Por ser navidad, mamá y papá me dieron un regalo especial, que solo con ver donde estaba ubicado, me dieron la idea casi que exacta de que era aquel instrumento que por años había querido tener en mis manos, con sus colores blancos y negros a lo largo de sus teclas. Papá me dio una sonrisa y con su voz un poco ronca habla pidiéndome que me acerque a verlo con detalle, yo me acercó emocionada por lo que veo. Toco ligeramente las divinas teclas, gracias por tan bello regalo, digo sin voltearlos a mirar. Es para que cumplas con aquello que tanto amas desde el fondo de tu... corazón..., dice mi madre con voz dulce, pero algo temblorosa en las dos últimas palabras.
Cierro mis ojos y mis lágrimas salen sin ser escuchadas.
Cuando vuelvo a abrir mis ojos, veo aquella habitación blanca y solo se escucha la lluvia proveniente del exterior combinada con los sonidos de bip, bip, bip de aquellas maquinas. Estoy sentada en mi cama esperando, se que mi corazón es cada vez más débil, lo siento cada que pasan los días y ahora, incluso lo siento con el pasar de las horas.
Mis padres entran minutos después para hablar conmigo de un sin fin de cosas, yo solo sonrió, los escucho y respondo a sus preguntas, ellos me abrazan y yo a ellos. Ya no puedo ver el brillo peculiar, ahora solo se han oscurecido o escondido en lo más interior de ellos debido a lo sucedido, yo solo trato de tranquilizarlos con una sonrisa para que sepan que estaré bien, pero eso parece afectarles más y siento que quieren reprocharme por estar así, pero yo solo quiero darles la paz que se merecen, aunque ellos no entiendan mi forma.
Un par de horas después, entra el médico con una pequeña sonrisa que al parecer les da alegría a mis padres, tengo buenas noticias familia, dice con calma, todos lo miramos expectantes de sus siguientes palabras, en las cuales pronuncia que hay una manera de que todo acabe, pero que quedaría todo el poder de la decisión en mis manos. Nos habla de todo lo que debemos hacer para que todo sea efectivo, aun así, el médico me ve y asiente con su cabeza, se perfectamente a lo que se refiere, ya habíamos hablado de esto el día de ayer, debía elegir entre ir o quedarme, así que mire a mis padres, y con paso suave, me levante y salí de la habitación con ellos siguiéndome a otra habitación igual de blanca, pero, con la peculiaridad de mi objeto preciado ahí, solo me senté en el y toque la tonada favorita de mis padres mientras escuchaba sus lágrimas.
Esa fue mi forma más preciada de despedirme de aquellos que lo dieron todo por mi, ya que toque hasta que mi corazón paro por completo, así que le agradecía a la preciosa canción que durara los últimos cinco minutos que tenía.
ESTÁS LEYENDO
Lo que aflora de mi mente
PoetryFragmentos de aquello que a veces es difícil decir verbalmente, y donde todo lo que flota en la mente se plasma en letras. *Historia 100% propia* *No se permiten adaptaciones*