𝙡𝙞𝙗𝙧𝙞𝙩𝙤 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝐬𝐢𝐦𝐩𝐞𝐚𝐫 𝔞 𝒔𝒆𝒏𝒑𝒂𝒊

-12: 𝑗𝑢𝑠𝑡 𝑓𝑟𝑖𝑒𝑛𝑑𝑠

Seis meses tarde juasjuas.

Pedido por vakiwix <3

[ códigos ]
(C/O) = Color de Ojos
(C/C) = Color de Cabello

El enamoramiento es un proceso largo que conlleva amar los defectos y virtudes de una persona. Va más allá de lo físico o sexual, te hace sentir en las nubes o te lleva directo al infierno, no hay punto medio.

Es como una droga.

Senpai sabía que era guapo, y que muchas chicas lo pretendían, pero ninguna de ellas le gustaba realmente. Él jamás se había enamorado, desconocía ese sentimiento.

Todo esto hasta que unos ojos (C/O) lo miraron y las cálidas manos de esa muchacha tocaron las suyas... Y su sonrisa, amaba cuando esa sonrisa era sólo para él.

Y al principio, era sólo un gusto que seguro pasaría rápidamente, pero no, esta vez no fue pasajero.

Un año y medio llevaba gustándole, y ella no tenía idea de eso. Para ella sólo era su mejor amigo.

Ahora estaban ambos sentados en el salón de clase, uno al lado de otro mientras Senpai la miraba a ella y ella tenía la vista perdida en alguien más.

Su mirada parecía triste, frente a ellos, a algunos metros de distancia, se encontraba un chico tomando la mano de una jovencita de su clase. Eran pareja. Pero a _____ le gustaba él.

—Hey. —La llamó el rubio. —Déjalo, no vale la pena.

Ella lo miró sin ganas.

—No lo entiendes. Llevo un año enamorada de él y en tan sólo unos meses consiguió una novia así como si nada. —Se quejo molesta y decepcionada.

—Claro que lo entiendo. —Respondió casi en susurro.

—No, no es cierto. Tienes a un montón de chicas detrás de ti, ¡Puedes elegir a la que quieras cuando quieras!

Eso hizo sentir mal a Senpai, quien ahora la mirada sorprendido y un poco molesto también, ella no sabía nada, pero aguantó las ganas de decírselo. No necesitaba oírlo.

— · 🌼 · —

Después de clases, la peli (C/C) decidió salir un rato a caminar y sin intenciones de evitar los pensamientos negativos, terminó sentada en una banca debajo de un árbol en el parque, obligándose a contener las lágrimas.

Se sentía inútil, inmadura, una completa tonta.

—¿_____? —Habló una voz masculina muy conocida para ella. —¿Qué estás haciendo aquí a estas horas? Hey, ¿Estás bien? —Preguntó sentándose a su lado.

—Ugh, Senpai... Qué vergüenza. —Dijo limpiándose las lágrimas con las mangas de su suéter.

Senpai le sonrió brindándole confianza y la animó a hablar y desahogarse provocando su llanto de nuevo. Estaba bien, ella sabía que podía llorar frente al rubio tanto como quisiese.

La cabeza de la chica reposaba sobre el hombro de su mejor amigo, quien no hacía más que mirarla con tristeza.

—Él jamás se fijará en mí... No soy nada especial, ¿Por qué lo haría? —De un momento a otro comenzó a insiltarse, alertando al de ojos azules.

—¡No digas eso! ¡Claro que eres especial! —Dijo separándose un poco para verla a los ojos. —Quiero decir... Si pudieras verte como yo lo hago, no tendrías por qué estar pensando en él.

—¿A qué te refieres?

—¡A nada! Sólo digo que eres una gran amiga y una persona maravillosa, é-él no te merece.

—¿Por qué estás tan nervioso? —Preguntó _____ notando el tartamudeo del chico al hablar.

Él suspiró sin saber qué hacer.

_____ estaba triste porque no era correspondida, Senpai estaba triste por la misma razón. Dudaba si era buena idea declararse en ese momento.

La miró a los ojos contemplando su belleza una vez más antes de, posiblemente, renunciar a su amistad.

—_____. —Llamó su atención. —Si te sirve de algo... Creo que eres asombrosa. Me gustas.

La chica palideció al oír esas palabras, preguntándose qué lo había llevado a decir eso tan de repente.

—¿Q-qué?

Ambos se quedaron en un silencio incómodo por unos minutos sin saber qué decir. Habían tantas preguntas en la mente de los dos, pero ninguno se atrevía a hablar.

—¿Desde cuándo? —Preguntó ella con tono serio, pero deseando no sonar molesta. Sólo tenía curiosidad.

—Un año, tal vez un poco más.

—¿Por qué...?

—No lo sé. —Respondió cubriendo su rostro con sus manos ocultando su sonrojo, cosa que ante los ojos de _____, era tierno. —No espero que me correspondas, sólo... Sólo quiero que lo tengas presente.

De nuevo el silencio reinaba.

—Bueno, gracias, supongo.

Senpai sonrió. —Ven, te llevaré a casa. —Dijo levantándose de la banca y tomando la mano de la chica.

El camino fue silencioso, pero no incómodo. Al llegar, ella entró a casa después de despedirse con un pequeño abrazo cómo era costumbre.

Y Senpai se vió obligado a volver a casa sin poder decirle nuevamente cuánto la quería. Sólo le quedaba resignarse y aceptar la situación.

Además, no era un mal amigo y no sólo por ese rato incomodó se iba a alejar. Ella le importaba más que nadie, incluso más que él mismo.