Lluvia| MomoJirou

III-La fiesta que reventó Tokio

La secretaria Shoto se encargó de organizar la fiesta de cumpleaños su madre.

El dinero se olía entre todos los invitados, el lugar estaba lleno, y si efectivamente eran al rededor de doscientas personas y todas vestían elegantes con exclusivos y lujos vestidos o trajes.

Luces colgadas en algunas habitaciones, una orquesta tocando en el salón y un escenario preparado para un karaoke según Shoto, quien estaba intrigado por oír la voz de la pelimorada.

Por otro lado la fiesta definitivamente iba a romper Tokio.

Y si no rompía la ciudad iba a romper con la sanidad mental de Jirou. Para ella era como un festival para ver quién tenía más joyas y dinero.

Con cualquiera de los aretes que mostraban las damas sería suficiente para vivir decentemente por un tiempo bastante largo.

—mira el vestido que trae esa tipa—bufo Kaminari—que envidia

—¿Acaso quieres usar esa maldita porquería?—le pregunto el rubio cenizo

—no, es que mírala está usando algo tan caro que parece que tiene oro en la piel—reclamo—Kyouka, Yaoyorozu no tiene a alguien que me presenté

—solo Shoto, pero está demasiado ocupado como para tener una relación

Denki estaba perdiendo la ilusión de casarse con alguien millonario, pensaba que el mundo no estaba de su lado.

—dejando eso de lado...estoy preocupada

—¿y eso por que?—pregunto el rubio

—no seas idiota—grito Katsuki dándole un golpe—es por que obviamente no ha visto a Yaoyorozu

—tiene sentido pero no había necesidad de darme un golpe

—te lo merecías por ser idiota—dijo Ashido

—tu tambien Mina, todos parecen estar en mi contra hoy—reclamo

—¿ya terminaron?—pregunto la pelimorada con un tono de voz serio—me da igual iré a buscar a YaoMomo.

Al alejarse un poco la chica de pelo rosa reclamo

—creo que la forma de ser de Katsuki ya corrompió a Kyouka—rio

Todos los chicos eran amigos desde hace bastante tiempo, era normal que se llevaran tan bien y sorprendente como la morena lograba calmarlos a todos, sin ella cuantas veces no se hubieran agarrado a golpes o quien sabe que lugar habrían explotado ya.

—que gran sorpresa ¿Qué hacen aquí?—pregunto emocionada y alegre una dulce chica de cabellos blancos.

Los cuatro jovenes se miraron el uno al otro ¿Qué demonios hacia ella allí? 

—debemos irnos—dijo el de ojos ámbar—nos vemos luego

—si si luego—dijo Mina—o tal vez no

 —nos vemos lu...—ni siquiera pudo terminar la frase ya que los chicos se habían ido.

Mientras por su lado Momo se encontraba en su habitación ya que pues alguna persona entre tanta gente mas específicamente Yuga Aoyama derramo sin querer su bebida sobre Momo.

—esto huele horrible...—se quejo tratando de limpiar su vestido, sabe lo espontaneo y descuidado que es el rubio, pero eso no quita el hecho de que ande tomando vaya a saber quien que cosa.—¿Qué se supone que es?