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Capítulo 3

🌑

Al terminar de desempacar las cosas se dieron una vuelta por la cabaña, viendo desde sus grandes ventanales hectáreas que cubrían el suelo fértil de la tierra mojada. También había columpios y una resbaladilla fuera, además cuesta arriba era montaña pura, árboles que forraban la tierra y piedras que guiaban hacia la cima, Jungkook quiso caminar hasta allí, pero comenzó a llover y bajó el clima por lo que se alejó del ventanal en busca de una cobija.

— Leí en el folleto que tenía calefactor pero no lo encuentro.— regresó Yugyeom, llevaba un pants gris claro con una playera blanca suelta, su cabello sin peinar y húmedo por el baño que se había dado.

Jungkook quiso decir algo pero no pudo, estaba sin palabras, tenía mucho tiempo que no le veía con ropa tan casual y ordinaria, pues siempre usaba traje. Recordó entonces cuando se conocieron, y la forma tan despreocupada en la que iba por la vida, con unos jeans negros y su gabardina, con esa boina miel y sus botas. Su voz tembló y suspiró.

— Me pareció verla a un lado de la barra, en la cocina.

Yugyeom sonrió, sus dos ojos formando arruguitas en sus extremos y sus labios brillosos.

— Iré a encenderla entonces, después podemos comer algo y ver una película.

Jungkook asintió y fue detrás de él, conectó la cafetera y comenzó a hacer lo que más le gustaba y sabía que Yugyeom amaba, el café.

— Mamá nos mandó algo de comida preparada, para cenar hoy, ¿o quieres algo más ligero?

Jungkook negó suavemente— ¿Qué nos mandó mamá?

Yugyeom sacó las cosas de la maleta y Jungkook pudo ver varios de sus platillos favoritos, bibimbap, y arroz casero, y toppokki, además de carne.

— Vaya, mamá te consiente más que a mí- dijo.

Jungkook rio suavemente y le golpeó el brazo.

— Yah, lo hace porque siempre termino yendo a verla por las tardes— comentó, pero pudo ver el deje de culpa en el rostro de su marido.

— Perdón por eso.— Jungkook acarició su hombro, regañándose por haberlo dicho.— Me he centrado tanto en mi trabajo que no he tenido la forma de estar contigo como es debido,— bajó la mirada— sé que me necesitas y que he fallado en lo que te prometí cuando te marqué, yo, solo no he sabido cómo reaccionar y muchas veces me he olvidado de que también tu sufres, quiero que en este tiempo, solo estemos los dos, no pensemos en los problemas de afuera, quiero unirnos como esa vez, quiero sentir tu confianza de vuelta.

Jungkook titubeó, un poco nervioso de que sintiera sus temores.

— Lo he sentido, recuerda que esto es más que ­­­carnal, se lo que sientes y lo que piensas.

Lo había olvidado, demonios, ¿cómo pudo olvidar algo como eso?

El estómago se le revolvió de forma estrepitosa y estuvo a nada de vomitar en el piso, pero Yugyeom le abrazó con fuerza, soltando feromonas para tranquilizarlo y decirle a su lobo que estaba bien, que estaba allí para cuidarlo y amarlo.

— Shh, Shh— arrulló acariciando su cabello y marcándolo con su olor, sintiéndose un poco culpable porque sintió entre sus brazos el cuerpo tensándose ante la muestra de afecto, misma que había perdido constancia desde hace unos meses atrás, culpandose por por descuidar esoque se supone debe hacer.— Vamos a comer primero y después hablaremos de todo.

Jungkook sin quererlo, con un nudo en la garganta cerró los ojos, porque en ese momento estaba temblando de miedo.

🌗


La cena había terminado tiempo atrás, se había movido a la sala, y en ese mismo instante el castaño buscaba desesperado algo en que centrarse y perderse, Yugyeom había ido por no recuerda que cosa y Jungkook le tocaba esperar en lo que venía, lo que le preocupaba era saber de qué iban a hablar, con qué iban a comenzar, porque no importaba con que fueran, tarde o temprano iban a tocar el tema de su fertilidad y sería allí donde comenzaría a llorar.

No importaba mucho que Yugyeom fuera su alfa, simplemente era que tanto su lobo como él estaban aterrorizados y preferían no hablar.

— Listo, recordé que el doctor nos dio esto y quise probarlo de nuevo.

Le mostró una vela aromatizante que según les dijo el encargado de su caso, podían usarlo como afrodisiaco, él solo pudo tragar saliva con dificultad. No quería tocar el tema.

— ¿Quieres usarla?— se encogió en su asiento, un poco inseguro.

— No necesariamente ahora, pero quiero que hablemos de ello.

Yugyeom vio como su omega apretaba los labios y desviaba la mirada ansioso.

— ¿Quieres que lo sigamos intentando?

Jungkook no contestó, no sabía que decir, porque si lo hacía se llenaría de falsas esperanzas y prefería no pasar más por ello, pero si no lo hacía, el padre de Yugyeom seguiría insistiendo en que tomaran la opción de un vientre alquilado, y no quería eso, en el fondo, muy en el fondo guardaba la esperanza de tener a su propio bebé.

Yugyeom guardó silencio, esperando a que hablara.

— Podemos seguir intentando, solamente quiero saber, si quieres esto, necesito saber cómo te sientes.

El nudo en la garganta continuó allí, y las lágrimas estaban a punto de salir. No quería llorar, no otra vez.

— No lo sé.

Su alfa le tomó de las manos, y fue cuando levantó la mirada, los ojos de Yugyeom le miraban atentos, el pesar que cargaba por los últimos años y la ansiedad que se creaba al pensar en las noches de vela, nada de eso le importó, los ojos cafés de su marido tranquilos y preocupados por él.

Sintió sus manos acariciar su rostro, limpiando sus lágrimas, no se había dado cuanta de cuando había comenzado a llorar, pero supo que no pararía su llanto, cuando le tomó en brazos y lo pegó a su cuerpo, acariciando su espalda y arrullandolo con palabras cálidas.

— Lo sé mi amor.

Y se derrumbó en sus brazos, la lluvia cayendo más fuerte, como si supiera que era un momento difícil para ellos.

Y se derrumbó en sus brazos, la lluvia cayendo más fuerte, como si supiera que era un momento difícil para ellos

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