11 de marzo

581 68 23
                                    

Kawaki siempre tomaba el mismo tren cada día a la misma hora y el mismo vagón de siempre

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Kawaki siempre tomaba el mismo tren cada día a la misma hora y el mismo vagón de siempre.

Todo para llegar al trabajo de medio tiempo mientras seguía con sus estudios.

Kawaki quiere ser ingeniero industrial pero para ello necesita bastante dinero por lo que su única opción es trabajar de camarero en un bonito restaurante, en una agradable calle de Konoha.

No es que fuese el mejor trabajo del mundo pero por lo menos estaba menos tiempo en casa, su único padre no es que fuese el mejor progenitor del mundo. Le insulta y alguna vez llegó a echarle la mano encima. Es muy temperamental. No tiene paciencia en nada.

Kawaki toqueteando su bolsillo esperaba el tren con intranquilidad. Suspiró con cansancio, aún podía escuchar las estúpidas palabras que su padre le había dicho esa misma mañana, regañándolo por haberlo despertado tan temprano. Estuvo tanto tiempo escupiéndole insultos que perdió el directo por lo que llegaría justo para el trabajo.

Finalmente llegó, se sentó en uno de los asientos incómodos.

Habían varios hombres trajeados, algunos ya los había visto anteriormente. También había unas señoras y unos cuentos estudiantes.

Antes de que las puertas del vagón se cerrasen entró alguien más. Pasó muy rápido, tanto que casi pensó que se lo había imaginado.

Kawaki se quedó mirando al chico, con unos cuentos años más que él. Seguramnete ya trabajaba y todo, lo pudo comprobar al ver el maletín que traía, obviamente para su trabajo. El chico rubio respiraba con dificultad por haber hecho una maratón. No parecía muy especial, no obstante el pelo rubio y aquellos ojos azules eran de admirar.

Tenía puesto una camisa blanca, como él. Traía unos pantalones negros, como él. Y parecía preocupado por la hora, como él.

Sin que se diese cuenta aquel hombre levantó la vista para encontrarse a un chico mirándolo. Kawaki apartó la mirada pero puede jurar que logró ver una sonrisa vulpina proveniente de aquel rubio.

Las mejillas de Kawaki estaban un tanto acaloradas de la vergüenza. No era normal de él, él era muy directo y le importaba bien poco el resto.

Su compañero de trabajo, Mitsuki, sí que era directo. Nunca había conocido a alguien así, era un bicho raro a los ojos de Kawaki. Claro que nunca lo diría en alto ya que sino Sarada Uchiha, la mejor empleada del establecimiento, se lo diría a su padre y le echarían del trabajo.

 Claro que nunca lo diría en alto ya que sino Sarada Uchiha, la mejor empleada del establecimiento, se lo diría a su padre y le echarían del trabajo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jueves || NarukawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora