Las maquinas trabajan de siete a siete sin parar un segundo del día, todo lo que pasa a través de ellas debe ser finamente moldeado por las manos precisas en su labor, debido a su delicadeza, como si fuera el diamante más precioso del mundo. Todas las mañanas todos los trabajadores pasan a sus puestos con la energía para empezar sus labores, sus puestos tienen el orden de acuerdo a su función, desde el que debe encender las maquinas hasta el que las debe de apagar. Al sonar el silbato y la voz de su jefe por los altavoces, todos deben dar inicio a sus tareas.
Como cada día, todo marcha de maravilla al entrar todos a sus puestos, o eso quisieron pensar todos, sin embargo, ninguno de sus compañeros le tomo demasiada importancia, pensando que era algo solo del momento y que no afectaría en nada su desempeño durante su jordana del trabajo.
Pasaron las horas y todo continuo con tranquilidad, todo salía del lugar y se dirigía a sus respectivas viviendas. Cada uno tenía unas condiciones específicas, por lo que unos trabajos eran muchos más laboriosos que otros, pero eso a ninguno le importaba, pero como no todo es color de rosa, uno de tantos fue distinto, aun así, salió de la fábrica como si nada y llego a su destino. Pero un día todo cambio.
"¿Por qué soy diferente?" Pregunte dudoso a mis padres, "estás hecho como los demás", respondieron ellos como quien quiere cerrar el tema, pero eso no es lo que yo quiero, así que lo volví a intentar "¿Qué pasó conmigo?" "¡¡No tienes nada de malo!! ¡¡Eres exactamente como los demás!!" en ese instante me sentí como un pequeño ratón al frente de un león gruñendo, así que, sin pensarlo, simplemente hui como si mi vida dependiera de ello... y realmente era así como lo sentía.
Quería saber porque me sentía tan diferente "¿a qué se debía todo?" Si mis amigos sonreían con facilidad, hablaban de sus gustos y se mostraban talentosos en cualquiera de las áreas a las que fueron asignados, entonces "¿por qué yo no podía hacer lo mismo?" Me miraba en el espejo y era como decían mis padres, era exactamente igual a los demás, así que solo soltaba suspiros sin saber qué hacer.
Una mañana, como muchas otras, algo cambio, me mire en el espejo y note que mi cabello era de color blanco, grite asustado, pero al parecer nadie escucho, llore de miedo al verme y corrí escaleras abajo para hablarle a mis padres... no estaban ¿Qué esperaba? Ellos nunca están cuando los necesito, siempre he sido un estorbo para ellos, aunque no lo digan, yo lo siento así. Poco a poco comencé a sentir más cambios, mi ropa perdía color y las personas con las que alguna vez compartí un momento o una plática, se alejaban cada vez más de mí, todo se hacía más raro a mi alrededor y no encontraba explicación alguna, solo veía frente a mi pasar cada cambio.
Una noche, escuche a mi madre llorar en la sala, así que baje despacio para no asustarla y logre escuchar cómo le preguntaba a mi padre "¿por qué dejamos que pasara? debimos tener más cuidado", mi padre soltó un suspiro como quien se intenta hacer el fuerte en una situación difícil, pero sentía un dolor en ese sonido suelto al aire. Mi corazón se removió y comencé a llorar en silencio para no molestarlos, no sabía porque lloraban, pero me dolía verlos de esa forma.
Al pasar de los meses, todo seguían igual, mis padres lloraban y por más que preguntaba a que se debía su tristeza, ellos no respondían nada, es más, nadie me decía nada, así que estaba dispuesto a averiguarlo, intente por todos los medios, pero no obtenía nada. Ya con intenciones de rendirme a todo, encontré un cofre en la cómoda de mis padres, lo abrí con cautela y encontré muchas fotos de nosotros juntos, nos veíamos tan felices, pero todo cambio, cuando tome una nota y comencé a leerla en voz baja como si quisiera contarle un secreto a alguien, reconocí esa letra al instante, era mía, así que, rebusque más cosas y encontré más notas con lágrimas, se notaba por el lapicero un tanto corrido en algunos párrafos, seguí así hasta que me quedé estupefacto por una última foto que vi, donde mis padres vestían de negro...
Ahora entendía porque me sentía diferente, porque me sentía vacío, porque ya nadie me decía algo y más aún, sobre la tristeza de mis padres y todo era... porque yo...
Estaba muerto.
ESTÁS LEYENDO
Lo que aflora de mi mente
PoetryFragmentos de aquello que a veces es difícil decir verbalmente, y donde todo lo que flota en la mente se plasma en letras. *Historia 100% propia* *No se permiten adaptaciones*