llevaron muy bien. Con el tiempo pasaban mucho tiempo juntos: salían a correr, otras veces iban a la casa del otro, salían a comer solos o en grupo y sus familias ya se conocían. Cada uno sentía algo por el otro, pero ellos no sabían, en cambio sus amigos si pero el problema es que Sienna tenia miedo de salir lastimada aunque se quería dar la oportunidad con él.

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