Esos ojos que son tierra para semillas, que se pierden en mil letras, mientras mi corazón arde en sus mejillas y sus labios ovalados que dejan al descubierto su sonrisa que o se apaga, la piel que llega a ser tan oscura con la noche y tan clara como el día, sus cejas tan finas y delgadas encajando en perfecta armonía con su ojos; tan perfecta para ser mía.
